martes, 14 de septiembre de 2010

La democracia y justicia social

Nacional
Cuauhtémoc Cárdenas: El TLC trajo un deterioro social
La democracia y justicia social
Por: Carlos Damián 26 de Septiembre, 2010
Francisco López. Se necesita refundar el estado
México.- Aquellos teóricos capitalistas detractores del socialismo no pueden oír hablar de la existencia de explotación, imperialismo y explotadores de los trabajadores. Se muestran iracundos cuando algún comensal o interlocutor les hace ver que las clases sociales son una realidad. Los nuevos portadores del catecismo posmoderno, dicen tener argumentos de peso para desmontar la tesis que aún postula su validez y su vigencia como categorías de análisis de las estructuras sociales y de poder. Con cierto grado de sustancia es posible identificar dos tesis.

El resto entra en el estiércol de las ciencias sociales. Son adjetivos calificativos, insultos personales y críticas sin altura de miras. Yendo al grano, la primera tesis subraya que la contradicción explotados – explotadores es una quimera, por tanto todos sus derivados, entre ellos las clases sociales son conceptos anticuados de corto recorrido. Ya no hay clases sociales y si las hubiese son restos de una guerra pasada. El segundo argumento, corolario del primero, nos ubica en la caducidad de las ideologías y principios que les dan sustento, es decir, el marxismo y el socialismo.

Su conclusión es obvia, los dirigentes sindicales, líderes políticos e intelectuales que hacen acopio y se sirven de la categoría de clases sociales para describir luchas alternativas en la actual era de la información, vivirían de espaldas en la realidad. Esto supondría reflexionar atributo del cual carecen los nuevos robots alegres del pensamiento sistémico y neoliberal. Sin duda en las dos últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI han emergido procesos sociales, económicos, políticos y culturales que no sólo han reinventado la realidad sino los conceptos para describirla. Las clases sociales existen y negarlo es, por decir lo menos, una ignorancia supina.

Justicia social y compra de votos
En México no hay aún democracia, pues en los últimos años se han cometido fraudes electorales a los candidatos presidenciales, Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, las instituciones no funcionan y no hay justicia social, trabajo, salud ni educación, por lo que tal vez haría falta un congreso constituyente para reestructurar el Estado. Son algunos de los planteamientos de Carlos Payán, ex director y fundador de la Jornada. “Hay una reflexión que nos debemos hacer con respecto al uso de la palabra democracia, cuando uno ve que alrededor se violan votos, que la respuesta de la autoridad nunca es la adecuada”. Criticó la compra de votos y agregó, “ya no se trata de democracia sino de ver quién tiene más dinero para comprar más votos. Pero no sólo eso sino que no hay manera de controlarlo ni ganas parece que tiene la gente de controlarlo”.

Además abundó Payán, “no podemos hablar de democracia si antes no hablamos de justicia social. Si la gente, los campesinos, los indígenas n o tienen derecho a la salud, la educación, la alimentación y todo lo demás, pues estamos fritos. ¿De qué democracia estamos hablando?” Dijo que no hay una institución que funcione correctamente y puso de ejemplo el Congreso, que “no puede resolver nada fundamental para el país, porque arriba todos los intereses y la corrupción bloquean”. Dijo que antes del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá el crecimiento económico promedio de México eras de 6 por ciento, pero que después cayó a la mitad, además que generó un “serio deterioro social”.

En su exposición Payán, agregó que las políticas neoliberales han tenido un “efecto des-industrializador”, mayor desempleo y migración. Aunado a esto fue la falta de políticas internas que protegieran y modernizaran las estructuras económicas del país e impulsaran el mercado interno. En cuanto al centro- izquierdo representada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), ahí sólo podemos encontrar confrontaciones de distintos grupos de poder, no hay discusiones ideológicas ni disidencias.

La casa se derrumba
En cuanto al abogado mixteco Francisco López Bárcenas, al dirigir su exposición en la conferencia sobre “democracia, socialismo y disidencias”, comentó que los ciudadanos “no creen en el Estado”, crean sus propios espacios de poder, mediante sus usos y costumbres. Tal vez esta experiencia no podría ser un modelo generalizado, sino que se trata de acciones necesarias y a contracorriente que, sin embargo, son enseñanzas de los pueblos indígenas al resto del país. “No hay democracia, pero además preguntaría si hay Estado, pues se nos cayó la casa”. Por ello insistimos que se necesita un congreso constituyente para refundar el Estado, pues hay que “pluralizar y articular todo”.

Otro expositor, Jesús Ramírez Cuevas, planteó que el centro de la discusión es la democracia y que el derecho a disentir es la semilla de la misma. Alberto Aziz consideró que hay dos problemas de la agenda nacional que no se han podido resolver y que están vinculados con decisiones pospuestas de Estados Unidos: la migración y la seguridad relacionada con el tráfico de armas. Con respecto a la izquierda partidaria, dijo que el proceso que vive ya no es el de búsqueda de unidad y consensos, sino el de la fragmentación y la pulverización. Está perdiendo influencia en las masas de manera catastrófica. (La Jornada, política, p.p. 4-5a, 21 de agosto, 2010).

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