martes, 17 de agosto de 2010

Hernán Cortés

Nacional
Su estatua es teñida con pintura roja, porque pisa la cabeza de in indígena americano
Hernán Cortés
Por: Carlos Damián 9 de Agosto, 2010
Es una glorificación cruel del genocidio americano y un insulto para México
México.- El conquistador español Hernán Cortés (1485-1547), tuvo por padres a Martin Cortés y Catalina Pizarro, avecindada en Trujillo, Cáceres. Tuvo dificultades con Diego Velázquez de Cuéllar, al casarse en 1514 con Catalina Juárez Marcaida, logró que él fuera su padrino. A merced de esta unión y la astucia de Cortés, después que se propiciaron las dos expediciones a tierra firme: la primera a cargo de Francisco Hernández de Córdoba y la segunda del capitán Juan de Grijalva. Para la tercera expedición el gobernador de Cuba Diego Velázquez de Cuéllar, le dio la responsabilidad a Hernán Cortés de ir a México.

En 1519 se estableció en México, y en 1520 usando este territorio se volvió victorioso sobre las huestes de Pánfilo de Narváez, hundiendo sus naves para que no regresaran los españoles miedosos que aún no se decidían. En 1519 dirigió una expedición marina compuesta de 11 barcos, con esta flotilla pretendía ir a las Indias de Cristóbal Colón, partiendo de Cuba para llegar al Estado de Yucatán, México. No dándose por vencido con sus tropas bajó de la flotilla enfilándose a tierra adentro dirigiéndose a Tenochtitlán donde los informes que había recibido era de una enorme ciudad llena de oro, Tenochtitlán.

En ese momento gobernaba un emperador azteca, Moctezuma, que era reverenciado como un Dios, pensando que era un enviado de Huitzilopochtli lo recibió con hospitalidad. Pero traicionando su amabilidad y cortesía, Cortés se aprovecho del tonto Dios y lo hizo prisionero. Después de algunas batallas y la noche triste, en 1521 Hernán Cortés había conquistado el imperio azteca junto con sus aliados la tribu Tlaxcalteca, la Malinche y las enfermedades del Viejo Mundo.

Noche triste de Cortés en Medellín, Extremadura
Tinta roja y un mensaje tanto “ético” como “estético”: hay que replantear la estatua de Hernán Cortés en su pueblo natal, Medellín, en Extremadura, por ser un gesto “cruel y arrogante” con los pueblos indígenas de América. En el monumento construido a finales del siglo XIX y que recibió el aval de las autoridades públicas y religiosas, aparece el conquistador español vestido de uniforme militar, con gesto altivo, heroico y con su pie izquierdo sobre la cabeza de un indígena mexicano, al parecer azteca, y otros símbolos religiosos de la cultura precolombina.

El colectivo denominado Ciudadanos Anónimos (CA), decidió realizar un acto de protesta para criticar una escultura, que vulnera los principios básicos de ética y estética. Por eso le arrojaron pintura roja más de la mitad de la estatua de tres metros de altura y cuatro de ancho. Este monumento es erigido en homenaje al emperador español de México. Este pueblo donde se encuentra ubicada esta polémica escultura racista y odiosa era una zona pobre y poblada de marinos, militares y granjeros sin preparación intelectual. Incluso en esta zona de España como curiosidad “su patrona” es la Virgen de Guadalupe, que dicen los naturales fue llevada a México.

Este “patrimonio histórico nacional” que exalta la figura de Cortés, que proyecta la imagen de la España racista sobre los pueblos de América tiene grabados en sus costados las cuatro principales batallas que permitieron, después la colonización, pero que al mismo tiempo forman parte importante del genocidio de los pueblos de América Latina. Se trata de las batallas de Otumba, Tlaxcala, Tabasco y México. Los autores consideran (CA) que la estatua es una “glorificación cruel, arrogante del genocidio y un insulto al pueblo de México y América Latina”, por lo que instan a los responsables públicos de la región extremeña a que se intente “revisar” la citada escultura creada en 1890 por Eduardo Barrón, y eliminar la parte denigratoria con los pueblos de América.

En la estatua se pueden observar “símbolos que representan a las instituciones política, religiosa y militar junto a la cabeza despojada de un indio que está bajo el pie del asesino genocida Hernán Cortés”, y se advierte que la cabeza del indio “posee un tratamiento plástico diferente, más tosco, menos realista y con carácter semihumano en comparación con el de la figura dominante”, según CA.

Es en resumen una representación fascista de Hernán Cortés, una caricatura tragicómica nazi que debería cambiarse por otra, como “un monumento a todos los caídos en estas invasiones, en el que también se trate con dignidad al pueblo vencido en aquella agresión armada”.

En respuesta el alcalde de la ciudad, Antonio Parral, informó que se llevará a los reponsables ante la justicia. Con indignación reaccionaron los integrantes de la Asociación Histórica Metellinense, emitiendo un comunicado en el que condena la “cobarde y antidemocrática” acción “vandálica contra el patrimonio artístico y monumental de Medellín”, España. (La Jornada, p. 36, 13 de Agosto, 2010).

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