martes, 17 de agosto de 2010

El Clérigo aún oficia: acusado de violación a niño

Nacional
Pese a las pruebas, la querella fue desechada por estar mal integrada
El Clérigo aún oficia: acusado de violación a niño
Por: Carlos Damián 6 de Agosto, 2010
Jesús Romero narra el abuso que padeció durante seis años
México.- A los 11 años de edad, cuando Jesús Romero Colín era monaguillo en la Iglesia San Agustín, en el centro de Tlalpan, fue sujeto a numerosas violaciones por parte del cura Carlos López Valdés, a quién tenía por su guía espiritual y que veía como a un padre. El 17 de agosto de 2007 interpuso una demanda FDS/FDS-6T1/00415/07-08 en contra del clérigo por violación y abuso sexual, la que fue desechada porque “no hubo peritajes pertinentes a la evidencia”.

Actualmente la evidencia se esta “perfeccionando” y la expectativa es que prospere. Dicha querella llevó a la suspensión del sacerdote, según afirma la arquidiócesis de México por medio de su vocero Hugo Valdemar, quien añadió que la Congregación de la Doctrina de la Fe del Vaticano estudia el caso del clérigo, por lo que el sacerdote no puede oficiar. Sostiene que en unos seis meses se conocerá la resolución eclesiástica sobre López Valdez.

El clérigo Carlos López aún oficia por diversos templos y velatorios
No obstante Romero y su abogado, David Peña, refieren que feligreses les han confirmado que López, de 65 años, sí oficia y se desplaza por diversos templos y velatorios de la sexta vicaría, realizando homilías, amparado por otros clérigos. En 1954, el sacerdote, quien había establecido un estrecho lazo con los padres del denunciante, se ofreció a “educarlo y formarlo”. Debido a las dificultades económicas de su familia y porque su madre anhelaba que el menor fuera sacerdote, accedieron a la propuesta.

El niño creyó que el sacerdote estaba dormido, y la acción había sido involuntaria, pero unas semanas después comprobó que no había sido así. Narra que ya instalado en la casa parroquial, los abusos del sacerdote fueron en aumento, hasta que “una noche me violó”. No dijo nada a sus padres. No se atrevió. Lo hizo cuando definitivamente dejó –hace siete años- la parroquia a la que había sido trasladado el sacerdote, la de San Judas Tadeo, también de la sexta vicaría. Que en 2001 asumió el obispo auxiliar Jonás Guerrero Corona.

Continúa Romero Colín relatando su confusión y angustia, tan sólo el período que vivió con él, identificó a cinco víctimas y también se enteró que “tenía una mujer y una hija a las que daba cheques semanales”.

A los 20 años abandonó la casa parroquial pero no se fue con las manos vacías. De la computadora del sacerdote extrajo un disco con unas 700 fotografías del cura manteniendo relaciones sexuales con niños y niñas y posando desnudo. Al religioso le gustaba bajar e intercambiar pornografía infantil en Internet. Cuando su madre supo lo ocurrido, acudió en 2007 con el obispo Guerrero. Nada sucedió sino hasta que puso la demanda. Mientras que el sacerdote violador continuaba desempeñándose como ecónomo de esa vicaría, y era “mano derecha” de Guerrero.

Después de la terrible experiencia, para Romero “Dios no está en la Iglesia” pero si el diablo dirigiéndola en las iglesias, y pese a lo explícito de las fotografías el sacerdote no fue llamado a declarar, porque no hubo peritajes a esa evidencia. Asegura que también denunció porque fue testigo de que otro monaguillo cayó en las garras del sacerdote.

Admite seguir en funciones pese a tener suspendida su licencia
Lucas Antonio Galván Valdés, vicario de la Iglesia del Sagrado Corazón y San Cayetano, afirma que aunque siente atracción por las mujeres, son falsas las acusaciones que lo relacionan con el grupo de sacerdotes en activo que cometieron crímenes sexuales contra niños en Estados Unidos u que buscaron refugio en México donde quedan impunes tales crímenes.

Ha oficiado por más de diez años en el templo capitalino y niega ser prófugo de la justicia estadounidense o que exista una orden de aprehensión por abuso sexual de una niña de once años, como denunció el pasado 20 de abril la Red de Sobrevivientes de Abuso sexual por Sacerdotes (SNAP, en inglés), al presentar una lista de 68 clérigos pederastas. El religioso proveniente de Denver Colorado, confirmó que desde ese señalamiento tiene suspendida su licencia sacerdotal, hasta que el superior provincial Arguimiro Sandín, entregue al cardenal Norberto Rivera un informa de su situación.

Refiere el sacerdote Galván Valdez que hace 23 años en la diócesis de Pueblo, Estados Unidos, a una niña que “acarició la cabeza”, los padres ofendidos iniciaron una investigación judicial en contra del sacerdote cariñoso. “En Estados Unidos tienen esa ley que te prohíbe oficiar más en esa parroquia”. Afirma que en su estancia de cinco años en Argentina le permitieron volver a oficiar y hace 10 años fue trasladado a México para “cuidar” a un sacerdote de edad mayor. (La Jornada, sociedad y justicia, p. 47, 14 de Junio, 2010).

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