martes, 17 de agosto de 2010

Renuncia de Bazbaz

Nacional
Bazbaz deben procesarlo por errores garrafales en caso de Paulette
Renuncia de Bazbaz
Por: Carlos Damián 15 de Agosto, 2010
Se buscó no afectar las aspiraciones electorales de Peña Nieto, coinciden abogados
México.- Un día después de que Lisette Farah cuestionó el dictamen mediante el cual la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) concluyó que la muerte de su hija Paulette Gebara fue resultado de un “accidente”, y se quejó de que el titular de la dependencia, Alberto Bazbaz Sacal, la incriminó sin elementos, éste presentó su renuncia. Cerca de las 14 horas Bazbaz ofreció un mensaje a los medios, de sólo tres minutos, con el argumento que su salida de la dependencia está motivada por el desgaste que sufrió la institución con este asunto, al grado de que se perdió la confianza y credibilidad en esta institución.

El gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto anunció que aceptaba la renuncia del procurador de la entidad, Alberto Bazbaz, pues a pesar de la transparencia de los resultados sobre las investigaciones del caso Paulette, el desempeño del ahora ex funcionario llevó a la institución a un nivel de desgaste y desconfianza social que hacía imposible su permanencia en el cargo.

PRD-PAN: insuficiente, la renuncia de Bazbaz
La renuncia de Alberto Bazbaz no libera al gobernador de la entidad, Enrique Peña Neto, de la responsabilidad política por el sucio manejo de las investigaciones por la muerte de la niña Paulette Gebara Farah, coincidieron por separado los dirigentes del Pan, Cesar Nava, y del PRD, Jesús Ortega. Con su particular visión, el coordinador de los diputados del PRD en San Lázaro, Alejandro Encinas, sostuvo que este caso es uno más en el que prevalece la justicia selectiva de unos cuantos.

“Estamos ante la crónica de una infamia anunciada, donde evidentemente todo el manejo sucio entró en una fase de daños políticos por el gobierno del Estado de México, que ha tratado de ir cubriendo toda la investigación a costa, no solamente de una injusticia, sino de una burla a la opinión pública”. Jaime Cárdenas del PT, adujo que Bazbaz “debiera someterse a procedimientos de responsabilidad no solamente política, sino administrativa y penal, pues la investigación la hizo con los pies”. La salida de Bazbaz era una “necesidad política” para el gobernador Peña Nieto, para no afectar sus aspiraciones electorales con miras a obtener la Presidencia de la República en 2012.

Renuncia tardía e insuficiente
Después de haber concluido que el fallecimiento de la niña Paulette Gebara se debió a “un accidente”, el procurador Bazbaz renunció a su cargo en medio de un profundo desprestigio personal y de una extendida pérdida de confianza ciudadana hacia la dependencia que encabezó y hacia la institucionalidad mexiquense en general. Preferible a la dimisión de hace días habría sido una destitución hace por lo menos un mes, cuando resultó evidente que la investigación del caso Paulette no tenía más rumbo que el de los errores persistentes: de entrada, el servilismo obsequioso hacia una familia pudiente que contrastó con la falta de interés y la abulia que provocan en las autoridades los muchos casos de niños desaparecidos en el estado de México y cuyos familiares, de escasos recursos, no pueden aspirar a una atención personalizada como la que brindaron los más altos funcionarios de la procuraduría mexiquense a la familia Gebara Farah.

Después, el ahora ex procurador promovió, con insinuaciones y filtraciones a los medios, carentes de sustento, el linchamiento social y mediático de la madre de la niña fallecida. Los encargados de la investigación actuaron con descuido injustificable en el sitio central de la pesquisa, y por si fuera poco, el propio Bazbaz sostuvo en público que la niña había sido asesinada.

Así como resulta insostenible la versión oficial, no se debe permitir que la dimisión tardía de Bazbaz sea usada como medida de control de daños. Es necesario en cambio, rehacer la investigación en torno a la muerte de la niña fallecida, no sólo porque la explicación de la PGJEM es a todas luces inverosímil, sino porque en la impresentable indagatoria, diversos funcionarios pudieron cometer delitos y violaciones a los derechos humanos.

El gobernador Peña Nieto, lejos de asumir su responsabilidad y la de sus subordinados, se quejó de que los partidos quieran “llevar la ganancia política a sus terrenos”. Se equivoca este personaje político: el desastroso manejo oficial en torno a este caso penal no produce ganancias a nadie; se traduce en cambio, en graves pérdidas para la credibilidad de la justicia en el estado de México y en el país, y en un rotundo descrédito a las instituciones mexicanas. (La Jornada, estados, p.p. 4-33, 26 de Mayo, 2010).

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