domingo, 2 de septiembre de 2012

Los ricos del mundo

Nacional
Los intentos de controlar al país
Los ricos del mundo
Por: Carlos Damián 28 de Julio, 2012
Ellos son los dueños de Wall Street y de la democracia
México. – Los ricos de abolengo han tratado de dar golpes de estado en el mundo, tratan de controlar la economía, por medio del sector financiero, y aún más lo buscan al tomar el control de los procesos políticos. Igual que otros países que implementan versiones de la receta neoliberal. Estados Unidos se caracteriza hoy por una desigualdad económica y concentración de riqueza sin precedente desde el período anterior de la gran depresión; es el país con mayor desigualdad económica en el mundo avanzado. Veamos algunas cifras: 400 personas de este país son dueños de más riqueza que la mitad más pobre de la población estadounidense, 150 millones de personas. La familia Walton, los herederos de las tiendas Wal-Mart, poseen una fortuna de casi 90 mil millones de dólares, tienen más riqueza que el 40 por ciento de debajo de la población estadounidense. El 1 por ciento de la riqueza nacional.

Mientras tanto, los analistas esperan que el nivel de pobreza en Estados Unidos llegue a su punto más alto en casi 50 años. Uno de cada seis -y uno de cuatro niños-, estadounidenses vivieron en la pobreza el año pasado, y se pronostica que esto se elevará en los próximos tres años. En tanto, los ingresos del 1 por ciento más rico en Estados Unidos se duplicaron entre 1980 y 2010 (los de 0.1 se triplicaron), los ingresos del 90 por ciento de abajo se desplomaron casi 5 por ciento. En los países emergentes suceden los mismos eventos, en que los ricos insisten que son ellos el motor de la economía; que sus intereses son “los intereses nacionales”, y que ellos son los que generan inversión, empleo, y “oportunidad”, así como los recursos para el desarrollo por medio de los impuestos que pagan a excepción de México, el ‘paraíso fiscal’ que tienen los medios para evadir y exigir que les devuelvan los escasos impuestos que han llegado al tesoro nacional.

Sin embargo igual que en los países emergentes, insisten que sus intereses son nacionales aunque en realidad estas insistencias no tengan nada que ver con los intereses nacionales, y un informe exhaustivo lo confirma. Los ricos no invierten sus fortunas en sus países, ni pagan los impuestos que deben a su nación, sino hacen todo por ocultar sus riquezas y evadir sus responsabilidades fiscales. Entre 21y 32 billones de dólares en riqueza financiera están escondidos en paraísos fiscales y en bancos en el extranjero (unas 80 jurisdicciones extranjeras), fondos tanto legales como de negocios ilícitos, según el nuevo informe ‘The Price of Offshore Revisited ‘, de la red de investigaciones ‘Tax Justice Network’. Ese monto equivale a más del PIB anual combinado de Estados Unidos y Japón.

Este tesoro no forma parte del cálculo sobre desigualdad; es extravagante ya que el 50 por ciento más pobre de la población del mundo tiene el 1 por ciento de la riqueza mundial, mientras el 10 por ciento más rico tiene el 84 por ciento, y el 40 por ciento tiene el 15 por ciento restante, o sea que al incorporarlo todo es peor. Debemos incluir que este tesoro se ha trasladado a paraísos fiscales, o en su caso a sistemas bancarios discretos –islas Caimán y Suiza- , la desigualdad es mucho mayor que la calculara hasta ahora. En el informe se incluyen que, más de 30 por ciento de la riqueza financiera en el mundo es ahora controlada por 91 mil personas, esto es, el 0.0001 % de la población mundial tiene escasa riqueza. Según el informe elaborado por James Henry, ex economista en jefe de la consultora internacional Mc Kinsey & Co, y experto en asuntos fiscales.

Las deudas se socializan y las ganancias se privatizan
Este club de ricos, con sus ayudantes en el sector financiero y político, con ramales en los bancos principales del mundo, es el que tiene el poder de hundir economías, para anunciar que países como Grecia, España, México, y Estados Unidos, no tienen recursos para gasto social y tienen que despedir a millones y practicar políticas de austeridad, mientras esconden el tesoro que han extraído de sus pueblos fuera del alcance de sus países, fondos suficientes para generar empleos y desarrollo nacional en gran parte del planeta. En 139 países de “ingreso medio y bajo” estudiados en esta investigación, las élites habían trasladado entre 7.3 y 9.3 billones de dólares de riqueza no reportada al extranjero entre los años 1970 y 2010, mientras la deuda externa de estos países había llegado a 4.08 billones de dólares en 2010.

El problema es que los bienes y la riqueza de estos países están en manos de un pequeño grupo de personas de estas naciones emergentes y las deudas son cargadas por los ciudadanos comunes de esos países través de sus gobiernos. En cuanto al impacto fiscal es enorme: si esta riqueza escondida de por los menos 21 billones de dólares ganara en intereses sólo un 3 por ciento, y ese monto pudiera haber sido gravado por gobiernos con el 30 por ciento, eso generaría ingresos por impuestos de 189 mil millones de dólares anuales, más del doble que los países de la OCDE gastan hoy día en toda su asistencia internacional al desarrollo. Es claro como el agua que estos ricos gozan en su país de una buena imagen y enorme poder político. Los ricos de este selecto club siempre han tenido una masiva influencia en el juego político-electoral de ese país.

Sin embargo con el fallo de la Suprema Corte en el caso conocido como Citizens United, de hace dos años los más ricos de la nación tienen plena “libertad de expresión” para gastar fondos ilimitados en las elecciones. “Lo que la Suprema Corte hizo en Citizens United a los multimillonarios: ‘ustedes son dueños y controlan la economía, son dueños de Wall Street, son dueños de las empresas de carbón, son dueños de empresas petroleras. Ahora, por muy pequeño porcentaje de su riqueza, les vamos a dar la oportunidad de ser dueños del gobierno de Estados Unidos’”, palabras de Bernie Sanders, senador federal de la Unión. Esta es la democracia actual, un golpe de estado por los ricos de la nación. (La Jornada, mundo, p. 31, 30 de Julio, 2012).

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