domingo, 12 de septiembre de 2010

Zedillo

Nacional
Contra el pago de facturas
Zedillo
Por: Carlos Damián 13 de Septiembre, 2010
Ipab: Instituto de protección para el ahorro de los banqueros
México.- De acuerdo con información proporcionada por la trasnacional financiera estadounidense Citigroup –propietaria del segundo banco del país Banamex- el ex presidente de México. Ernesto Zedillo, se incorporará como miembro del Consejo de administración de ese consorcio en abril, 2010. A primera vista el nombramiento podría pasar como reconocimiento a la reputación de “economista experto” que Zedillo se ha forjado desde que a su salida del cargo en diciembre del año 2000, se dedicó a moverse en distintos ámbitos empresariales, académicos y en organismos financieros, lo cual lo ha llevado a desempeñarse como funcionario de varias compañías trasnacionales, como: Procter & Gamble, Alcoa, y Union Pacific, algunas de las cuales se vieron ampliamente beneficiadas durante su mandato.

Esta supuesta virtud golpea, no obstante la impericia económica con que el egresado de la Universidad de Yale se condujo durante sus años en el gobierno federal. Después de la llegada de Zedillo nos golpeó la crisis financiera – económica, en la que confluyeron por igual las maquinaciones del gobierno federal de Carlos Salinas y la incompetencia de su sucesor, por más que se empeñe Zedillo de convencernos que el quebranto económico fue responsabilidad de Carlos Salinas. Pese al enorme costo que esta crisis arrojó en pobreza y zozobra social, el gobierno zedillista optó por abandonar a su suerte a os estratos medios y bajos, y emprendió en cambio, sendos “procesos de rescate” a favor de un puñado de empresarios.

En consonancia con la oleada privatizadora desatada durante Salinas, Zedillo impulsó y logró la aprobación de modificaciones legales que permitieron a firmas extranjeras, hacerse de la propiedad de activos del sistema bancario en México. Al mismo tiempo socializó los pasivos de las empresas privatizadas en el sexenio anterior y ejecutó, con el respaldo de los legisladores priístas y panistas en el Congreso de la Unión, un “rescate bancario” que constituye el mayor atraco a las arcas públicas en la historia del país.

El personaje Ernesto Zedillo no puede soslayarse de las facetas del ex presidente represor, el promotor de las políticas contrainsurgentes en Chiapas y Guerrero, y el responsable político de masacres como las de Aguas Blancas (1995), Acteal (1997) y el Charco (1998). Es decir el miembro del consejo de administración de Citigroup contará con un consejero cuya historia arrastra acusaciones tan graves que no han sido esclarecidas.

Pero se nos olvida Carlos Salinas de Gortari otro ex presidente que tres lustros después brinca gozoso para defender su decisión de reprivatizar la banca, y afirmar el cierre de su administración “el balance de los bancos no era desfavorable: enfrentaban problemas, pero no una situación de crisis”. Con base en documentos oficiales de 1993-1994; en junio de 1994, el 63 por ciento de los bancos que pasaron a manos privadas se encontraban en quiebra técnica, mientras que 73 por ciento restante estaban a un paso de tal condición: al cierre del primer semestre de ese año, la cartera vencida de las ex sociedades nacionales de crédito significó 96.2 por ciento de su capital contable, casi tres veces mas que en diciembre de 1991 (Comisión Nacional Bancaria).

Cuando se concretó la reprivatización un viejo banquero mostró su preocupación, pues la mayoría de las instituciones se vendieron a personas con “cultura netamente bursátil”, es decir, “a personas cuya costumbre es hacer grandes negocios, con mínimos riesgos y en muy corto plazo”. La mayoría exprimió literalmente a los bancos para recuperar peso por peso lo que habían invertido. La Asociación Mexicana de Bancos, los nuevos propñietarios de las 18 ex sociedades nacionales de crédito vendidas por la administración salinista habían recuperado, en promedio, 42 centavos de cada peso invertido para quedarse con ellas. Y sucedió lo que era lógico.

Un año después, en septiembre de 1994, el promedio de recuperación, según la misma fuente, se aproximó a 95 centavos de cada peso. Lo que vino después es conocido: quiebra, “rescate”, “saneamiento”, extranjerización, 16 años después, sólo un banco reprivatizado permanece en manos mexicanas, la de sus compradores originales: Banorte. Para rematar estas maniobras políticas económicas, el subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, Dionisio Pérez Jacome, justificó la “guerra interna” que registra México con las siguientes palabras inspiradoras: “uno de los logros en la guerra contra el narcotráfico es que los inversionistas reconocen, con su toma de decisiones, el imperio del Estado de derecho en el país”.

Esto se confirma fehacientemente con el hecho de que en los tres años del Sr. Calderón los capitalistas mexicanos han sacado del país 57 mil 700 millones de dólares. Esta cantidad es la mayor emigración de activos desde el error de diciembre de 1994; que por la mitad de la cantidad se privatizaron los bancos en aquel año aciago. No estamos descubriendo el hilo negro. (La Jornada, economía, p.p. 2- 21, 21 de febrero, 2010).

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