viernes, 23 de enero de 2015

El atraco del banco popular

Nacional
Ficrea: otra raya al tigre del fraude
El atraco del banco popular
Por: Carlos Damián                                       6 de Enero, 2015
Los “bolseados” se quejan que se quedaron en la calle y burlados por la autoridad
México. -   Tenemos al tigre de la codicia suelto sin control y a ancianos en el papel de pequeños inversionistas que han sido defraudados ante las narices de la autoridad que por ley es obligada  a regular, vigilar y por lo tanto tiene dientes para morder y sancionar “el sano comportamiento” de estas empresas financieras que manejan los recursos del público ahorrador. Pero este  gran fraude de 2 mil 700 millones de pesos cometido por la empresa Ficrea y cuyo dueño es Rafael Olvera Amezcua (ROA) en contra de 7 mil ahorradores, quienes se tragaron la mentira apoyada por el gobierno federal, los supuestos guardianes, de obtener más de 10 por ciento de interés sobre sus inversiones. A pesar de que el guardián “detectó irregularidades”, y decidió el pasado 19 de octubre, “liquidar” a la empresa por “operaciones fraudulentas y triangulación irregular de fondos”.  Con las instituciones más solidas de América del Norte, y con la misma costumbre de siempre, los 7 mil ahorradores perdieron todo hasta los calzones, y como lo han denunciado en estos tiempos, “no hay detenidos, no hay órdenes de aprehensión, no hay información oficial de las transferencias de dinero, a donde se fue ese dinero ni quién lo tiene”. Ello no obstante que la “autoridad”, asegura haberlo detectado a tiempo.

Asegura “haber detectado” que el dueño ROA utilizó sin autorización el dinero de los inversionistas para la adquisición de inmuebles, incluso en el extranjero, transferencias a terceros países, compra de aeronaves y yates de lujo, entre otras muchas otras cosas. Pero ya destapado el fraude, ahorcados los inversionistas, documentada la ilegalidad, por parte de los ahorradores, ahora la ágil autoridad dice que “investigará el caso”, esta acción debía hacerla desde el principio de haberse detectado el fraude y evitar el amargo final. Ahora al “actuar en consecuencia”, no va a cubrir el monto total defraudado por Ficrea, porque ello implicaría un “costo fiscal que se pagaría por todos los contribuyentes; sería ilegal”, aunque más ilegal y su actitud despreciativa hacia el ciudadano que confía en las instituciones para tener ahorrado su dinero de toda la vida, y con las miserables pensiones que pagan las Afores. En este contexto de “codicia colectiva”, tenemos la de un grupo de grandes empresas que en 2008 apostó fuertemente en el mercado de derivados (especulación pura), y perdió todo hasta quedar desnudo, pero el gobierno de Calderón, como eran gente rica y clase alta se metió a ayudarlos y les autorizó créditos muy blandos, con dineros públicos, para salir del problema, muchos de los cuales se mantienen en cartera vencida, y es fecha que no han pagado.

Ejercicio periodístico
Al comenzar el siglo XXI, en los primeros meses,  como siempre había grandes consorcios privados que especularon en contra del peso mexicano, y entre subasta y subasta de dólares del Banco de México, se comieron alrededor de 20 mil millones de dólares de las cuidadas reservas internacionales del país, algo similar que ocurre en estos días, y fueron intocables. Siguiendo en estos recuerdos de fraudes intocables  de gran codicia de los “bisoños” nuevos banqueros, producto de la reprivatización salinista de 1991 – 1992; que exprimieron a las antiguas sociedades nacionales de crédito, especularon con todo, arrasaron con los ahorradores y se hincharon de las “supuestas” utilidades. Todo ello se acabó con el rescate público de negocios privados, por medio del “robo del siglo XX” Fobaproa, que dos décadas después los mexicanos no dejan de pagar, mientras aquellos que fueron dueños de los bancos reprivatizados hoy se cuentan entre los más ricos de México, y salvo un par de casos que fueron a pagar con sus huesos viejos a la cárcel, los demás gozan de muy buena salud y dinero en Suiza, (La Jornada, Carlos Fernández).

Otro que se sale del tintero es allá por octubre de 1987 cuando el mercado bursátil mexicano reventó, y mientras unos cuantos se quedaron con el pastel completo de las ganancias, miles de pequeños inversionistas, por alrededor de 350 mil se fueron a la ruina. Lo que antes de esa fecha era “bonanza y buen nombre” terminó en quiebra, robo, fraude y suciedad de cerdos. Mucha gente se quejo en privado y en forma pública; algunos negociaron a puerta cerrada con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores; los más no tuvieron que asumir la “pérdida”, aunque en realidad sólo hubo cambio de dueño. A los defraudados se les llamó “bolseados” y exigieron la supuesta autoridad y una respuesta legal y expedita, pero la única que obtuvieron fue el eufemismo para justificar el enorme fraude en su contra del anteriormente presidente Miguel de la Madrid Hurtado, padrino, defensor de los barones bursátiles, y a las miles de víctimas se les acusó de “codicia colectiva” y los calificó de inversionistas “bisoños””. Por supuesto, ninguna autoridad se tomó la molestia de explicarles cómo sucedió el robo, mucho menos quiénes fueron los responsables públicos y privados, una buena parte de ellos, por razones extrañas fueron encumbrados en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, y a partir de entonces están catalogados entre los mexicanos más ricos e influyentes en el mundo, y hasta la fecha aparecen en la revista Forbes.

Las miles de quejas y denuncias de los afectados por el crack bursátil de 1987, estas fueron hechas ante la Secretaría de Hacienda, La comisión Nacional Bancaria y de Valores y la PGR. Aunque es digno de mencionar que todas estas denuncias y quejas fueron tiradas hacia algún cesto de basura, o en el caso de los afortunados, congeladas en los juzgados respectivos. Son sólo algunos ejemplos de fraudes y robos que tiene el tigre mexicano.  Lo anterior mencionado nos da cuenta de que los ahorradores defraudados por Ficrea responsabilicen a “las autoridades de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Jaime González Aguadé y el titular de Condusef, Mario di Constanzo” del intento federal de liquidar a la empresa para que se acabe este problema y no quieren que la sociedad conozca qué ocurrió. Las autoridades nos dieron reportes contradictorios, nos acusan que por falta de cultura financiera lo ocurrido en Ficrea es culpa nuestra, y quieren darnos el menor dinero posible, sin importar que son nuestros ahorros de toda la vida”. Al final de todo esto están coludidos y son cómplices, y se trata después de todo de un fraude consentido por la autoridad para robarnos nuestros dineros.

Las pensiones
La presencia desde hace 17 años de las Afores en el sistema de seguridad social en el país, ha provocado “disminución” del derecho de los empleados a pensionarse. También libró  de esa obligación a las empresas y ha generado pérdidas en los fondos de estos ahorros. No garantizan dice Cereal una organización que estudia sobre pensiones, las pensiones a los trabajadores para una pensión digna –comes o te enfermas-. La organización considera que los movimientos bursátiles especulativos no se reflejan estas ganancias en el retiro de los trabajadores, sin que en ellos se vea compartido el riesgo en sus ganancias. Hay pocas posibilidades de que los trabajadores recuperen sus ahorros perdidos, ya que los tiempos de pensionarse son más cortos que el promedio de los plazos de inversión. En ese supuesto hay más de 12 millones de empleados  en riesgo de perder parte de su patrimonio por la inestabilidad del mercado financiero. Se sostiene que en el actual esquema individualizado los trabajadores eventuales, como costureras y empleados de la construcción y servicios, tendrán que cotizar hasta 50 años para obtener una pensión miserable. En este contexto se ve disminuido la pensión por el pago de comisiones sobre saldo y flujo; e incluso las Afores cada año ganan más de 10 mil millones de dólares. Las pensiones serán otorgadas por las Afores, y en cualquier modalidad que se escoja, se tendrá que pagar comisiones por manejo de cuenta y su capital seguirá siendo invertido para beneficiar a las trasnacionales, (La Jornada, política, p.p. 12-22, 24 de Diciembre, 2014).

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