miércoles, 4 de julio de 2012

La intromisión electoral

Nacional
El imperio tiene dudas
La intromisión electoral
Por: Carlos Damián 15 de Junio, 2012
El periódico NYT reprocha que no van a seguir la guerra contra el narco
México. - El periódico NYT en su emisión del pasado lunes (11/6/12), comenta en sus páginas la preocupación que cunde en los círculos gubernamentales de la Casa Blanca, frente a la promesa de todos los candidatos presidenciales de buscar una reducción de la violencia, sacar al país de la masacre de gremlins en que se encuentra sumido México. De acuerdo a la información vertida, los funcionarios estadounidenses se abstienen en su gran mayoría de formular declaraciones sobre el prurito que parece plaga y a todos los funcionarios ha invadido.

Aunque algunos formulan declaraciones sobre la seguridad, a fin de eludir acusaciones de intromisión, algunos como el representante republicano por Arizona, Ben Quayle, se preguntan públicamente si “el próximo presidente (Mexicano) se hará de la vista gorda ante los cárteles y cederá el país al narcotráfico, o si será un socio dispuesto a colaborar con Estados Unidos en el combate antidrogas”. El propio rotativo neoyorquino reprocha al aspirante residencial del PRI, Enrique Peña Nieto, que no haga “hincapié en detener cargamentos de droga y en la captura de capos”, y además lamenta que sus rivales, Andrés Manuel López Obrador, coincidan con el mexiquense en priorizar la disminución de los muertos por la violencia generada debido a la estrategia a la delincuencia organizada que aplica la administración de Felipe Calderón Hinojosa.

Tanto las preocupaciones hechas públicamente por el periódico como su postura sobre los planteamientos de los aspirantes presidenciales mexicanos en materia de combate al narcotráfico tienen un claro tono de injerencia, particularmente indeseable en tiempos electorales. Existe el precedente de la intervención de la embajada de Estados Unidos en el proceso sucesorio de 2006 (documentada por un cable de Wikileaks del 21/2/06) y sería del todo inaceptable repetir esa experiencia seis años después. Por lo demás, las preocupaciones exhibidas por el periódico citado son muestra de la hipocresía y la doble moral de la clase política estadounidense en el combate a las drogas.

Ya anteriormente se había mencionado como algunos altos funcionarios del gobierno de Barak Obama para tratar de controlar los movimientos de armas y lavado de dinero de los cárteles del narcotráfico estaban vinculados por medio de la agencia gubernamental encargada de controlar el tabaco, alcohol y las armas de fuego (ATF), y el propio procurador general Eric Holder está inmiscuido en ese episodio. Recientemente se dio a conocer que la oficina estadounidense de combate al narcotráfico (DEA) participó en operaciones de lavado de dinero para los narcotraficantes del sur del Río Bravo.

Los comerciantes de armas estadounidenses hacen negocio redondo
Los comerciantes de la franja sur de Estados Unidos (Texas, Nuevo México, Arizona, y California), ganan dinero vendiendo armas sin ningún control oficial, a sabiendas de que buena parte son enviadas a la delincuencia organizada en México, y no se tiene noticia de que el gobierno de Washington realice un esfuerzo policial significativo contra la introducción de drogas ilícitas por la frontera común ni que se empeñe en desmantelar las redes de distribución de enervantes en su propio territorio. Por lo demás el presidente Obama anunció en abril pasado un “giro radical” en la estrategia del país de las barras y las estrellas, consistente en priorizar la prevención y tratamiento de adictos sobre la persecución penal de los estupefacientes.

En tales circunstancias, resulta grotesco que políticos y medios de la nación vecina se desvelen ante la posibilidad de que en México se lleve a cabo un viraje similar o bien que al menos llegue al poder un gobernante con la sensatez requerida para dar prioridad a desactivar el baño de sangre en que se debate el país y que es, en buena medida, resultado de la aplicación acrítica y obsecuente de estrategia estadounidenses que hasta en Washington se han visto caducas y anacrónicas.

El fiscal de EEUU retiene información sobre Rápido y Furioso
Una comisión del Congreso de Estados Unidos anunció (11/6/12) que la siguiente semana podría acusar de desacato al fiscal general, Eric Holder, por no haber entregado documentos que le pidió en el contexto de la investigación por la fallida operación de contrabando de armas en México, denominada Rápido y Furioso. El anuncio de la Comisión de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes, presidida por el republicano Darrel Issa, y apoyado por Charles Grassley, fue desestimado por la Casa Blanca, cuyo portavoz, Jay Carney, lo calificó de “politiquería”.

De acuerdo con el republicano el Departamento de Justicia se ha negado a entregar documentos clave con el argumento de que muestran deliberaciones internas de la institución y que fueron creados después del 4 de febrero de 2011, fecha en que dicho departamento “emitió una negación falsa al Congreso” sobre su conocimiento de la polémica operación. Fue asesinado un agente fronterizo en territorio mexicano con las armas contrabandeadas por la ATF, para supuestamente rastrear a los cárteles.

El objetivo de la citación del Congreso es precisamente para tener acceso a los documentos manejados a partir de esa fecha. Las acciones del Departamento de Justicia han obstruido la investigación sobre Rápido y Furioso, denuncio Issa. La controvertida operación fue iniciada en 2009, cuando agentes de la ATF, hicieron favorable el ingreso de 2 mil armas de alto calibre a México desde Arizona. Brian Terry, en diciembre de 2011, desató el escándalo y provocó la investigación del Congreso, que desde hace más de un año exige la cabeza del fiscal general. (La Jornada, política, p.p. 6 - 16, 12 de Junio, 2012). Primera parte: http://www.youtube.com/watch?v=gMVqNI_Y9_A&feature=related

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