miércoles, 6 de julio de 2011

LA CERCANÍA DE LA CIA CON EL PODER EN MÉXICO

Nacional
La profunda colaboración podría continuar
LA CERCANÍA DE LA CIA CON EL PODER EN MÉXICO
Por: Carlos Damián 20 de Mayo de 2011
No sólo proveían información, sino que eran amigos del jefe de la central (CIA)
México. - Al mencionar a tres presidentes mexicanos como: Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, y Luis Echeverría Álvarez vienen a nuestros recuerdos el México de ayer. Así como a otros funcionarios, entre ellos Fernando Gutiérrez Barrios y Miguel Nazar Haro, fueron agentes pagados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de acuerdo con documentos desclasificados en 2006. Estos archivos desclasificados nos revelan la profunda relación con el gobierno de Estados Unidos y que esta “colaboración podría continuar hoy día”.

La versión de que estos jefes del Poder Ejecutivo fueron informantes de dicho grupo de inteligencia no es nueva. Los primeros datos de colaboración entre la CIA y el gobierno aportó el ex -integrante de la CIA Philip Agee, nos la dan estos archivos desclasificados. Lo novedoso es que los funcionarios recibían directamente el dinero de manos de Winston Scott (WS), como parte de la operación Litempo. Mas aún, el jefede la estación de la CIA en México, entre 1956 y 1969, mantuvo estrecha amistad con el primer círculo de poder en el país.

La CIA y México
En la entrevista con Jefferson Morley escritor nos revela, “Lo que presentamos en este libro –Nuestro hombre en México: Winston Scott y la historia oculta de la CIA - es la relación de amistad entre Win Scott (WS), Adolfo López Mateos (ALM), Díaz Ordaz (GDO), y Luis Echeverría Álvarez (LEA). La profunda cercanía entre ellos y la CIA. No sólo proveían información; eran amigos”, en un momento clave de la historia del siglo XX marcado por la ‘amenaza comunista’. México era en ese momento a fines de los años 50 y durante los 60, “un laberinto de espionaje, una ciudad de intrigas como Viena o Casablanca, con los espías de al menos cuatro potencias buscando sacar ventaja: los Estados Unidos, la Unión Soviética, Cuba y México”.

El tejemaneje de las relaciones entre los funcionarios mexicanos y agentes de la CIA se da a conocer en unas cuantas páginas, lo mismo que el tema referente a la matanza de estudiantes en Tlatelolco. Buena parte del cuerpo de la obra es la biografía del espía en cuestión, que nos relata sus sueños frustrados de escritor, la forma en que convirtió la estación de la CIA en México de las más avanzada de su época, capaz de espiar personajes de la talla del ex presidente Lázaro Cárdenas, el pintor David Alfaro Siqueiros; la relación con sus hijos, sus enamoramientos y matrimonios.

Los funcionarios gubernamentales eran amigos del jefe de la Central
También aborda lo acontecido semanas antes del asesinato de John F, Kennedy; el viaje que hizo Lee Harvey Oswald a la ciudad de México, donde visitó las embajadas de Cuba y la Unión Soviética. Scott y la oficina a su cargo hicieron su labor con quien pisa estas representaciones diplomáticas: se grababan las conversaciones, tomaban fotografías, revisaban su archivo e incluso se ordenaba seguirlos.

La información completa de este libro permanece clasificada. Referente a la información sobre la Plaza de las tres culturas en México apenas son 10 páginas. Lo que destaca Michael Scott es como Win Scott su padre pasó de manejador de muñecos a muñeco de teatro guiñol: los informes que enviaba a Estados Unidos se basaban en información proporcionada por sus amigos en el poder, la base del sistema Litempo. Principalmente el presidente Díaz Ordaz (Litempo 2) y su secretario de gobernación y sucesor, Luis Echeverría Álvarez (Litempo 8) –acusado en 2002 de genocidio por la matanza del 2 de octubre y declarado inocente en 2009-.

La Plaza de las Tres Culturas
Otros elementos del sistema Litempo fueron Emilio Bolaños, sobrino de Díaz Ordaz, identificado como Litempo 1; Fernando Gutiérrez Barrios, jefe de la Dirección Federal de Seguridad (Litempo 4); y Miguel Nazar Haro (Litempo 12). Su personaje dentro de las clases gubernamentales era muy peculiar, en el caso de Tlatelolco su intervención lo perdió ya que la clase política de Washington no estaba contenta, para Estados Unidos era confuso el actuar de dicho personaje y al sentir que no les era útil por la cercanía con los importantes personajes en la capital de México lo removieron.

Es muy confuso el papel de la CIA en México en el caso de Tlatelolco, por la cercanía del jefe de la estación con Gustavo Díaz Ordaz (GDO), probablemente lo ha de haber consultado el Sr. Presidente y le contestó Win Scott, ‘haz lo que tengas que hacer y yo te ayudo’. Falta explorar el lugar de la CIA en el aparato represor de México en la década de los 60 y el papel de (WS) en la matanza de 1968: “sabemos que se reunía de manera regular con GDO, pero lo que el presidente GDO, LEA, ALM, y otros líderes mexicanos estaban planeando no lo sabemos bien”.

Demasiado dinero y nada
Se desconoce la cantidad de dinero que recibía cada informante (15) pagado por la CIA, a propósito uno de los colegas de WS decía: “estamos pagando demasiado dinero por nada”, y al paso del tiempo ocurrió con el sistema Litempo, que significaba: Li= México, Tempo = la productiva relación entre la CIA y altos funcionarios mexicanos. ¿Por cuánto tiempo? Estarían identificados. Podría existir todavía este sistema identificador de posibles delatores del sistema mexicano. Creemos que aún todavía con estos valiosos informantes, puede continuar mucho tiempo, dado el poco interés por la patria mexicana y la sumisión que por sistema los políticos mexicanos han llevado la relación bilateral con Estados Unidos. Este pesado fardo de complejo de inferioridad que los ratones verdes muestran en la pantalla de televisión no es mera coincidencia. (La Jornada, cultura, p. 23, 19 de Mayo, 2011).

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