domingo, 25 de noviembre de 2012

Las reformas de estructura

Nacional La crisis global es el pretexto para terminar con los derechos laborales Las reformas de estructura Por: Carlos Damián 17 de Septiembre, 2012 La crisis global que no han generado los trabajadores México. – Se pretende que las reformas estructurales a la entrada del gobierno neoliberal de Enrique Peña Nieto (EPN), como ya fue anunciado sea una de sus prioridades para gravar más el salario y la precariedad del empleo. Felipe Calderón Hinojosa (FCH), al salir de su periodo de gobierno federal trata de hacer el trabajo sucio de EPN, al intentar usar su facultad de “iniciativa preferente”, imponiendo en la agenda legislativa su reforma de carácter neoliberal. Los trabajadores consideran la actitud del ejecutivo federal como un manejo fascista de las leyes para atropellar los derechos laborales, ya que la magnitud y alcance de la reforma estructural no ha tenido un amplio análisis debate, reflexión y construcción de consensos, entre los tres sectores de la producción: trabajadores, patrones y el estado. No creemos por tonta la afirmación que el marco normativo sea una camisa de fuerza, que no ha permitido crecer, ni crear nuevos empleados, insistiendo de manera grosera y absurda que con tal reforma se “aumentará la productividad, la generación de riqueza, una mejor justicia laboral”. Debería el estado mexicano realizar reformas estructurales en la captación de impuestos, con”Lolita”, ya que hasta la fecha la iniciativa privada se ha parapetado en el estribillo “es mejor vender el alma al diablo que pagar impuestos al estado mexicano”, que enarbola la cámara patronal. Sin embargo engañosamente al pretender esta reforma laboral a la Ley Federal del Trabajo, con frases domingueras y tontas; los trabajadores son “los principales beneficiarios de la propuesta”, cualquiera con un milímetro de cacumen sabe que los “principales beneficiarios” son los empresarios, máxime cuando ellos son los impulsadores de la reforma neoliberal. Los trabajadores no son dueños de la fuente laboral, pero son ellos quienes pagan impuestos, y los patrones son favorecidos con evasiones fiscales, debido a que los elementos normativos son el resorte para la generación de productos, bienes y servicio, así como el pago obligado de impuestos por parte de las grandes empresas y trasnacionales, y siendo estas las medidas para la creación de nuevos empleos de trabajo bien pagados. La alianza Trinacional de Solidaridad tiene el compromiso de construir una respuesta solidaria a las luchas de la clase obrera en los tres países de América del Norte porque, como clase obrera, enfrentamos las mismas agresiones del neoliberalismo, la más cruda y cruel cara del capitalismo. La crisis global es un pretexto para socavar el salario La crisis global, que no generamos los trabajadores ha sido el pretexto para la generalización de la violación a los derechos laborales en el mundo, en particular en México, Estados Unidos y Canadá, donde la violación a la libertad sindical y a la contratación colectiva se ha convertido en una constante. Se reconoce que algunos gobiernos locales se han adelantado a las reformas para sorprender a los trabajadores, implementándola en la práctica y de manera legal, con políticas anti-sindicales, cómo ejemplo está el Decretazo, por el cual la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del DF, que viniendo de un gobierno del PRD, la impone. Estas prácticas son parte sustancial de la reforma laboral neoliberal propuesta por Calderón. Esta reforma violenta los principios normativos de los convenios 87 y 96, de Libertad Sindical y Negociación Colectiva respectivamente, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al mismo tiempo que incentivan la falta de cumplimiento del gobierno mexicano de las recomendaciones de este organismo internacional. Podemos considerar imaginarnos que esta reforma laboral pretende: 1) Abaratar el costo de la mano de obra y mantiene intocado el régimen de control corporativo así como la distinción, en términos de derechos, entre los trabajadores al servicio del Estado y los demás sectores sindicales; 2) Blindar y proteger, aún más, el sistema de control corporativo, base y sustento de los contratos de protección laboral; 3) Introducir criterios de flexibilidad de control laboral unilaterales y a favor siempre del capital como: la libertad para subcontratar, para ampliar los contratos temporales y para despedir personal con los menores gastos posibles. En este continuación tendremos: 4) Legalizar la subcontratación (outsourcing), figura jurídica laboral que ha generado en otros países, precariedad, desigualdad, reducción de salarios, simulación e indefensión en aquellas empresas que actualmente recurren a este esquema; 5) Desaparecer por completo la estabilidad en el empleo, abaratando los despidos a costa de los trabajadores y anulando cualquier beneficio y prestación con el despido injustificado; 6) Limitar aún más el derecho a la libre asociación, como el caso de los sindicatos gremiales y la imposición de nuevos requisitos para demandar la titularidad de un contrato colectivo de trabajo, o ejercer el derecho de huelga, incluso la realización previa de una certificación del padrón de afiliados, lo que expone a los promotores de sindicatos alternos a todo tipo de represalias antes de que pueda realizarse el recuento correspondiente, además de complicar, drásticamente, el ejercicio del derecho a huelga. Todo lo anterior anula, en los hechos, el beneficio que representaría el establecimiento del voto secreto para estos procedimientos. Esperemos que las organizaciones sindicales se mantengan unidos para cualquier intento de reforma laboral del nuevo gobierno de Enrique Peña Nieto, que ya tomó cartas en el asunto para gravar los derechos laborales de los trabajadores como primera instancia, mediante un truco llamado reforma estructural, pero el trabajo sucio está encargado a Calderón, que si ya tiene una rayita el tigre otra más no le hace daño al animal. (La Jornada, economía, p.p. 16-20, 10 de septiembre de 2012).

No hay comentarios:

Publicar un comentario