domingo, 2 de septiembre de 2012

La caravana mexicana

Nacional
La aventura en territorio estadounidense
La caravana mexicana
Por: Carlos Damián 17 de Agosto, 2012
Por la paz con justicia y dignidad
México. – La caravana por la paz con justicia y dignidad está integrada por organizaciones mexicanas y estadounidenses, viajará más de 9 mil 400 kilómetros, partió el 12 de agosto en San Diego, California y se piensa concluir el 10 de septiembre en Washington, D. C. Se van a realizar diferentes actos en LA, Phoenix, Tucson, Las Cruces, Albuquerque, Santa Fe, El Paso, y otros puntos más. A esta convocatoria se han adherido más de 100 agrupaciones de migrantes, organizaciones no gubernamentales, chicos universitarios, sindicatos independientes, activistas de religiones diversas, y autoridades locales de las diversas entidades que pernoctará la caravana. Javier Sicilia agregó que “esta guerra está oscureciendo todo México tiene graves responsabilidades y Estados Unidos también tiene las suyas”. Desde luego hay más de 70 mexicanos participando en esta iniciativa por la paz, entre ellos Kate del Castillo, Alejandro González Iñarritú, Diego Luna, y Alfonso Cuarón, junto con líderes y políticos y sociales de la gran ciudad de LA.

En este diálogo permanente con la sociedad civil estadounidense por medio del diálogo y acciones pacíficas, impulsando protestas para cortar el flujo de armas de gran poder a México. Dando propuestas que sustenten las alternativas humanas y de salud referente a la prohibición de las armas de asalto, y armas que son usadas por las fuerzas armadas, y junto a todo esto se demanda estrategias efectivas como el lavado de dinero, y una política humana de migración. En estas políticas que tratan de impulsar el tejido social humano en Estados Unidos impulsado por mexicanos y diversas organizaciones civiles estadounidenses, aunque como tal los estadounidenses en general no se han visto hostigados, y no toman en cuenta a este movimiento social que proviene de México.

En el contexto de la política actual que es impuesta por Estados Unidos a los países del orbe, en su supuesto combate al narcotráfico. Es un reto impresionante y colosal el tamaño de la tragedia ya que el país de las barras y las estrellas se realiza una guerra contra el crimen organizado fuera de sus fronteras. Para ambos gobiernos involucrados en esta guerra contra el crimen, son vacas sagradas el lavado de dinero que proviene del tráfico de armas, la legalización de los indocumentados en este país, la droga y el contrabando de armas realizado en ambos lados de la frontera que comparten, son temas intocables en las relaciones bilaterales, y se manejan como si fueran solamente propiedad de Estados Unidos, y México obedece y pone en práctica esta línea política.

Entre las aproximadamente 100 organizaciones que participan y apoyan esta iniciativa están la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas (NALACC, por sus siglas en inglés), red de organizaciones de inmigrantes de este hemisferio, la organización nacional afroestadounidenses de derechos civiles más antigua (NAACP), la organización de ex oficiales de seguridad pública contra las políticas de prohibición (LEAP), la Alianza por una política sobre las Drogas, así como también un amplio abanico de organizaciones locales en cada estado. Oscar Chacón, director de NALACC, indicó que “nuestra decisión de unirnos a la caravana proviene de haber comprendido que muchos de los fracasos de las políticas de Estados Unidos están interconectados desde la guerra contra las drogas hasta el enfoque altamente punitivo a la migración humana, las políticas contra los inmigrantes que promueven campañas de odio, el encarcelamiento sistemático de un creciente número de personas, en especial de las minorías raciales”.

Tal vez los escándalos HSBC, Monex y Sheldon Adelson, son la punta del iceberg de la gran cantidad de dinero que rodea a los políticos, y la repulsión a investigar los nexos políticos sea similar en Washington y en México. Las voces del Movimiento Progresista insisten que son fondos provenientes del gobierno, pero este argumento esconde otro más oscuro, y es el apoyo de los cárteles de la droga por medio del lavado de dinero apoyando a Enrique Peña Nieto. Claramente es la estrategia binacional que el dinero sucio financie las campañas electorales a favor de los poderes fácticos y la élite del dinero. Hasta estos días no ha sido atraído por la PGR, y las investigaciones han sido hechas por el Movimiento Progresista, sin que intervenga el abúlico IFE. Los barones de la droga en los centros financieros legalizan cotidianamente lagos de dólares provenientes del holocausto mexicano, del dolor, y la desolación de ambos lados de la frontera.

La meta de la caravana será colocar en la mesa de discusión, el impulsar el desarrollo de una estrategia real compartida por ambos países para detener la guerra que se desarrolla actualmente. En esta lectura política tendrán que dar voz y presencia a las víctimas de la guerra de ambos países, para que la sociedad estadounidense enferma y esclava de las drogas tome conciencia y solidaridad para acabar la guerra sucia y maldita. Ojalá puedan poner en la agenda política del país vecino del norte su reforma política, social y económica de los candidatos presidenciales, enfocados en esta guerra para reemplazar el modelo militar y policíaco, por una estrategia de salud pública. Es un gran sueño de esta caravana frenar la guerra, y que mejor idea que ir al núcleo central del vecino del norte para estremecer sus corazones, con este hecho político que abre ilusiones, sueños con escenarios de esperanza, y tranquilidad para los ciudadanos que añoran la paz y la tranquilidad perdida. Tal vez las voces más impresionantes son las de ex agentes federales, ex policías, ex jueces y otros oficiales de seguridad pública que se expresan, a través de su organización EP, contra las políticas de la guerra a las drogas en las que ellos mismos participaron. (La Jornada, política, p.p. 11- 18, 7 de Agosto, 2012).

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