domingo, 25 de noviembre de 2012

Ellos han vencido sin convencer

Nacional El vencedor sin legitimidad Ellos han vencido sin convencer Por: Carlos Damián 1 de Septiembre, 2012 Es un tribunal que vive en el pasado, debido al carro completo del PRI México. – Con las resoluciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que certifican la validez de los comicios del pasado primero de julio y que declara presidente electo a Enrique Peña Nieto (EPN), culmina formalmente el proceso electoral. Tal desenlace, sin embargo no resuelve la disputa por el proyecto de país que viene dirimiéndose desde hace más de dos décadas y ni siquiera es seguro que logre mantenerla dentro de las vías institucionales, habida cuenta que, para un importante sector de la sociedad el triunfo del priísta fue consecuencia de graves irregularidades. Los mecanismos de la democracia representativa y las instituciones encargadas de ponerlos en práctica tienen como propósito superar las diferencias entre sectores políticos y generar acuerdos sociales a partir de la conformación de una mayoría de electores, ya sea simple o absoluta. En torno a una candidatura que, sobre esa base, ejercerá un mandato por un tiempo determinado. Para ello se requiere no sólo del consenso sobre las reglas del juego, sino también de condiciones de legalidad, transparencia y plena libertad que susciten confianza en los organismos electorales y certidumbre en los resultados. No fue eso por desgracia, lo que ocurrió en los pasados comicios, cuando se puso en juego, una vez más, la permanencia o el cambio del modelo político-económico impuesto en el país desde el sexenio de Miguel de la Madrid, ahondado durante el de Carlos Salinas de Gortari y continuado por las siguientes tres administraciones. De entrada, la credibilidad de organismos y procesos electorales se encontraba minada de antemano por las graves irregularidades ocurridas en 2006, cuando el gobierno federal, los medios electrónicos privados, las cúpulas empresariales y el propio Instituto Federal Electoral (IFE) operaron a favor de Felipe Calderón, en contraste de las leyes y las normas vigentes. Además en esta ocasión la candidatura presidencial del PRI venia lastrada por señalamientos del favoritismo del duopolio televisivo, y por los problemas de imagen del tricolor. A mediados de mayo estos aspectos negativos se convirtieron en muestras masivas de rechazo social en contra del político del Edomex. En tal contexto, la única forma en que el PRI pudiera hacerse con la Presidencia sin generar impugnaciones ni ahondar la fractura social habría sido mediante un escrupuloso respeto a la normativa electoral, el deslinde respecto de su pasado autoritario y la distancia de sus elementos más identificados con la corrupción y el abuso. Por el contrario, la campaña del PRI fue un constante refrendo de los aspectos más irritantes del anterior partido único. Para colmo, desde días antes de la elección fue ostensible el recurso de prácticas indebidas empezando por la coacción del sufragio, la cual fue realizada a la vista de la sociedad. En semanas siguientes, la coalición Movimiento Progresista acumuló miles de pruebas sobre esa práctica, y más grave aun, sobre los manejos oscuros de grandes sumas de dinero y sobre triangulaciones monetarias realizadas por operadores de la campaña del tricolor. El hecho de que el TEPJF haya declarado, sin más trámite, la inexistencia jurídica de tales irregularidades, no basta para desvanecer la convicción de cuando menos un tercio del electorado ni para disipar su renovada irritación ante lo que es visto ahora como una nueva imposición. Así pues, el manejo del proceso electoral de este año, lejos de superar la fractura generada por el de 2006, la ha profundizado y ha colocado al país ante un nuevo divorcio entre la formalidad de las representaciones políticas y sectores sociales que no están dispuestos a reconocer a las autoridades emanadas de los comicios. La elección pervertida En este libro negro, elecciones 2012, de 48 páginas, autor Ricardo Monreal del Movimiento Progresista (MP), y su compilador es Francisco Estrada (Secretario técnico del MP), al tomar la etapa de lucha de AMLO y el MP las vías jurídicas para impugnar una elección sucia y comprada, de Julio Boltvinik, nos dice: “La pasada elección presidencial estuvo muy alejada de la equidad democrática. El dinero a raudales, de procedencia desconocida y al margen de toda justificación, se convirtió en esta ocasión en una partícula del fraude y el abuso electoral. El dinero ilegal e ilícito es inocultable. El derroche es su principal expresión. Utilizando un símil de los juegos olímpicos, el candidato presidencial del PRI, EPN, corrió dopado bajo los efectos de una sustancia expresamente prohibida por la legislación electoral, el dinero en efectivo y en especie, cuya sobredosis afectó la naturaleza, el diseño y el desarrollo mismo de la competencia política. Por lo tanto, la carrera debe invalidarse y normas que establece la Constitución y la legislación electoral”. http://exigimosdemocracia/impugnacion-de-la-eleccion/ De esta forma, el fallo inapelable del TEPJF alimenta la irritación política y el agravio en amplios sectores, el tiempo que ahonda la fractura social ya existente, la cual , a su vez se suma a los de por sí severos y crecientes factores de inestabilidad, ingobernabilidad y violencia presentes en el panorama social; la pobreza y el desempleo, las carencias de salud, la descomposición institucional, la corrupción multiplicada y el desastre que deja la actual administración en materia de inseguridad y descontrol delictivo. La perspectiva debiera resultar preocupante para quienes aspiran a conformar, con base en una primera minoría formal, el próximo gobierno. Para el PRI se ha configurado, en suma como pocas veces le había pasado en la historia política del partido, el peor de los escenarios de triunfo: vencer sin convencer. La confirmación de una nueva administración en estas condiciones será, innecesariamente, tema obligado de reflexión en los próximos meses.. En lo inmediato, y ante las movilizaciones sociales en curso, es pertinente hacer un llamado a todos los actores políticos, pero especialmente a las autoridades, a extreman la prudencia, la contención y la sensatez. (La Jornada, política, p.p. 4-6,1 de septiembre de 2012).

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