El jefe lucha contra los criminales

Nacional
La intromisión en las elecciones federales
El jefe lucha contra los criminales
Por: Carlos Damián 27 de Mayo, 2012
El presidente será recordado por los muertos de la guerra contra el crimen
México. - El presidente al participar (22/5/12) en la inauguración del cuarto Forum Nacional sobre Seguridad y Justicia, y en alusión a los candidatos presidenciales , y al proceso electoral en curso, Calderón los conminó a participar en su “guerra contra las drogas” y que aclaren si, “van a seguir o no” en la continuación de esta política pública, si “va a seguir luchando contra los criminales o no”, y si “van a reconstruir las instituciones y forzar a quiénes a quienes no las han reconstruido o no”. A renglón seguido, el político de Michoacán sostuvo que “faltan a la verdad” quienes afirman que el actual problema de seguridad se soluciona con educación y empleos, y dijo que hay una disyuntiva en esa materia entre “seguir enfrentando a los criminales y luchando por la seguridad”, o en su caso “arreglarse” con los grupos delictivos.

Tales declaraciones resultan equívocas tanto en la forma como en el fondo, y son, además poco respetuosas de la investidura presidencial. En primer lugar, al apremiar a los aspirantes presidenciales a que definan si van a continuar con la política de seguridad en curso, el presidente parece olvidar que su administración concluye el 30 de noviembre próximo y que no tiene margen alguno para proyectar la continuidad de directriz política o económica alguna más allá de fin de su administración, sin extralimitarse en sus atribuciones legales y sin incurrir en una abierta distorsión de la institucionalidad democrática.

Si dicha pretensión es por principio inaceptable en cualquier ámbito del ejercicio gubernamental, en el caso que se comenta resulta tanto más improcedente al referirse a una de las líneas más cuestionadas, obscuras y contraproducentes del actual régimen: en contraste de las proclamas triunfalistas del discurso oficial, la política de seguridad adoptada por la administración de Calderón no sólo ha resultado ineficaz en sus objetivos de combatir a las organizaciones criminales, reducir su capacidad de fuego y de corrupción y restablecer el estado de derecho en las franjas del territorio bajo su control, sino que ha arrojado saldos catastróficos en pérdidas humanas y materiales y ha implicado un retroceso inadmisible en materia de soberanía nacional.

Ineptos al combatir el lavado del dinero
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (CCS), (23/3/12) consideró que autoridades mexicanas y estadounidenses han exhibido, gran complacencia e ineficacia para combatir el lavado del dinero, pues resulta inconcebible que no sepan dar seguimiento a los 300 mil millones de dólares de dinero sucio que genera el negocio de las drogas en el país vecino, y a 30 mil millones de la misma divisa en México. En realidad la delincuencia organizada no es un fenómeno aislado, pues tiene que ver con el deterioro social, así como la falta de mejores oportunidades de empleo, educación y salud.

Además, expuso CCS, es indispensable que haya un combate efectivo en contra de la corrupción y se tiene que lograr, por exigencia del gobierno de México, una mejor coordinación de carácter internacional. Puntualizó que el negocio más grande de las drogas se encuentra en Estados Unidos, porque allá está también el mayor consumo, de ahí que debe haber una acción equivalente de un lado y de otro, para que el combate a este negocio criminal resulte efectivo. La cantidad de efectivo que produce el negocio de drogas es tal que equivale a lo que producen empresas como Ford y General Motors, este dinero que además se mueve en billetes de baja denominación, se tiene que pagar en efectivo y acaba en las corrientes bancarias.

El presidente pone en riesgo la validez de la elección
Con tales precedentes, la intención de perpetuar en sus términos actuales la cruzada de combate al narcotráfico y el crimen organizado equivale a perder al país y a su población que se resignen a padecer un nuevo ciclo de muertes, destrucción y catástrofe social e institucionales y declive nacional, y de ejercer un poder transexenal y a todas luces violatorio del marco legal y de la lógica republicana. Pero acaso lo más grave de la pasada alocución presidencial busque incidir en el proceso electoral en curso mediante el descrédito de uno de los contendientes: Andrés Manuel López Obrador (AMLO). A fin de cuentas, sin desconocer que los cuatro aspirantes a la Presidencia de la República han tomado distancia, cada cual a su manera, de la desastrosa estrategia de seguridad llevada a cabo en el país.

Ha sido el abanderado del Movimiento Progresista él que ha hecho explícita la necesidad de hacer frente a la criminalidad, la violencia, y la inseguridad con una política substancialmente distinta: ir a las raíces profundas de esos fenómenos y atender sus causas originarias, y es lógico inferir, por lo tanto, que los destemplados dichos de Calderón sean fundamentalmente dirigidos a una persona en especial, AMLO. Ya que el equipo que maneja las relaciones públicas del representante presidencial de las izquierdas supone que las causas que originan esta violencia y criminalidad son: la pobreza, falta de empleo, marginalidad, y educación.

En suma con las manifiestas expresiones de Calderón se coloca en una línea de acción no muy distinta a la que adoptó hace seis años Vicente Fox para favorecer la candidatura presidencial de su partido, que fue considerada en su momento por el Tribunal del Poder Judicial de la Federación (TPJF) como una serie de “intromisiones graves” que “pusieron en riesgo la validez de la elección”, y que resultó a la postre, uno de los componentes principales del déficit de legitimidad que la actual administración ha arrastrado desde su origen. (La Jornada, política, p. 2, 23 de Mayo, 2012)17. Primera parte: La realidad de EPN
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