martes, 14 de septiembre de 2010

La soberanía mexicana

Nacional
La claudicación creciente
La soberanía mexicana
Por: Carlos Damián 18 de Septiembre, 2010
El renegado americano
México.- Por primera vez en la historia, un presidente mexicano rindió un homenaje en el cementerio militar nacional de Washington, sitio sagrado para los estadounidenses, donde se encuentran enterrados veteranos de todas las guerras y conflictos militares de este país, incluso las intervenciones e invasiones de México. En una ceremonia solemne el presidente Felipe Calderón colocó una corona de flores verdes, blancas y rojas con un listón que se leía “Presidente de México” ante la Tumba del Soldado Desconocido.

Entre los veteranos conocidos que se encuentran enterrados aquí hay varios que participaron en la intervención estadounidense en México en 1914 y 1915. También varios de la guerra de expansión en México de 1847 y 1848. Por ejemplo está la tumba del almirante Franck Friday Fletcher, quien como comandante de la primera división de la flota del Atlántico dirigió la invasión militar del puerto de Veracruz el 21 y 22 de abril de 1914, por lo cual recibió la medalla de honor. Otro militar famoso es el general John Pershing comandante en Europa durante la Primera Guerra Mundial. Este militar encabezó el 15 de marzo de 1915, la “expedición” a México encargada de capturar al General Pancho Villa, quien se había atrevido a invadir Columbus, Nuevo México con motivo de la venta de parque militar americano fraudulento para que fracasaran las tropas militares del famoso héroe mexicano creador de la guerra de guerrillas en la Revolución Mexicana. Por estos destrozos en la frontera de la tropa afroamericana en México nunca han exigido reparación monetaria los mexicanos a los yanquis pero los estadounidenses si la exigieron por la necedad de Pancho Villa que le regresara su dinero, ya que los judíos americanos se negaban a devolver la garantía de venta.

Pershing invadió 560 kilómetros adentro de México persiguiendo a Villa en la llamada “expedición punitiva mexicana”, con 10 mil militares muchos de ellos eran hombres afroamericanos que se estrenaban como tropa en las filas del ejército estadounidense. Uno de sus tenientes al mando era el luego general George S. Patton, de la Segunda Guerra Mundial. Este lugar tiene otra dimensión histórica que lo liga con la guerra contra México: fue hacienda de esclavos del general Robert E. Lee, comandante de las fuerzas del sur en la Guerra Civil. Las primera guerra injusta contra México se originó por la secesión de Tejas, que pertenecía a México pero por la gran cantidad de supuestos ciudadanos mexicanos de origen estadounidense cizañosos y motivada en parte por la gran cantidad de recursos naturales que contenían las tierras al “Wild wild west” y supuestamente que los límites de Tejas al sur era el maldito río Grande (río Bravo).

Soberanía mexicana
En el contexto de la visita oficial del Presidente de México, Felipe Calderón a Estados Unidos, depositó una ofrenda floral ante la tumba del soldado desconocido, en el cementerio de Arlington, Virginia, en homenaje “a los soldados mexicano – estadounidenses muertos en campañas militares de Estados Unidos-”. Con esta acción el gobernante rompió así el veto tácito, mantenido a lo largo de los sexenios anteriores, que impedía a un jefe de Estado mexicano visitar ese sitio. El motivo de esta reserva simbólica estuvo siempre a la vista: en Arlington están enterrados elementos militares estadounidenses que intervinieron en la Guerra injusta contra México y le arrebataron más de la mitad del territorio, así como los criminales e injustificables ataques y ocupación del puerto de Veracruz (abril- noviembre de 1914).

Si bien es cierto que la geografía y la economía hacen pertinente y necesario, en el período actual, la construcción de una relación bilateral fluida, productiva y hasta cordial, por ser un socio comercial. Esta visita de Estado al cementerio estadounidense equivale, a aceptar ofensas por las cuales nunca se ha expresado una disculpa ni ofrecido una compensación. Para colmo, el gesto era innecesario si se considera que durante las pasadas cinco décadas ha sido posible desarrollar vínculos cada vez más estrechos con el imperio de las barras y las estrellas.

Una serie de episodios de claudicación de soberanía se han suscitado, el más reciente y claramente definido es: la firma de la iniciativa Mérida por medio del cual se dio potestad a agencias y cuerpos militares yanquis a inmiscuirse en asuntos internos, así fuera por medio de asesorías, trabajo de inteligencia, suministro de pertrechos militares, trabajo de inteligencia, y vehículos. La entrega de partes substanciales de la industria petroquímica a corporativos extranjeros, y la deplorable decisión, anunciada en marzo pasado y vigente desde mayo, de renunciar a la visa mexicana como requisito para ingresar a territorio nacional y aceptar, en su lugar el documento análogo emitido por el gobierno de Estados Unidos.

Para finalizar esta retahíla de acciones torpes; fue que las autoridades mexicanas en la visita de Calderón, solicitaron el auxilio de la DEA y el FBI en la investigación en torno del secuestro de Diego Fernández de Cevallos. Con esa petición, los funcionarios nacionales han admitido su incapacidad para la procuración de justicia y la investigación de delitos. (La Jornada, política, p.p. 3-6, 21 de mayo, 2010).

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