domingo, 10 de marzo de 2013

La “cruzada” en México

Nacional La aspirina para la República La “cruzada” en México Por: Carlos Damián 3 de Febrero, 2013 El desaliento generalizado en el mundo México. - Un asunto que pone de manifestación esta cuestión es la reciente aseveración hecha en Davos por Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, acerca de que se percibe que en esa región “el nivel de actividad va camino de estabilizarse a niveles muy bajos y esperamos que se produzca una recuperación a finales de año”. Hay muchas dudas en el análisis y en la formación de las expectativas. Según Draghi en la eurozona se debe superar la fragmentación de los mercados financieros y trasladar la mejora en ese terreno y a la economía real. Esa es la verdadera bifurcación existente todavía en el ámbito de la crisis iniciada a finales de 2008. Ese es el entorno en el que se definen las decisiones de inversión. Y de ahí mismo es de donde surge la dicotomía entre el desaliento que prevalece en Europa, la lentitud de la recuperación en Estados Unidos, la reducción de las expectativas de crecimiento y rentabilidad en Brasil y hasta en China, y el actual arrebato por México. La cruzada contra el hambre En tres sexenios al hilo, incluido el actual que comienza, se pasó de la fiesta por el “cambio”, a la “guerra” contra el crimen organizado, que fue consolidada en el pasado gobierno federal, y ahora nos situamos en la cruzada nacional contra el hambre, que en el mejor de los casos, apenas atenderá a uno de cada cuatro mexicanos hambrientos y miserables. Esa ha sido la retórica mutante en más de 12 años, con los resultados por todos conocidos y padecidos. Tres discursos distintos que no trascendieron a los hechos, y entre “fiesta”, “guerra”, “tesoro”, y “cruzada” a nadie se le ocurrió abordar y revisar uno de los puntos fundamentales que al país ha conducido al deplorable estado en que se encuentra: el fallido modelo económico, motor de pobreza, crimen organizado y hambre. La nueva administración gubernamental, sin embargo promueve el Teletón nacional contra el hambre, pero no le asigna recursos públicos propios, sino que espera “estirar” los existentes, y desde luego ya están asignados a otros programas. Con el fin de atender la precaria situación de millones de mexicanos (7.4 más de 28 en esa circunstancia), al tiempo que avienta la papa caliente a “los sectores social y privado” y los convoca para que sean ellos los que aporten el dinero necesario, es decir, un sector privado que gratis no aporta ni el saludo, y a un sector social que sobrevive de milagro. Para algunos sectores sociales del sector privado es positivo que el gobierno federal reconozca el problema tanto en el discurso como en la implementación de la política social pertinente, ya que el anterior gobierno federal sólo minimizó el problema. Sin embargo “evidentemente el reconocimiento del problema no es suficiente; en realidad se debe ir más allá, porque ni no se eliminan las causas de la pobreza y el hambre difícilmente podrán resolverse los enormes desafíos que estos flagelos representan”, advierte el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN), del ITESM, campus estado de México. El CIEN apunta que es prioritario que la cruzada nacional contra el hambre sea “el inicio de un proceso más amplio e integral donde se cuestione y reconstruya el tejido social y la administración pública en sus tres niveles. El objetivo de la cruzada es positivo, pero lo hasta hoy manifestado es insuficiente y la razón simple: muchas de las causas de este desequilibrio social tienen su origen en el propio modelo económico que se implementado en las últimas tres décadas, y en la forma en la que se ha manejado la política económica”. Para que la cruzada se transforme en un proyecto que trascienda lo inmediato “debe buscarse una meta más ambiciosa: construir una sociedad de bienestar y equidad. Indudablemente el problema del hambre debe ser resuelto, pero también atender aspectos relevantes como el de una nutrición adecuada y el acceso a satisfactores de calidad de vida que permitan alcanzar una mayor movilidad social”. Ello obliga a concretar acuerdos, e incluir tal acción en los programas Nacional de Desarrollo y Nacional de Financiamiento del desarrollo para garantizar un marco institucional adecuado que genere consensos sociales, pero también que haga posible evitar que sea la propia operación burocrática la que limite el alcance del mismo. Desde luego que construir una sociedad de tales características “es un proyecto que no culminará en un sexenio, de tal suerte que la administración actual debe sembrar la semilla que permita obtener resultados más ambiciosos posteriormente. “Así, como ejemplo lo constituyen las reformas laboral, la hacendaria y la energética, donde el cuestionamiento básico es para qué se realizan, esto es quien es el beneficiario y cuáles son los propósitos reales. Indicar que es para darle más recursos al sector público, cuando éste es ineficiente o para aumentar la competitividad y productividad cuando no se tiene una distribución justa de la riqueza es plantear que las reformas no necesariamente garantizan el desarrollo social”, apunta el CIEN. En esta circunstancia que el actual gobierno reconozca que los ciudadanos mexicanos registran un delicado problema de pobreza y hambre, señala un viraje que cuestiona lo hecho por sus antecesores, y que lleva a preguntarse, si la desaparición, en este caso de la CONASUPO, al desproteger a miles de ciudadanos menos afortunados fue lo más adecuado. “Puede señalarse que muchos de aquellos viejos programas tuvieron el problema de la corrupción y se les utilizó para fines distintos a los destinados, pero la cuestión es que se eliminaron los programas y no la corrupción”. Además, “la cruzada es una tentación para quienes viven elecciones locales”, de allí que “debe blindarse con un pacto político y sanciones que rompan con intereses que hasta hoy han privilegiado lo individual sobre lo nacional”. Definir la cruzada como un programa contra el hambre “es una ambigüedad de doble filo, pues deja afuera el aspecto de la nutrición y no plantea de manera clara cuando se cubre esta necesidad. Dado que las canastas alimentarias definidas por el Coneval para el ambiente rural y urbano son realmente laxas, en otras palabras, se debería ser por excepción que un mexicano no pudiera acceder a la misa, y pueda existir la intención de ampararse en estos indicadores para presentar un progreso que no necesariamente sea sustancial ni real, y que no refleje que se ha iniciado el camino hacia la solución del problema de pobreza y hambre”, puntualiza el CIEN. Los trucos y el teatro callejero son para los magos, los prestidigitadores y los merolicos no para la política, si ésta se entiende como la ciencia y arte de buscar el poder y ejercerlo en bien de la comunidad, con honradez de cara a la gente y diciendo la verdad. (La Jornada, política, p.p.20 - 28, 24 de Enero de 2013).

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