jueves, 28 de mayo de 2015

La paz porfiriana

Nacional
En Baja California se practica un nuevo esclavismo
La paz porfiriana
Por: Carlos Damián                                         2 de Mayo, 2015
Las rebanadas del pastel son para los extranjeros y los indígenas americanos que se pudran
México. -   Al estar flotando en esta neblina que a todos nos cubre y nos impide otear no sabemos si es por las ríspidas circunstancias o sea una actualidad que nos rebasa a todos, y la clase política se enfrasca en un pleito interminable de posiciones en su plataforma política que nunca cumplen. Estas pugnas de políticos son para asegurar el triunfo de la facción o tribu que representan y no es para mejorar a la sociedad y menos recuperar el patrimonio del energético que están entregando al extranjero para que los mexicanos carezcan del petróleo y limosneen en el futuro para poder mover a su industria. Buscan encarecer los servicios estatales, municipales y federales, que no se tenga dinero para pagar a los burócratas, maestros y se encarezca el dinero para darle mantenimiento a los puentes, avenidas y carreteras federales.  Quedan fuera del foco de atención las candidaturas  a los congresos locales y presidencias municipales, emplazándose a un plano secundario. Los acuerdos de la oligarquía son tamizados para que se cumpla la cuota presidencial y el interés de la clase burguesa prevalece y se convierte en el objetivo primordial. 

Se encuentra en el trajín electoral, dañado por los acontecimientos de Ayotzinapa, Tlatlaya, el status quo y a pesar de las acciones para sostenerlo el tobogán de los problemas subyacen con señales de agotamiento y daño, y muchas aéreas de la nación se han convertido en tierra de nadie. En este contexto surgen cotos donde los escuadrones de los paramilitares envían mensajes obscuros y la vigencia de la autoridad no establece su mando. Los mexicanos tratan de salir de esta captura de la sociedad de estos carteles criminales sin conseguirlo ya que el Estado los protege y el ciudadano trata de continuar de manera civilizada sus actividades y apegado a derecho y con reglas establecidas. Por lo que entra la sociedad en conflicto y no consigue superar estas etapas de lucha y muerte por lo que la valoración de la democracia cae a los índices más bajos y  genera descredito colectivo. Este medio ambiente ha sido generado por los partidos políticos en su vida interna y en sus elecciones internas donde se refleja este cáncer de la sociedad. Aunque no dejemos caer en saco roto el juego del gobierno que no adopta soluciones y en su lugar aumenta las diferencias y pierde el precario equilibrio sin recato ni inteligencia. Si se observa a los partidos políticos se nota la falta de honestidad al dibujarse a sí mismo en el mosaico electoral como un reflejo de la sociedad con una concentración de la posición al repartirlas a su gusto de acuerdo a las traiciones y posiciones cupulares que han negociado. Aunque la transparencia, y la rendición de cuentas se estrellan ante la impunidad que surge del sistema establecido.

No los oigo traen tenis
Los jornaleros en su largo peregrinar buscando soluciones y justicia a su precaria situación en Baja California. En particular en San Quintín se enfrentan al status quo que les impide el muro de impunidad y en México se criminaliza el activismo político como arma social para defender sus derechos humanos y su salario que se ve gravemente mermado. Sin embargo el poder político y económico les impide tener respuestas y estas las encuentran disfrazadas con garrotazos y más represión valorándose sus derechos laborales como peccata minuta. Todo este escenario se cambiaría si hubiera sido el reclamo de la oligarquía, se tendría al gobierno federal defendiendo como un perro a este grupo cupular. Al más puro estilo de Carlos Salinas se genera un paquete se seguridad con la ‘Gendarmería’ y la ‘Comisión Nacional de Seguridad’ para reprimir con lujo de crueldad para “actuar de manera inmediata en casos de cobros de derecho de piso y otros delitos”, Ildefonso Guajardo. Aunque si se remiten a los hechos  se tienen a los trabajadores mineros, con tres huelgas desde hace ocho años contra el Grupo México (Larrea) responsable del daño ambiental de Sonora.

En este conflicto y represión laboral al más puro esclavismo de Porfirio Díaz se tienen a los jornaleros de San Quintín con un mes de hartazgo y poco salario pero nadie les hace caso, esperando la autoridad que ellos mismos acaben con el paro al dejarlos en el desamparo y abandono. En estos tiempos de campañas políticas ningún partido les echa un lazo, a menos que sea para la foto, y del presidente ni sus luces, y como en la época de Salinas nadie los ve ni los oye, esta actitud es la misma de siempre del gobierno federal.  Este botón gráfico que nos han regalado los indígenas se observa que la paz porfiriana que desde los 70 se ha roto después de muchos años, el centro agrícola se está resquebrajándose lentamente. Este disgusto surgió entre los más de 35 mil campesinos de origen indígena en un 70 por ciento, y es debido a las condiciones de explotación extrema y sin servicios indispensables. Esta situación que sufren los indígenas no dista mucho de la que persistía antes de la Revolución de 1910: jornadas de trabajo extenuante con la participación de toda la familia de origen mixteca de la entidad de Oaxaca; empleos para niños, de aproximadamente seis años usados en las pesadas labores de recolecta y siembra. Todo esta situación es vigilada por guardias blancas  con cercados altos, habitando entiendas de lona, sin luz, sin agua potable y sin excusados.

“Por más de dos décadas han laborado y pese a las denuncias de organizaciones indígenas y de derechos humanos, nada se hace para sacarlos de la miseria y la marginación. Debió ocurrir una verdadera revuelta, la que protagonizaban el pasado día 6 los jornaleros del rancho Santa Anita, para que el problema saliera a la luz y trascendiera más allá de San Quintín, 300 kilómetros al sur de Tijuana. Angustiados por no recibir su salario desde hace dos semanas atrás, los jornaleros, los ‘oajaquitas’ (tono despectivo usado para los indígenas). Se atrevieron a manifestar públicamente  y de manera espontánea su reclamo de pago por horas bajo el polvo y el sol, en la recolección de tomate destinado a exportación.  Se oye un grito en el campo; ¡Hambre! Gritaban en español que medio hablan. Al no haber respuesta, los inconformes  trataron de ocupar las oficinas de la empresa, propiedad del rico empresario Arturo Lomelí Villalobos de Jalisco y ligado al poderoso grupo del banquero Carlos Cabal Peniche, y sin embargo fueron desalojados por agentes de la policía municipal”, estás líneas fueron escritas 20 años atrás (La Jornada, 11/07/96 Andrea Becerril y Jorge A. Cornejo).

En los hechos la explotación es histórica, siendo la violación a los derechos humanos y laborales sea narrada desde 1976, del gobierno federal de Luis Echeverría Álvarez, y nadie ha hecho nada por resolver la crítica situación de hambre y explotación de estos ciudadanos mexicanos, engañados por el sistema capitalista. Todavía se recuerda aquel julio de 1996, cuando los jornaleros irrumpieron en negocios y restaurantes del poblado Lázaro Cárdenas buscando su comida, porque su dueño, Arturo Lomelí Villalobos, por tercera semana consecutiva no les pagó sus salarios porque “no tuve tiempo de cambiar dólares a pesos lo suficientemente rápido para pagarles”. El barón de la zona de San Quintín se da el lujo de despreciar a estos ciudadanos y dejarlos morir de hambre. En contraste el gobierno con el disfraz de Ernesto Zedillo pudo “rescatar” al empresario Lomelí Villalobos y echar su mierda financiera a la barriga del dinosauro llamado Fobaproa y este robo nacional aún es pagado por todos los mexicanos.  Esta misma instancia por órdenes de Zedillo se usó para pagar los salarios de estos explotados hambrientos para resolver la violación de sus derechos laborales, se usaron 969 mil 995.18 pesos para pagar nóminas. San Quintín es una de las propiedades del Grupo Lomelí, y no se pagó la nómina de otros lugares de Baja California. Se sufrió el incendio el 7 de julio y fue provocado por los jornaleros según los voceros del latifundista y puede verse esta acción como una medida de presión para que se aprobara el Fobaproa y se den los recursos que se quieren” para el latifundista de San Quintín. (La Jornada, política, p.p. 27-28, 17 de Abril, 2015).
abajo sigue la rabia” por el caso Ayotzinapa. (La Jornada, política, p.p. 1-4, 6 de Abril, 2015).

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