viernes, 23 de enero de 2015

La ancestral pobreza

Nacional
La empresa llamada Bolivia estaba en la pobreza eterna pero pudo superarla
La ancestral pobreza 
Por: Carlos Damián                                       29 de Diciembre, 2014
Estado mexicano va en sentido contrario a las reformas de Latinoamérica
México. -   Después de 125 años Bolivia salió de su atraso ancestral económico y financiero, pero con el proceso encabezado por el presidente Evo Morales, dejo de ser la eterna cenicienta del continente al nacionalizar sus recursos naturales en particular, el gas y la minería. Álvaro García Luna, el vicepresidente que acompaña en este proceso de nacionalización de los recursos naturales, nos comenta sobre México, pese a ser una potencia petrolera en el mundo, ha decidido dejar en manos de extranjeros su destino como nación y como cultura para disolverse con Estados Unidos y Canadá en una sola potencia Americana, -México seguirá siendo el patio trasero de estos dos colosos económicos- , y dice “Un país que entrega su patrimonio nacional va hacia el empobrecimiento total. Ningún país debería dejar la riqueza fundamental  (en este caso el petróleo y la minería), en manos de los extranjeros, Bolivia lo hizo y fue un país con pobreza extrema por 125 años”, y este país no lo va  a salvar miles de “prospera”, un asistencialismo torpe que enseña al mexicano pobre a no pescar y estar supeditado a lo que el estado le dé  para subsistir.  Este vicepresidente nos da datos que harían palidecer de envidia a los torpes estrategas de la gestión económica mexicana.

Aunque reconoce que Bolivia “no es una taza de leche”, y su proceso revolucionario está cruzado de contradicciones, y de “tensiones creativas”. Hemos tomado un proceso revolucionario como modelo económico se llama “government take”, donde nosotros decidimos a quién y en cuánto se vende. Por la maquinaria, la tecnología y la mano de obra, se paga lo invertido y remuneramos con un porcentaje de ganancia entre 10 y 15 por ciento de la renta, y el gobierno se queda con el resto. Bolivia nos muestra otra manera de cómo hacer las cosas, -sin regalar el petróleo ni los minerales- No tendríamos las tasas de crecimiento, de superación de la pobreza, de expansión de bienestar colectivo si no hubiéramos tomado esta decisión, que atrae a la inversión extranjera.  Además de tener una visión de nación, el boliviano tiene una agenda 2020 – 2025, que va mucho más allá de los plazos presidenciales previstos. Esta agenda incluye reducir la pobreza a cero, dotar de todos los servicios a toda la gente, esté donde esté, industrializar todas las  materias primas, 12 temas que generan “un horizonte de época”.

Nosotros pudimos superar esto decidiendo mediante un proceso de indemnización del Estado. En la constitución, las naciones indígenas son sujetas de derecho colectivo: a sus sistemas políticos de justicia, que es paralela  a la ordinaria, distribución de tierras. El movimiento social en las zonas indígenas funciona cuando tenemos cinco años de vigencia  de la nueva Constitución de nación pluricultural. Antes, los cinco años anteriores fueron de aguantar, de resistir. A partir de 2009 nos colocamos a la ofensiva, construyendo este horizonte de época. “En el movimiento campesino indígena es lo mismo, según sean las tierras altas o las bajas.  En las tierras altas los indígenas son mayoría. Mientras que en Beni, Pando, Santa Cruz los indígenas no son ni 2 por ciento de la población, mientras que en los altos son 46 por ciento. Ahí solo ganamos donde logramos cambiar las estructuras de poder. Hay lugares donde el terrateniente o el sistema caciquil (gamonal) todavía controla la tierra o el comercio, los sistemas de transporte y la estructura local, el comercio de materias primas. Ahí el Estado es paracaidista (precarista). No hemos logrado entrar para quedarnos. Es territorio de terratenientes, comerciantes e iglesias, y de la USAid”. Antes de ser nación pluriétnica constitucionalmente tuvieron que enfrentar un sistema social y cultural racista. Hasta 2000, 39 millones de hectáreas estaban en manos de empresarios, 13 millones de campesinos. De indígenas, cero, 2014; pueblos indígenas 24 millones de hectáreas. Campesinos, 13 millones de hectáreas, empresarios, cinco.

La estructura de tenencia de la tierra tiene predominancia indígena. También está el sistema de elección de autoridades, no sólo en las alcaldías, en el Parlamento, en las gobernaciones. En la elección pasada seguro que en la composición en la Cámara de Senadores vamos a bordear 60 o 65 por ciento de organizaciones sociales. Todo este cambio pasó como es obvio por un choque cultural y económico. La población mestiza y criolla criticó este cambio como un exceso, y algunos como un retroceso y en estos conceptos está implícito el racismo y la guerra de clases, pero hay que irlo trabajando, una  o dos generaciones más. Para el siguiente proceso de elección del presidente Morales vamos a empezar la gestión el 22 de enero. No hemos pensado en 2020. Pero tenemos mucha confianza en que lo que hemos llamado ‘generación Evo’, jóvenes profesionistas, campesinos, líderes sociales, indígenas, estudiantes que no se forjaron en las batallas contra el neoliberalismo. Y cuando Morales esté culminando su mandato, la mitad de su vida la habrá pasado bajo este régimen social y económico. A todo mundo el tema de las reelecciones ilimitadas inquieta y de acuerdo a la Constitución, el presidente no se puede reelegir.

No hemos pensado en reformar la Constitución –en México ya tenemos más de 30 años de neoliberalismo salvaje parchándola una y otra vez sin descanso-  ya que reconocemos que la construcción de un cambio profundo no se logra de la noche a la mañana, en unos pocos años. Pero la eternización en el poder es una de las preocupaciones y debates sobre la calidad democrática. Es digno de mencionar que los dos primeros períodos del presidente Morales estuvieron jalonados por intentos golpistas. No se habla más de esa amenaza. Y tenemos presente que esto no va a desaparecer del todo, pero hoy está bastante neutralizado. Pero como buenos bolcheviques, de línea jacobina siempre dormimos con un ojo al gato y otro al garabato. La derrota que le infligimos a la Media Luna (zona no indígena al oriente del país), en 2008, política, ideológica y militarmente, dejó sentada por un buen tiempo el uso de la fuerza o cualquier tentación de golpismo militar. Pero ha ayudado mucho el fuerte liderazgo del presidente para conjurar este tipo de intentos golpistas. Hemos logrado con estos cambios en el ámbito regional, que desde Washington ya no se habla del “eje del mal”, pero sigue la hostilidad contra los regímenes bolivarianos. En este contexto de reconocimientos a nivel internacional tenemos que durante la primera gestión hicimos esfuerzos para construir una relación de amistad, tolerancia y no injerencia. He de haber estado en Estados Unidos unas seis veces, haciéndome agendar para hablar con los congresistas, platicarles de nuestro proceso, expresar nuestro respeto, pero pedir respeto a ellos. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos se involucró en el golpe de Estado civil en 2008. Fue cuando el presidente Morales expulsó al embajador estadounidense. Y quedó en pie el mecanismo de injerencia suave de política de derecha radical de la Ayuda de Estados Unidos a Latinoamérica llamado USAid.

En estas circunstancias urgentes de seguridad e independencia, tuvimos que sacar a la DEA. Ellos usaban la información de la lucha contra  el narcotráfico para imponer agendas políticas. Desde que se fue hemos asumido el costo de la lucha contra el narcotráfico, hemos erradicado más hectáreas de coca, y de droga. Y en suma estamos mejor sin la DEA, sin el USAid, y sin embajadores golpistas que sólo buscan desestabilizarnos. “Pero sí planteamos una mejora de nuestras relaciones condicionada a que ellos no se metan en nada.  El nivel de relaciones ahora es de consejeros. La semana pasada la cancillería propuesto un encuentro entre el presidente Evo Morales y el presidente Barack Obama”. (La Jornada, política, p.p. 12-13, 22 de Diciembre, 2014).

No hay comentarios:

Publicar un comentario