martes, 14 de septiembre de 2010

La ciencia nuclear

Nacional
La política y ciencia
La ciencia nuclear
Por: Carlos Damián 16 de Septiembre, 2010
La ciencia incrementa el conocimiento mediante reglas estrictas
México.- La ciencia a diferencia de la literatura, no admite ficción. Las artes enriquecen la vida gracias a la imaginación, a la belleza, a la paz que suelen ofrecer. Las ciencias fortalecen la existencia por medio de sus descubrimientos, por los problemas que resuelven, porque mejoran las condiciones de vida. Las artes se nutren del transcurrir de la vida y del contacto entre seres humanos; crecen por lo que observan y salvo cuando se usan con fines propagandísticos, como sucedió en Alemania nazi, suelen ser benéficas e inocuas.

Las ciencias instrumentan el conocimiento por medio de reglas muy estrictas. Sus aportes siempre son bienvenidos: sólo dañan cuando se utilizan para destrozar Hiroshima y Nagasaki, o cuando se prueban fármacos en seres humanos sin apegarse a códigos éticos. La ficción no daña. La ciencia cuando vulnera leyes éticas, produce desgracia. Ni la ciencia ni el arte tienen fronteras.

Algunas conquistas científicas además de producir admiración, generan preocupación Craig Venter, uno de los padres del genoma humano y su grupo, informaron hace pocos días la creación de una bacteria. Este hallazgo pone fin a uno de los grandes dogmas de la biología: las células, es decir, la vida. Romper paradigmas biológicos es un suceso inmenso. Otro ingrediente insoslayable es que Venter combina su gran capacidad científica con su ímpetu comercial: es fundador y codueño de la empresa Synthetic Genomics.

Los alcances científicos deparan algunas cuestiones. El mal uso de la ciencia profundiza las diferencias entre ricos y pobres, se vende al mejor postor. Los científicos bien saben que la propiedad intelectual no es la mejor bandera cuando se trata de acortar las distancias entre distintos grupos de seres humanos. No en balde algunos científicos de vieja cepa como Jonas Salk, descubrieron la vacuna oral contra la poliomielitis, Salk solía decir que la ciencia no puede ni debe ser patentable.

Aplicaciones pacíficas de la energía nuclear
El Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), sus trabajadores, investigadores, profesionistas, técnicos y personal de apoyo (Sutin), tienen como material de trabajo la investigación y el desarrollo en ciencias y tecnologías nucleares. A pesar de la insuficientes recursos que reciben de la institución y de la inexistencia de políticas en la materia, han logrado avances importantes sobre todo en proyectos de interés social, entre los que destacan la producción de radioisótopos para diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades, particularmente para alivio del dolor en casos de cáncer, así como la creación de un banco de tejidos radio-esterilizados utilizados en el tratamiento de quemaduras, y para diabéticos.

Además se han realizado proyectos de investigación básica que nos permiten avanzar la frontera del conocimiento y formar recursos científicos para la Nación. Se reconvirtió también un irradiador Gamma, para su uso en la preservación de alimentos y esterilización de productos quirúrgicos, y fue creada a propuesta del Sindicato único de trabajadores de la industria nuclear –Sutin-. Además se dan servicios fundamentales para mantener en óptimas condiciones la Central Nuclear de Laguna Verde, aumentar su potencia y su vida útil con la correspondiente generación de electricidad.

No obstante falta mucho para hacer de la institución nuclear con fines pacíficos un uso más adecuado de los recursos económicos y la adquisición de infraestructura que le permita despegar como institución para responder a las necesidades de la nación. En este sentido no podemos dejar de insistir en otros aspectos que agravan los problemas de la institución, derivados de la política gubernamental. Uno de los más relevantes es la falta de definición de una política nacional de largo alcance en materia energética nuclear, lo que debiera considerar la conveniencia de contar con centrales nucleares de nueva generación que permitan diversificar las fuentes de energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Otra circunstancia que afecta al ININ es la inexistencia de una real política en ciencia y tecnología, que la sitúe como una actividad estratégica y no como un pretexto para dar beneficios fiscales a empresas trasnacionales que envían la mayor parte de sus ganancias al extranjero y no crean plazas de trabajo para el trabajador mexicano. Una política nacional de ciencia y tecnología, en la que el gobierno debe comprometer sus recursos para atacar problemas como los derivados del calentamiento global, que México no se ha sumado aún cuando ha firmado múltiples compromisos sociales con los demás países en el mundo.

En este contexto la investigación y el desarrollo tecnológico jugarán un papel fundamental nacional, global en el cambio climático y como alternativa de energía ahorradora de nuestro petróleo para las empresas que se fundaran en este México avanzado tecnológicamente, y defendiendo nuestra soberanía para establecer más Centrales Nucleares generadoras de energía eléctrica. (La Jornada, política, p. 13, 2 de marzo, 2010).

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