domingo, 26 de agosto de 2012

La falta de rumbo

Internacional
La crisis europea no tiene fin
La falta de rumbo
Por: Carlos Damián 28 de Enero, 2012
La crisis europea “es devastadora” su reacción en el mundo
México. - En el Foro Económico Mundial (FEM), que se desarrolló en Davos, Suiza, y con el telón de fondo de la crisis que vive la zona euro a consecuencia del crecimiento de las deudas soberanas de varios países del viejo continente, el primer ministro británico, David Camerón, criticó la propuesta –planteada el pasado viernes (20/1/12), por el presidente francés, Nicolás Sarkozy- de gravar las transacciones bursátiles en la Unión Europea (UE). A renglón seguido, Camerón sostuvo que semejante agravante “podrías recortar el PIB de la UE en unos 200 mil millones de euros, costará cerca de 500 mil empleos y forzará hasta a un 90 por ciento de los operadores de mercados (bursátiles) a dejar la UE”.

Las declaraciones del premier inglés se producen un día después de que la canciller alemana Angela Merkel reconoció en el mismo foro su frustración por las dificultades para consensuar un plan anticrisis para la eurozona, defendió las políticas de austeridad impuestas a países en dificultades económicas y llamó a las naciones de ese conglomerado a ser “más competitivas”. Que el jefe de gobierno de la Gran Bretaña –país que no pertenece a la eurozona actúe como defensor de los intereses de los capitales especulativos ilustra claramente el poderío que esos consorcios privados han llegado a tener sobre las autoridades políticas en el mundo contemporáneo, incluso en naciones ricas y de supuesta fortaleza democrática e institucional.

La crisis europea
Si algo se puede reprochar a los promotores de la propuesta de gravar las ganancias de las transacciones bursátiles es lo tardío de la medida, pues ésta habría permitido ya la obtención de importantes recursos adicionales por la vía fiscal y habría introducido en las economías y mercados europeos la mínima estabilidad de la que han carecido, en la medida en que atenuaría la volatilidad y la movilidad descontrolada de las operaciones especulativas. La anarquía en que se desenvuelven esos capitales les permite mover grandes cantidades de dinero de un país a otro en forma casi instantánea, sin que ello se vea reflejado en inversiones productivas y duraderas. Ello plantea grandes limitaciones para el desarrollo de políticas macroeconómicas por parte de los estados, les impide prevenir los efectos de las transacciones especulativas en la depreciación monetaria y en el incremento de las tasas de interés y constituye, en suma, un factor principal de incertidumbre e inestabilidad económica y una amenaza de catástrofe siempre latente.

Por añadidura, el subsidio otorgado por los gobiernos europeos a capitales que poco o nada aportan al desarrollo de sus respectivas naciones es injustificable e inmoral, sobre todo cuando tal conducta contrasta con las devastadoras medidas de choque que sistemáticamente son demandadas a las naciones en dificultades, y que ha venido defendiendo el gobierno de Berlín. Es claro que, si desde hace tiempo se hubiera privilegiado el cobro de impuestos a las grandes fortunas y la regulación de los capitales especulativos por sobre el sacrificio de las mayorías, se habrían podido evitar o por lo menos atenuar los grandes costos económicos, sociales y hasta políticos que se desprenden de la inestabilidad macroeconómica actual.

Consecuencias devastadoras
Europa está en una crisis devastadora y debe sacar su arma inmediatamente para resolver la crisis de la deuda y evitar que se propague a Italia y España, salpicando a la economía internacional. La bomba de tiempo de gran alcance económico se encuentra por el momento en Europa y se espera que los países europeos logren sacarla del bache en que se encuentra, y que la desactiven para que no nos explote a todos. La élite económica reunida en la 42 edición del Foro Económico Mundial (FEM) discute la vigencia del modelo capitalista. La impresión de que los negocios tendrán que desarrollarse de otra forma se impone incluso en el exclusivo encuentro de los capitalistas: Davos.

Del capitalismo de los años 80 y 90 se puede decir sin riesgo a se denunciado que era explotador, perjudicial para el medio ambiente y que se ha desarrollado a costa del hemisferio sur, así como de futuras generaciones. Ahora las críticas se hacen cada vez más fuertes y hasta la elite económica reunida en Davos debate abiertamente si el capitalismo del siglo XX puede seguir funcionando. El propio fundador del FEM Klaus Schwab, ha dicho que ese modelo está “un poco envejecido”. Incluso se podría decir que “el sistema capitalista en su forma actual no encaja en el mundo de ahora”, dijo quien reconoce cierta simpatía hacia los activistas sociales de Ocupa Wall Street, que pasan frío en su campamento iglú, cerca del lugar donde se celebra el foro.

La crítica al capitalismo está presente en el foro que durante 2011 decenas de miles de jóvenes desempleados del sur de Europa salieran a la calle a manifestarse y que los activistas hayan acampado junto a los rascacielos de los bancos. De las “promesas rotas del capitalismo” habla la secretaría general de la Asociación Internacional de Sindicatos, Sharan Burrow: “ya antes el bienestar estaba tan desequilibradamente repartido como no sucedía desde los años 30”. En muchas economías ya no entran los jóvenes trabajadores, lamentó. “El modelo económico se está socavando a sí mismo”, afirmó. “Los disturbios sociales que podrían emerger de eso no lo van a gustar a nadie”, advirtió la representante de 175 millones de trabajadores en todo el mundo.

Por desgracia, los pronunciamientos formulados en horas recientes desde Davos por los gobiernos de las naciones más ricas de la Europa comunitaria –Alemania y Gran Bretaña- permiten ver la falta de rumbo económico que acusan las autoridades de ese conglomerado de naciones, así como la ausencia de perspectivas para conjurar el riesgo de una debacle mayúscula en esa región y en el mundo. (La Jornada, política, p.p. 6-10, 27 de Enero, 2012).

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