jueves, 28 de mayo de 2015

La torpeza humana

Nacional
La red es un instrumento valioso pero debes saber utilizarlo
La torpeza humana 
Por: Carlos Damián                                        6 de Mayo, 2015
El mundo no está a favor de la muerte y de la destrucción con bombas nucleares
México. -  Es un viejo debate en América de cómo mejorar los medios de expresión y propaganda, donde la educación apoyará en esta mejora. Esta polémica ya tiene un siglo en el contexto de la Primera Enmienda de la Constitución, que prohíbe al gobierno actuar para impedir la publicación. Y nótese que no protege la libertad de expresión, ni bloquea el castigo por expresarse a diferencia de México. En realidad no hubo muchos casos relativos a la Primera Enmienda hasta el siglo XX. Antes de eso la prensa del país gozaba de libertad, y había una amplia variedad de publicaciones de todo tipo: revistas, diarios, y panfletos. Los Padres Fundadores de esta gran nación creían en la libertad de información, y se hicieron muchos esfuerzos por estimular la más amplia variedad posible de medios independientes. Sin embargo, la libertad de expresión nunca se protegió con fuerza. Las decisiones sobre la libertad de expresión comenzaron a tomarse alrededor de la Primera Guerra mundial, pero no en los tribunales. Apenas en la década de 1960 Estados Unidos instauró un alto nivel de protección de la libertad de expresión. En el periodo entreguerras hubo extensa discusión  en el marco de lo que se llamaba libertad “negativa” y “positiva”, siguiendo a Isaiah Berlin, de lo que la Primera Enmienda significa en cuanto a la libertad de expresión y de prensa.

Había una corriente, llamada a veces “libertarismo corporativo”, que sostenía que la Primera Enmienda debería referirse a la libertad negativa; que el gobierno no puede interferir con el derecho de los propietarios de los medios a hacer lo que quieran. La otra corriente era de la democracia social, y salió del Nuevo Trato después de la Depresión y del primer período posterior a la Segunda Guerra Mundial. Esa corriente sostenía que también debía haber una libertad positiva; en otras personas, que las personas debían tener el derecho a la información con fundamento de una sociedad democrática. Esa batalla se libró en la década de 1940, y el libertarismo corporativo ganó. Estados Unidos es un país poco común en este aspecto. En ninguna otra parte del mundo no hay nada como la BBC. La mayoría de los países tienen algún medio nacional que es tan libre como la sociedad; Estados Unidos relega eso a los márgenes. Los medios son entregados básicamente al poder privado para que ejerza sus capacidades como le plazca.

Libertad de expresión negativa
Esa es una interpretación de la libertad de expresión en términos de libertad negativa; el Estado no puede intervenir para afectar lo que los propietarios privados deciden hacer. Existen algunas restricciones, pero no muchas. Las consecuencias son en gran medida un control de las ideas como el que describe  (George) Orwell, y que Edward Herman y N. Chomsky examinaron en gran detalle. Una forma de superarlo es la educación, pero otra forma de regresar al concepto de la libertad positiva, que significa reconocer que es una sociedad democrática concedemos gran valor al derecho de los ciudadanos a tener acceso a una amplia gama de opiniones y creencias. Eso, en Estados Unidos significaría regresar a la que de hecho era la concepción inicial de los fundadores de la República; que debe haber, no tanto una regulación gubernamental sobre lo que se dice, sino más bien apoyo gubernamental a una amplia variedad de opiniones, y a la recopilación e interpretación de noticias, lo cual se puede estimular en varias formas. Gobierno significa pueblo; en una sociedad democrática, el gobierno no debe ser una especie de Leviatán que toma decisiones. Existen importantes proyectos de la sociedad civil que intentan desarrollar medios más democráticos.

Es una gran batalla por el enorme poder del capital concentrado, el cual, por supuesto, intenta impedirlo de todos los modos posibles. Pero es una batalla que lleva mucho tiempo, y existen asuntos fundamentales en juego, entre ellos los referentes a la libertad negativa y positiva. Tal vez haya intentos de hallar información con el propósito de subvertir a los medios, y se menciona que puede ser debido al impacto de los algoritmos y burbujas de búsqueda. Todo mundo usa motores de búsqueda y usa el internet; pero su utilidad existe más o menos en la medida en que se tienen privilegios. “Privilegiado” es una persona con suficientes estudios previos y con recursos para saber lo que se busca. La gran red es una biblioteca y sabemos qué buscar y a veces no sabemos interpretar lo que vemos dependiendo de nuestra formación profesional y técnica. En el caso del sistema Google, no es neutral y refleja los intereses de los anunciantes al determinar qué es prominente y qué cosa no lo es, y para poder abrirnos paso por el laberinto de la información debemos usar la educación y a la organización que nos permita salir adelante.

El público no está a favor de la destrucción con bombas atómicas
Eso está allí, así que en principio podemos ser biólogos, pero claro que no tiene ninguna utilidad si no sabemos qué buscar y no sabemos interpretar lo que vemos,  todo esto vemos que como individuos estamos limitados en lo que podemos llegar a entender, las ideas que desarrollamos, incluso cómo pensar. Así que si estamos aislados, eso restringe en mucho nuestra capacidad de tener y evaluar ideas, ya sea por ser un científico creativo o un ciudadano funcional. Existe una razón por la que el movimiento laboral siempre ha estado a la vanguardia contra la supresión de la información, por ejemplo con programas de educación para trabajadores, que en un tiempo tuvieron gran influencia tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos. La decadencia de lo que los sociólogos llaman “asociaciones secundarias”, en las que la gente se reúne para buscar e inquirir, es uno de los procesos de atomización que conducen a que las personas se aíslen y se enfrenten solas a esta masa de información.  Así, la red es un instrumento valioso, pero como en todos los instrumentos, necesitamos estar en posición de poder utilizarlo, y eso no es tan sencillo. Requiere un significativo desarrollo social. En cuanto a las instituciones deberían ser menos estúpidas que lo de siempre.

En este contexto depende de la institución que se trate. Se mencionaron dos: una es el gobierno en control de una capacidad nuclear; la otra es el sector privado, que en gran medida está controlado por concentraciones bastantes cerradas de capital. Requieren enfoques diferentes, con respecto a la situación del gobierno, requiere desarrollar una sociedad democrática funcional, en la que una ciudadanía informada desempeñe un papel central en la determinación de políticas. El público no está a favor de la muerte y la destrucción con armas nucleares, y en este caso sabemos en principio cómo eliminar la amenaza. Si el público participara en el desarrollo de la política de seguridad, creemos que esa estupidez institucional podría superarse. Existe una tesis en la teoría de las relaciones internacionales respecto a que el primer interés de los estados es la seguridad. En realidad si sacamos una lupa veremos que el Estado busca la seguridad de los sectores privilegiados de la sociedad: los sectores que posee en poder del Estado. Existen abrumadoras pruebas, pero por desgracia no tenemos tiempo de revisar.  (La Jornada, Noam Chomsky).

Si se construye una sociedad democrática funcional se podrá superar esta disfuncionalidad y desde luego el tema de la concentración del poder privado también existe básicamente un problema de democratización. Una corporación es una tiranía, ya que el poder reside en la cima y las órdenes se envían abajo nivel por nivel, y en la parte más baja uno tiene la opción de comprar lo que produce. La población y los accionistas no pueden decidir lo que el corporativo hace. Todo esto es el resultado de la lucha de clases, y es cuestión de democratizar la vida social, política y económica de las instituciones. (La Jornada, política, p. 2, 18 de Abril, 2015).

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