jueves, 28 de mayo de 2015

Desmantelar a Pemex

Nacional
Aceleran la entrega a empresas privadas de los restos de Pemex
La estrategia: desmantelar a Pemex
Por: Carlos Damián                                         30 de Abril, 2015
El estado en contra de dar a conocer los nombres de los favoritos del presidente
México. -   El grupo parlamentario del PT en el Senado solicitó al Instituto Nacional de Transparencia, acceso a la Información y Protección de Datos (Inai) revisar la decisión del gobierno federal de reservar por cinco años los nombres de las primeras empresas privadas que han solicitado contratos, asignaciones, licencias o permisos para explotar hidrocarburos. El senador David Monreal señaló que esa determinación de mantener en secreto la identidad de los dueños de los consorcios que negocian los contratos petroleros hasta 2020 no se sustenta en los criterios de confidencialidad previstos en la reforma energética. La decisión de acudir al órgano de transparencia, que luego de la reciente reforma constitucional cambió el nombre de Ifai a Inai, se debe a que es posible que la Secretaría de Energía (Sener) pretenda esconder “las probables evidencias que podrían existir en la asignación de contratos”. Destacó que la reforma energética no tocó el tema de transparencia y rendición de cuentas ni la corrupción, y sobran los casos de malos manejos, enriquecimiento ilícito y conflictos de interés para sospechar de la confidencialidad con la que se maneja el gobierno de EPN respecto de las empresas privadas que se beneficiarán con la privatización de Pemex.

Explicó que este año el gobierno federal deberá dar a conocer la adjudicación de las áreas que licitará en la llamada ronda uno, pero hasta 2020 será posible conocer los nombres de los empresarios que hoy están construyendo acuerdos para beneficiarse con la reforma energética. Monreal consideró un exceso clasificar la información por cinco años, con argumentos insuficientes de la Sener que no pueden ocultar que se vulnera el derecho a la información que la ciudadanía reclama, sobre todo en la entrega del petróleo a trasnacionales. Recordó que la reforma energética, aprobada por PRI-PAN fue ampliamente rechazada por la ciudadanía y ahora EPN “parece terminar la tarea al generar un clima de opacidad que propicia las prácticas de corrupción que caracterizan las relaciones de la clase política con la empresarial”.

Vender en pedazos el patrimonio de mexicanos
El gobierno federal continúa con la estrategia de avanzar en el desmantelamiento y desaparición de la paraestatal propiedad del Estado llamada Pemex, para acelerar la entrega de hidrocarburos a empresas privadas, tal como se desprende del informe que la paraestatal remitió a la Comisión Permanente del Congreso, advirtieron senadores de PRD y PT.  Pemex está en riesgo de que se le revoquen las pocas asignaciones que logró en ronda cero, debido al tratamiento fiscal discriminatorio que se le aplica, ya que lo deja prácticamente sin ingresos, además de otras medidas que la privan de recursos líquidos como el recorte a su presupuesto y la reducción de su capacidad de endeudamiento, señaló la senadora Dolores Padierna (PRD). Comentó que pese a que el presidente EPN sostuvo que uno de los fines de la reforma energética era disminuir la carga fiscal a Pemex, para que pudiera competir con las trasnacionales petroleras, ésta ha aumentado. Con este doble discurso esperan debilitar a Pemex para desmantelarlo y venderlo en un deshuesadero. La senadora detalló que en lo que va de este año, Pemex pagó al fisco 89 por ciento de los recursos que le quedaron, restando los gastos de operación vía impuestos, derechos y aprovechamientos. Asimismo, del recorte al presupuesto federal para este año por más de 124 mil millones de pesos, 50 por ciento recayó en la ahora empresa productiva.

Tal situación ”ha obligado a Pemex a contratar deuda para realizar las operaciones mínimas que requiere para mantener su capacidad productiva. Esa deuda, al 31 de marzo, ascendía a un billón 278 mil millones de pesos”. Hizo notar que aunado a la caída del precio internacional del petróleo, que se ubica en 60 dólares, la producción petrolera también disminuyó, debido a la falta de inversión en exploración y explotación de reservas, por lo que la única  posibilidad que le queda a Pemex para conservar los yacimientos que se le asignaron es asociarse con empresas privadas. Son datos insistió la legisladora, “que demuestran las verdaderas intenciones de la reforma energética: enfocar el sector de hidrocarburos a la producción de petróleo para exportación, cubrir la demanda interna de combustibles con importaciones y facilitar la entrada de empresas privadas, nacionales y extranjeras, otorgándoles los mayores beneficios posibles y preparar la desaparición de Pemex”, de estos ‘traidores’ que se encuentran en el poder federal. Por separado el senador del PT Manuel Bartlett recalcó que es una clara política para acabar con Pemex, ya que le quitan prácticamente todos sus recursos, no les queda nada para invertir, por lo que tiene que dejar sus yacimientos a empresas privadas.

Plataforma de Taylor Energy Co
Un manto de misterio rodea el derrame de petróleo de la plataforma Taylor Energy Company, que tiene hoy un solo empleado, pero sigue en operación para cumplir una misión: combatir una fuga de petróleo en el Golfo de México que ha pasado inadvertida a pesar de que ha generado manchas aceitosas de kilómetros  de extensión por más de una década. La empresa de Nueva Orleáns a ha restado importancia al impacto de la fuga en el medio ambiente diciendo que equivale a una cantidad de fugas y filtraciones menores que el Golfo absorbe rutinariamente.  Pero una investigación de la Associated Press (AP) ha encontrado evidencia de que el derrame es mucho peor  de lo que Taylor y el mismo gobierno admiten. Confrontada con los hallazgos de AP, la Guardia Costera ofreció un nuevo estimado de la fuga que es unas 2 veces más grande que el que había reportado hace poco la empresa. Expertos afirman que el derrame podría ser peor todavía, tal vez uno de los más grandes jamás registrados en el Golfo, aunque no tanto como el de BP de 2010. Los orígenes de la fuga se remontan a deslizamientos de barro generados por las olas del huracán Iván en septiembre de 2004. Ese fenómeno provocó el derrumbe de la plataforma de Taylor y dejó 28 pozos  bajo sedimentos frente a la costa de Luisiana, a unos 145 metros (475 pies) de profundidad. Al no tener acceso a los pozos enterrados, es imposible tapar las fugas.

La Guardia Costera dijo en 2008 que las fugas representaban una “amenaza importante” al medio ambiente, aunque no hay pruebas de que el petróleo de esos pozos haya llegado a la costa. Se comenta que las manchas aceitosas “representa una amenaza sustancial al medio ambiente” y podría afectar a las aves, los peces y otras formas de vida marina. Pese a que invirtió decenas de millones de dólares para contener las fugas, Taylor dice que es imposible evitar totalmente las manchas. La empresa presentó el año pasado ante las autoridades reguladoras federales una “solución final”. Aun cuando los detalles no han sido revelados, plantea que expertos y funcionarios gubernamentales coinciden en que “lo mejor (...) es no tomar medidas afirmativas”  debido a los posibles peligros para el medio ambiente. El gobierno permite  que la empresa no difunda ciertas informaciones por el secreto comercial. “Taylor es un ejemplo de lo que se llama un secreto comprometedor a plena luz del día”. Se calcula que desde 2004 se han derramado cerca de 5 millones de litros (1.4 millones de galones) de petróleo.  Los estimados del gobierno son más bajos, de un promedio de 83 litros (22 galones) diarios en 2008 a 45 litros (12 galones) en los cinco años siguientes. Sin embargo, un análisis de 2 mil 300 informes de contaminación emitidos desde 2008 indicó que las cifras no encajan en las versiones oficiales de que las fugas estén mermando. Por el contrario, los informes revelan un fuerte aumento en el tamaño y el volumen de las manchas desde el uno de septiembre de 2014. (La Jornada, política, p.p. 8-27, 17 de Abril, 2015).

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