martes, 17 de agosto de 2010

Secuestro de Diego

Nacional
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Secuestro de Diego
Por: Carlos Damián 8 de Agosto, 2010
El silenciado caso Fernández de Cevallos
México.- El secuestro de Diego Fernández de Cevallos (DFC) se empareja con su manera de ser, decir y actuar que lo han caracterizado a través de los años. Es un político mediocre que las oportunidades palaciegas lo han convertido en un héroe pero de esa clase política actual, viviendo en un circo como saltimbanquis encima de una cuerda floja de la ley. Su vida personal y profesional, se entremezclan con secrecías grupales, pasillos obscuros, forcejeos burocráticos, complicidades de socios poderosos, insultos de muchos afectados por sus acciones, silencios forzados y otras minucias.

El “Jefe Diego” así llamado por sus amigos, retozó entre un intenso tráfico y cínico tráfico de influencias sin el menor recato o sentido del Estado. Sus exitosos litigios contra el erario o la Reforma Agraria y el Gobierno del Distrito Federal, siendo senador y litigante a la vez, ejemplifican con amplitud lo afirmado. Entre sus andanzas su alías proviene de su malsana subordinación con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari (CSG), donde como minúsculo padrino derrama certezas de su ilegítimo origen electoral como presidente formal de México. En efecto DFC ha zurcido gran parte de su leyenda como actor de primera línea en la transición política mexicana, alrededor de politiqueros negociantes.

Ha participado DFC en muchos de los episodios negros recientes que han modelado la anormalidad democrática de México. En estas transas que intervino el segundo de abordo ha tenido una línea distintiva: congraciarse con la generosidad de las alturas, los designios del poderoso, hasta la quema de las boletas electorales. De estas acciones del “jefe Diego”, ganaron los panistas: una gubernatura, varios contratos allá, y alguna presidencia municipal de postre. De los febriles oficios del abogado validaron lo que después llamaríamos las “concertacesiones”. En medio de toda esta barahúnda con epicentro en Los Pinos y el despacho de abogados que dirige DFC, la jerarquía eclesiástica ganó el derecho a ser grosero –con el Estado Mexicano- los cardenales y obispos con exigencias continuas de protección y solicitudes para recobrar su mermado protagonismo.

Otra de las anécdotas de DFC cuando era senador nos dice que, estaba muy enfermo el papa Juan Pablo II y muchos ojos seguían desde México lo que sucedía en Roma. Con su reconocida teatralidad, DFC se puso de pie a mitad de la sesión del senado, anunció el deceso del papa y pidió a los asistentes un minuto de silencio. Todo normal, excepto que no había fallecido. No se salvó de un sabroso sarcasmo de los periodistas. Se le atribuye una inmensa fortuna. Irónicamente se le ha declarado muerto pero la PGR lo desmiente pero es sospechosa su desaparición: incluso su cadáver se ha encontrado en tierras de Guanajuato.

Este personaje de revista de comics hizo ricos a algunos pero también perjudicó a muchos otros. Hace apenas unas semanas la Suprema Corte de Justicia (SCJ) resolvió el caso de los ahorros bancarios de personas que abrieron cuentas hace muchos años, pactaron tasas de interés de alrededor de 100% anual y cuando reclamaron su dinero y rendimientos los bancos se resistieron a devolverlo. Tomó la causa DFC de uno de los clientes en contra de Banamex. Siempre había sido un defensor de los ricos y los banqueros, tuvo una participación decisiva en la operación del Fobaproa (operación haz más ricos a los banqueros), junto con Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Fauzi Hamdan y Carlos Medina Plascencia. ¿Cómo es que ahora demandaba a Banamex y por una suma que no cabe en una calculadora común: alrededor de 250 mil millones de pesos?

La SCJ falló a favor del banco con una argumentación que se antojó truculenta. La reacción del litigante fue sorprendente: quedó satisfecho. La pregunta de los 64 mil pesos. ¿Qué abogado en el ancho mundo queda conforme después de perder un asunto de 250 mil millones de pesos? Esa decisión de la SCJ dio las bases para que resolviera en contra de los demás clientes que reclamaban sus ahorros. Fue el juicio del siglo. El ex diputado y ex senador se ha movido siempre muy junto a la línea que debería separar los intereses públicos de los privados. Atendía dos campos de juego a la vez: El Congreso y su despacho privado.

Según el libro “Derecho de réplica”, del empresario argentino Carlos Ahumada (CA), la influencia de DFC fue decisiva en el nombramiento de la ministra Margarita Luna Ramos. En esta línea llegamos al famoso “compló” Ahumada confiesa que se alió con los enemigos de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) –entre los cuales se encontraba CSG y DFC- para frustrar su proyecto presidencial. Grabó los videos del Señor de las ligas, René Bejarano. Iban a pagarle a CA 400 millones de pesos por sus servicios, pero no cumplieron y lo único que recibió fueron 35 millones que le entregaron Manuel Andrade, gobernador de Tabasco; Arturo Montiel, gobernador del Estado de México; Enrique Peña Nieto, diputado del PRI; Elba Esther Gordillo y Jorge Kahwagi. Nadie debe llamarse a escándalo por los deseos de muerte cifrados en mensajes y alaridos desesperados que llevan dedicatoria, y que por desgracia discursiva dice el señor Calderón: DFC todavía tiene por delante. (La Jornada, política, p. 10, 17 de Mayo, 2010).

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