domingo, 26 de agosto de 2012

El veneno como alimento humano

Nacional
La trasnacional plantará maíz OGM en etapa piloto en Tamaulipas
El veneno como alimento humano
Por: Carlos Damián 26 de Julio, 2012
El presidente interesado en autorizar estos cultivos transgénicos: Sagarpa
México. - Las presiones de trasnacionales, se han agudizado en días recientes, indica Elena Álvarez-Buylla (EAB), investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM e integrante de Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCSS). Es lamentable, dice que las autoridades mexicanas hayan cedido a las exigencias de las corporaciones internacionales, y que en “medio del proceso electoral y del ciclo agrícola primavera-verano y sin ningún anuncio del gobierno federal, se aprobaron tres nuevos permisos para siembra de maíz transgénico en fase piloto a favor de Monsanto, en el norte de Tamaulipas”.

De acuerdo con EAB, presidenta del Comité Ejecutivo de la UCCS, la liberación de nuevos cultivos biotecnológicos se ha otorgado, a pesar de que funcionarios de las instituciones responsables en la materia, “están conscientes de los daños y peligros (que han sido demostrados científicamente), como son los transgénicos que tienen para la salud humana y el medio ambiente”. Las instituciones burocráticas responsables son: la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Corporaciones trasnacionales atentan contra la soberanía
Se trata de un atentado contra la soberanía que beneficiaría un interés privado en detrimento del público, enfatizó. Sobre las presiones que recibe México, agregó que “no tengo información detallada, pero lo que puedo decir de primera mano es que en una reunión que varias organizaciones civiles sostuvimos con el secretario de la Sagarpa, Francisco Javier Mayorga, abrumado por los cuestionamientos que le hacíamos, nos dijo: ‘Miren, en materia de transgénicos no somos químicamente puros, hay intereses y el presidente Felipe Calderón, y un servidor, tenemos interés en que (éstos) se aprueben’. Habrá que preguntarle qué tipo de intereses y a qué tipo de acuerdos están llegando”.

El académico Miguel Altieri advirtió que luego de 20 años desde que los organismos genéticamente modificados (OGM) se empezaron a usar en el mundo, se ha demostrado científicamente que no son la prometida “solución mágica” al problema alimentario y al deterioro ambiental. Al contrario afirmó, la biotecnología agrícola ha respondido sólo a criterios económicos promovidos por una industria, y su aplicación está teniendo resultados nocivos y demostrados para la salud humana y para el medio ambiente. También agregó que las corporaciones dedicadas a la biotecnología están concentradas en cultivos para satisfacer las necesidades de mercados grandes y seguros, como el de los agrocombustibles.

Alimentos envenenados
En estos días cuando vamos al mercado los alimentos que son rociados con veneno pasan por “normales” y no se declara en ninguna etiqueta, mientras que hay otros alimentos sanos y que no son de semillas transgénicas y no necesitan ningún veneno para su desarrollo, necesitamos etiquetarlos y son más caros en el mercado. Es así como se venden los alimentos acompañados con agrotóxicos (también llamados agroquímicos), que nos engañan al venderlos como normales y no nos demos cuenta que es un engaño al público, y no protestemos al consumirlos. Las diez trasnacionales que controlan el 90 por ciento de la venta de agrotóxicos a nivel mundial de entre las cuales podemos recordar, son: Syngenta, Bayer, Basf, Monsanto, Dow y Dupont son las mayores. No es casualidad que estas compañías controlen el negocio de agrotóxicos y las semillas para la siembra llamadas transgénicas, estas mismas trasnacionales han creado el veneno que ahora se consume en todo el mundo.

La estafa al público son los alimentos transgénicos que han elevado su toxicidad al 100 por ciento para hacerlas más resistentes a los parásitos y a los humanos ya que son manipuladas para tolerar mayor uso de agrotóxicos, para que alrededor de la planta todo se muera, y para que la planta transgénica siga viva luego del baño intensivo de veneno a que se le somete artificialmente. Este veneno no sólo se queda en la tierra y en el agua, ya que su alto contenido de tóxico se va a la comida que se elabora con ellos. En los lugares donde se siembra soja transgénica tuvieron que cambiar las leyes sobre la salud en los países para aumentar 200 veces el nivel de residuos de agrotóxicos permitidos en alimentos de lo contrario serían alimentos ilegales por ser un riesgo a la salud.

Las empresas ahora vende el producto cada vez más concentrado debido a que ya no tiene consecuencias en las hierbas a eliminar que rodean al cultivo producido para alimento, y le agregan surfactantes, y otros químicos para que penetre mejor –convirtiendo al glifosato en un veneno de alto poder-. Sin embargo la poca eficacia del veneno va en aumento, y están regando en la tierra y en el aire venenos más tóxicos en los cultivos como el famoso 2.4D que es un componente del arma química agente naranja. Estos venenos para el ser humano son cada vez aplicados a los transgénicos en forma masiva por medio de aviones que fumigan grandes áreas, afectando extensas áreas aledañas, poblaciones cercanas, y fuentes de agua para el ser humano. El cultivo de transgénicos ha significado el uso del herbicida glifosato en la historia de la agricultura. En un principio nos dijeron que los agrotóxicos eran necesarios para alimentar al mundo para hacer rendir a los cultivos que nos alimentan, igual ha pasado con los transgénicos. Sin embargo ahora hay más hambrientos que nunca y millones de niños nacen a un futuro tóxico como cucarachas, que se han vuelto resistentes a los tóxicos en el ambiente. Pero la gran mentira está al descubierto y la resistencia en la raza humana al engaño comercial sigue creciendo. (La Jornada, economía, p. 25, 14 de Julio, 2012).

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