domingo, 25 de noviembre de 2012

La criminal reforma

Nacional La fase de recesión en México La criminal reforma Por: Carlos Damián 18 de Septiembre, 2012 Se impulsa que los legisladores cobren su salario por hora y productividad México. – La reforma laboral viene con una fuerte línea que al ser destapada como la varita mágica nos van a encantar y a beneficiar a todos los trabajadores, pero no es cierto ya que tal encanto viene embarrado de lodo sucio y apestoso que proviene del caño de aguas negras de algún magnate poderoso de la iniciativa privada. Bajo esta falsa premisa de crear empleos y la urgente necesidad de flexibilizar la Ley Federal del Trabajo (LFT), para adecuarlo a las nuevas relaciones laborales internacionales, se ha construido un golpe fuerte contra la clase social que ha levantado a este país y que la nueva clase política odia con un rencor pocas veces visto. Así es como vemos la reforma hecha a la medida del empresario y un proyecto de deja intocable al sindicalismo corporativista de viejo cuño, anulando al mismo tiempo muchos derechos de los trabajadores. Los trabajadores y empleados de este naciòn que sustentan al país con sus impuestos, sólo piden una cama para descansar, un salario que sustente a su familia y nos de tiempo para descansar de las labores diarias del trabajo duro. En esta circunstancia es dado recordar que una iniciativa para reformar la LFT fue presentada hace poco más de dos años por Felipe Calderón (FC), la llamada Ley Lozano, que fue rechazada al no lograr “consensos” políticos. Después sin previo aviso, el PRI presentó la suya; pero con un contenido mucho mas atentatorio contra los derechos de los trabajadores. Pero no fue votada a favor porque a CTM del Estado de México se opuso, con la amenaza que ellos no votarían por Enrique Peña Nieto (EPN), sin embargo poco después votaron por la silla presidencial y ahora están arrepintiéndose. Tratan de ahogar toda esperanza económica Cómo ambas iniciativas lesivas y gravosas para el trabajador fueron muertas y sepultadas sin embargo, fueron sorpresivamente revividas para susto y explotación de los trabajadores, por medio de un decreto del presidente en turno FCH. En este contexto es evidente que el PRI quiere allanarle el camino a EPN con una reforma que puede desgastarlo si no se aprueba antes del primero de diciembre. Por esta razón se ha prestado el gobierno de Calderón, corrupto e impune ante sus fechorías, para pagar al costo político que sea. Darle el apoyo al nuevo gobierno para agradecerle de esta forma a quienes impusieron el actual régimen y apenas salir con una imagen rota y un mal prestigio. Esta reforma es el pago al empresariado y a la derecha por su apoyo, al inscribirse en los criterios neoliberales que impone el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, además de otros organismos internacionales que han ayudado a mantener el establishment. Esta reforma tiene la intención de aniquilar cualquier forma de autonomía sindical, destrozar el valor adquisitivo del salario, aumentar los índices de pobreza del mexicano, y ahogar toda esperanza de subir en la clase social trabajadora. Probablemente el acuerdo será en beneficio de los trabajadores impulsada por los patrones, y que “quede claro que la reforma fue consensuada” entre los “representantes populares” (eufemismo para no mencionar a CANACO, CANACINTRA, y COPARMEX). Desde luego la unanimidad no existe en ninguna parte, nos dirá la triunfante bancada del PRI, apoyada por el PAN, y nada tendría de raro que también lo fuera por algunas agrupaciones de “izquierda” del PRD. Pero con esta reforma el perro traerá una larga cola sucia, con mucha facilidad para despedir asalariados, aumentos en la edad de jubilación, disminución de los tiempos del pago por seguro de desempleo. Hoy como nunca el sindicalismo se halla reblandecido por el desempleo, el subempleo, y el inmenso mundo de la economía informal. Probablemente alguna que otra agrupación tendrán su espacio para el pataleo, pero hasta ahí llegarán las cosas. La “reforma” es aprobada a la mayor brevedad. Desmontar el estado de bienestar en Europa ha demandado diversas “reformas” que se operan mediante un mismo instrumento: la cuchilla del cadalso. Así, todas la llamadas “conquistas históricas” que conformaban el estado de bienestar, si antes no ocurre otra cosa irán a dar al patíbulo. Los empleos provienen de la inversión, y ésta ocurre si existen claras expectativas de ganancias, no es una receta mágica, ni obligatorio que al flexibilizar los despidos este país va a ser mejor, y más rentable. Es una gran mentira como tantas otras recetas neoliberales nos tratan de dormir otra vez, hipnotizándonos. Si hay expectativas de ganancia, es porque hay mercados internos y externos que pueden consumir, pero éste no es el caso; la economía mundial ha entrado en altas y pronunciadas bajas, tiende al estancamiento; de manera que vincular inmediatamente la flexibilidad de los despidos con una mayor creación de empleos es un cuento clásico empresarial y político. La reforma labora ha operado prácticamente en toda Europa con modalidades diversas según la historia laboral y económica de cada uno de ellos, y es claro que el tema central es el despido de trabajadores a cualquier día y en cualquier hora. La Fundación primero de mayo española, nos dice en un informe: “El despido es más que un acto económico, pero se intenta que se interiorice la idea de que se trata de un fenómeno socialmente banal, e irrelevante que no genera daños a nadie. Esta idea de ampliar las causas del despido que abarata al trabajador, se machaca constantemente hasta el cansancio por el establishment. Se tiene la idea que al flexibilizar y abaratar el despido se justifica con la tonta razón que tenemos que quitarle el miedo al empresario a contratar trabajadores, y de esta manera el despido es más barato y fácil. Sin embargo hay diversos consensos internacionales que demuestran que no existe ninguna relación clara entre el nivel de protección contra el despido y la situación del mercado del trabajo. El crecimiento de la desigualdad y el hambre en el ingreso a escala mundial halla una de sus explicaciones en el despido neoliberal. (La Jornada, economía, p.p. 22-28, 18 de septiembre de 2012).

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