jueves, 28 de mayo de 2015

Cuba-EU: Amor y Odio

Internacional
La hora del legislativo estadounidense
Cuba-EU: Relaciones internacionales
Por: Carlos Damián                                                   8  de Mayo, 2015
Son inciertas las relaciones con EU: La Habana
México. -  El presidente Barak Obama (14/04/15), notificó al Congreso de su país su determinación de excluir a Cuba de la lista gubernamental de “países patrocinadores del terrorismo”, en lo que constituye un paso decisivo para la normalización en curso de las relaciones bilaterales. A tres días de su encuentro con el presidente cubano, Raúl Castro, en el contexto de las Cumbres de las Américas realizada el pasado fin de semana en la capital panameña, el mandatario notificó al Capitolio que “el gobierno de Cuba no ha proporcionado apoyo al terrorismo internacional en los últimos seis meses” y “ha ofrecido garantías e que no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro”. De esta manera, Obama sigue adelante en su decisión estratégica de procurar el fin del largo conflicto entre su país y la isla caribeña, originado por la tozudez histórica de Washington  de impedir la autodeterminación de los cubanos.

Es claro que a estas alturas, cuando el político hawaiano está en el tramo final de su segundo y último gobierno, su preocupación principal se centra en el balance general que se hará de su administración, y en esta lógica le interesa distinguirse como el presidente que puso fin al bloqueo y a la hostilidad de décadas en contra de La Habana, injustificable y contraproducente incluso desde la perspectiva de la opinión pública estadounidense. Es razonable suponer que Obama ha realizado los amarres políticos necesarios para aislar en el Congreso a los sectores reaccionarios y a los grupos más beligerantes de la comunidad cubana en el exilio, a fin de hacer viable la derogación de las leyes que dan sustento al embargo. Sin embargo, nada puede darse por seguro. Estados Unidos está por entrar en una temporada de campañas con miras a los comicios de fines del año próximo y la generalidad de las decisiones y las votaciones en el Capitolio queda sujeto a los cálculos electorales. De cualquier manera, la Casa Blanca ha cumplido con su promesa de impulsar la superación del conflicto  con Cuba y la normalización de la relación bilateral, y ahora la pelota está en el campo de juego del Legislativo.

Símbolo de la lucha contra el bloqueo: México
México ha sido criticado “injustamente” por no haber tenido una mayor participación de los acontecimientos recientes que derivaron en el acercamiento entre Cuba y Estados Unido, pero “México representa, de manera diáfana, la larga lucha y reiterada condena que obligó a Estados Unidos a repensar su política ante el aislamiento creciente en la región. México simboliza esta posición como ningún otro país, no rompió relaciones, mantuvo el comercio con Cuba y utilizó cuanta tribuna tuvo a su alcance para exigir el levantamiento”, aseguró el embajador de Cuba en México, Dagoberto Rodríguez Barrera. Además sostuvo que su país no basa sus aspiraciones de crecimiento en la regularización de sus relaciones con Estados Unidos, “aún lejana e incierta”, sino en la actualización del modelo económico y social dirigido a crear  una economía más eficiente, con índices de crecimiento por encima de 5 por ciento para generar un socialismo sustentable y próspero.

El diplomático cubano destacó que, después de más de 50 años de usar todas las herramientas posibles, como el terrorismo de Estado, invasión militar o demonización del gobierno cubano, “finalmente el Goliat reconoció que ha fracasado en su objetivo  de cambiar a Cuba para lograr sus objetivos. El David ha logrado sobrevivir sin hacer concesiones de principios, sin cambios en su política por exigencias foráneas y lo hizo con resistencia, firmeza y coherencia”, aseveró. El canciller insistió en que la posibilidad de restablecer la relación, depende exclusivamente de una decisión unilateral de Estados Unidos. “Levantar el bloqueo económico y financiero, devolver el territorio ocupado en la Bahía de Guantánamo y cese de su política de subversión interna para intentar cambiar el régimen, esos son decisiones que cebe tomar el presidente Obama y que para Cuba no son negociables  y si imprescindibles para avanzar en ese camino largo y empedrado hacia la normalización de las relaciones bilaterales”, apuntó.  También reconoció que hay otros obstáculos en ese camino, “no somos tan perfectos como algunos amigos nos quieren ver, pero tampoco tan malos como algunos otros nos pintan. Hay prejuicios, dogmas, que adulteran la realidad porque Cuba es mirada con una lupa diferente”.

Hombre honesto
En estos años ya no es común referirnos al encuentro entre el presidente estadounidense y Raúl Castro es un hito histórico y desde luego tiene consecuencias para el Continente Americano, ya que cambia la naturaleza de las relaciones entre toda América Latina y el Coloso del Norte, dándole una mayor claridad, y ayuda a echar la última palada de tierra a la guerra fría y a la retórica grosera que la acompaña. Al parecer  con este encuentro tendrán que ir dos fantasmas a fosas clandestinas: el antiimperialismo y el anticomunismo.  En este contexto de cambio las sombras que tratarán de agitar el odio es la derecha radical en Estados Unidos como el Tea Party y los supuestos adalides del socialismo del siglo XXI que tal vez saquen réditos políticos. El presidente cubano le dio la calificación de “hombre honesto”, ya que no encontraba otro complemento adecuado del presidente Obama, y terminó diciendo: “Nuestras naciones deben  liberarse de los viejos argumentos, debemos compartir la responsabilidad del futuro. Este cambio es un punto de inflexión para toda la región”.

Este acercamiento dado por un presidente estadounidense no tiene precedente alguno pero para que sea irreversible es necesario dar los pasos previstos de inmediato, como es el que Estados Unidos ponga a Cuba fuera de la lista de países terroristas, y que se establezcan las relaciones diplomáticas funcionando plenamente. Esta situación abriría la puerta para que las restricciones del bloqueo económico sigan siendo aligeradas, y el sucesor de Obama se encuentre en la situación sostenible de seguir adelante sin retorno, y esto viendo en perspectiva  a las filas republicanas más radicales. Es muy conocido que en realidad la concesión fundamental del bloqueo está en manos del legislativo en Washington, y Cuba lo sabe por eso Castro ha insistido en repetir que hay que tener mucha paciencia.

Si estamos de acuerdo de lo que suceda en el Capitolio y se desea que sean derogados allí los fundamentos legales del bloqueo contra Cuba, y más allá de lo ocurrido históricamente, resulta impactante el cinismo del lenguaje oficial estadounidense empleado para elaborar listas de presuntos gobiernos impulsores del terrorismo internacional, habida cuenta de que, por tradición, ha sido el propio Washington el principal promotor de acciones terroristas en el mundo en general –ahí se tienen los ejercicios militares estadounidenses en el mundo- y en Cuba en particular. Ninguno de los atentados perpetrados en las últimas décadas en territorio estadounidense ha contado con respaldo de la Habana, en tanto que en la isla  los ataques terroristas patrocinados por instancias gubernamentales de la superpotencia se cuentan por docenas, incluidos muchos intentos por asesinar a los gobernantes cubanos, organizados y financiados por la Agencia Central de Inteligencia. Con tales antecedentes, si un gobierno merecería ser calificado de promotor del terrorismo sería el culpable de esta situación y que llamaremos Estados Unidos, y resulta comprensible, por ello, la reticencia del presidente Obama a escuchar referencias históricas durante la pasada Cumbre de las Américas.  (La Jornada, política, p.p. 4-19, 15 de Abril, 2015).

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