domingo, 3 de junio de 2012

La crisis económica europea

Internacional
La ingobernabilidad del país
La crisis económica europea
Por: Carlos Damián 18 de Mayo, 2012
Las paradojas del manejo de la crisis
México. - Después que se celebraron las elecciones generales en Grecia, los principales líderes partidistas de ese país acordaron la realización de nuevos comicios para el próximo 17 de junio, ante la imposibilidad de lograr un acuerdo para construir un gobierno de unidad. Debe recordarse que los comicios efectuados el pasado 6 de mayo se saldaron con una debacle electoral de los dos partidos tradicionalmente mayoritarios, el Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) y el derechista Nueva Democracia, ambos son acusados por la población de haber fraguado la crisis griega en las décadas que se alternaron el poder.

En este contexto y con la atomización del voto que derivó en la incapacidad de conformar una mayoría parlamentaria estable. Posteriormente, las negociaciones encabezadas por el presidente griego, Karolos Papulias, resultaron fallidas ante la negativa de la coalición de izquierda Syriza, que es la segunda fuerza más votada, con 52 diputados a formar un gobierno de unidad que se pliegue a los dictados de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

Con el nuevo llamado a las urnas electorales en Grecia se confirma, pues una perspectiva de ingobernabilidad que deja al país helénico a la deriva económica y política, en momentos que se agudiza la crisis financiera y crecen las presiones de los líderes de la eurozona, quienes el pasado lunes (14/5/12), afirmaron que, en caso de no respetar escrupulosamente las condiciones del plan de rescate internacional, el país helénico deberá salir del euro, por más que una decisión semejante representaría un elemento desestabilizador para el conjunto de economías europeas que han adoptado la divisa común.

Crisis en España
Los sindicatos mayoritarios, daban por buena la mediación del gobierno con la empresa Nissan para la fabricación, en su planta de Barcelona, de la camioneta pick-up. El origen de tal mediación se asentaba en el creciente rumor sobre el cierre de su filial barcelonesa y la apertura, en Marruecos, de otra planta similar, donde la mano de obra era más barata y la legislación laboral mucho más permisiva y adecuada a los criterios empresariales de la trasnacional. Entre el miedo y la desesperación, las centrales sindicales decidieron aceptar unas condiciones draconianas, posteriormente ratificadas por 80 por ciento de la plantilla laboral, a pesar de ser lesivas para los intereses de los trabajadores.

El acuerdo es sencillo: se daba el visto bueno a una congelación salarial hasta el año 2014, aumentando la productividad en 6 por ciento, y elevar el número de horas trabajadas, a cambio de mantener el puesto de trabajo. Semanas más tarde, otra noticia vería la luz: Nissan-España desmiente el desmantelamiento de su planta de Barcelona. Los costos de instalación en Marruecos eran poco rentables. Quien divulgó la primera noticia no representaba a la política ni el espíritu de Nissan. En otras palabras, el rumor de cierre fue suficiente para generar un pánico entre los trabajadores y doblegar su voluntad, aceptando la propuesta consensuada entre el Ministerio de Industria y los sindicatos mayoritarios. Esta estrategia sucia y tonta sirvió para el sector automotriz.

Al generalizarse esta práctica se impulsó la ley de reforma laboral de 2010, impulsada por Rodríguez Zapatero, dando vía libre al despido procedente y objetivo, abriendo la puerta a una desarticulación de los derechos laborales protectores de la fuerza de trabajo y disminuyendo la capacidad de negociación colectiva de los sindicatos. El argumento espurio bendijo la reforma Zapatero, aunque le costó una posterior huelga general, sin mayores repercusiones en lo substancial. No se modificó el articulado de la ley.

Ingobernabilidad
La crisis política que se vive en el parlamento griego no es más que una consecuencia del hartazgo de una población obligada a cargar con los costos de la irresponsabilidad y la corrupción de sus autoridades y de las sucesivas turbulencias financieras, tanto exógenas como endógenas. Así, la incapacidad de la clase política por conformar una mayoría parlamentaria y la consecuente necesidad de convocar a nuevos comicios equivale a una forma de desahogo social de los griegos frente a sus representantes y autoridades.

Es inevitable contrastar, el caso de Grecia con el de España, país este último en el que el curso de zozobra económica no luce tan pronunciado como el de la nación helénica, pero cuya población enfrenta un panorama igualmente y aún más desolador. Teniendo en cuenta la aplastante victoria obtenida por el Partido Popular en las elecciones de noviembre pasado; del consecuente arribo de Mariano Rajoy a la Moncloa y del anuncio formulado por éste de que habrá más reformas y ajustes “cada viernes”, la población no tiene más alternativa que padecer recortes más severos en materia de educación y salud, un mayor retroceso de salud y bienestar, que se había venido construyendo desde el fin de la dictadura, y un agravamiento del desempleo en ese país.

En forma paradójica, la aparente solidez de la institucionalidad política española en comparación con la griega puede derivar en un factor de debilidad: mientras el descontento, la inconformidad y el caos que se viven en las calles de Grecia se han expresado en la imposibilidad de construir una mayoría parlamentaria en ese país, las muestras de indignación que han proliferado en meses recientes. Mientras que en España no parecen disponer de cauce institucional alguno para manifestarse, y ello coloca a la nación peninsular en el riesgo de una desestabilización política vasta e indeseable. (La Jornada, economía, p.p. 6- 7, 17 de Mayo, 2012)Tercera parte: La realidad de EPN http://www.youtube.com/watch?v=yfsgVx25P5A&feature=relmfu

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