#Yosoy132

Nacional
Las perspectivas que se avizora para el movimiento social
#Yosoy132
Por: Carlos Damián 7 de Julio, 2012
El movimiento social de jóvenes que cambió el acontecer político
México. - Suponemos que el movimiento social juvenil #yosoy132 que decantó el acontecer político del país realizó la quinta asamblea interuniversitaria en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de México (UNAM), con el propósito de definir su postura frente al proceso electoral aún en curso y de delinea su plan de acción para los próximos meses. Con independencia de los resolutivos que se hayan alcanzado en ese proceso de deliberación colectiva, el encuentro mismo tiene relevancia noticiosa, habida cuenta del aporte invaluable que ese movimiento ha hecho en las semanas pasadas al panorama político nacional; su papel como factor de escrutinio del poder político y mediático del país, así como su empeño por exhibir y transparentar las miserias de una transición democrática que supuestamente se había consumado hace 12 años con el recambio de logotipos partidistas en la presidencia.

Sin embargo, la circunstancia de postración e incluso de retroceso que padece el país en materia de democracia ha sido puesta de manifiesto una vez más con la incertidumbre del proceso electoral en curso, con la persistencia documentada de prácticas impresentables y antidemocráticas por partidos y gobiernos antes y durante los comicios, así como con la incapacidad y falta de voluntad de las autoridades electorales para erradicar tales prácticas y con la pérdida de credibilidad del conjunto de las instituciones políticas. Ejemplo de lo anterior es que, incluso desde antes de la jornada cívica del pasado domingo (1/7/12) y de las consecuentes denuncias por prácticas ilícitas, más de 70 por ciento de la población consideraba posible un fraude electoral, según un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Perspectivas de cambio
Es necesario, ante tal panorama, que el compromiso democrático y el ánimo cívico expresado en estas semanas por el movimiento universitario #yosoy132 trasciendan la actual coyuntura electoral y que, más allá de posicionamientos puntuales y los vicios exhibidos en esta elección se proyecten en una agenda de largo aliento que permita a ese colectivo enfrentar la multiplicidad de desafíos que tiene ante sí, sin dispersarse y sin perder la pluralidad, la creatividad y la energía que lo caracterizan. Al respecto, resulta pertinente cotejar las condiciones en que se ha dado la irrupción de la movilización estudiantil y juvenil en México con las que imperan en el proceso análogo que vivió recientemente en Chile.

En contraste con el historial de represión, cooptación y encasillamiento inducido desde el poder público que se ha desarrollado en nuestro país contra las experiencias organizativas de estudiantes, estos son característicos en los casos de la Federación de Estudiantes Universitarios en La Universidad de Guadalajara (UdeG), el Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (Muro) en la propia UNAM, y otros grupos porriles de golpeo.

En circunstancias similares en la nación andina, los estudiantes han logrado articularse en una red de federaciones estudiantiles que cuentan con representación formal, estructura y vida política internas. Entre ellas destaca la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), organización de larga trayectoria combativa, que ha participado en causas sociales en forma destacada, y que fue el elemento articulador de las protestas desarrolladas desde el año pasado en ese país en demanda de educación gratuita de calidad.
Los rendimientos del movimiento
La división social entre mexicanos generada por Antonio Sola para favorecer en aquel entonces a su patrón Felipe Calderón teniendo como meta la silla presidencial queda como un experimento político de miedo y control para el control autoritario que posteriormente el PRI por medio de EPN nos muestra en estos días de precariedad, el operador político se siente impulsado a mostrar su fuerza y no dejarse “arrebatar” la presidencia que ya pagó en la tienda de abarrotes. La carta de intención del sexenio que está por sembrar semillas de guerra sucia y agresiva contra los opositores políticos, debido a que EPN reivindicó su autoría de “represión del Estado” en la invasión de Atenco en la Iberoamericana. En ese contexto de linchamiento mediático, e intento de supresión de libertades debido al derecho político del candidato de las izquierdas a revisar las cajas electorales, podría corromper y debilitar el aparato estatal advirtiendo de la importancia de no contender con los reyes del próximo sexenio temiendo verse impreso su nombre en listas negras del rey piedra.

El argumento central para promover la rendición de AMLO es aceptable sólo en teoría, pero incompatible con la realidad política: la izquierda electoral no debe renunciar a su posibilidad de convertirse en contrapeso condicionante de un PRI que se va a arreglar con la ultraderecha en las reformas estructurales del país que tanto demanda la oligarquía mexicana y extranjera. Por lo que vemos que él dos veces candidato de la izquierda progresista debe aceptar el triunfo del rey piedra en las condiciones que se hubiera dado para no aislarse ni “tirar al bote a la basura de la historia”, el caudal de votos obtenido fue mayor al que se obtuvo en 2006. Tal pragmatismo convalidaría que se convertiría en jefe de una oposición de izquierda, moderna, participativa y sensata.
Acaso el desafío más importante que enfrenta el movimiento #yosoy132 sea superar precisamente esa condición y avanzar hacia la conformación de una organización estudiantil independiente del poder político como las que hay en otros países de América Latina. Cabe esperar que lo consigan, que logren, por esa vía, dar continuidad a su carácter de colectivo pacífico, bien informado, crítico y propositivo, ampliar sus bases de respaldo social y consolidarse como actor relevante y permanente en el empeño de transformación democrática de México. (La Jornada, política, p.p. 2-4, 5 de Julio, 2012).