martes, 27 de julio de 2010

Los católicos en México

Nacional
En dos décadas se acentuó la deserción de la feligresía católica
Los católicos en México
Por: Carlos Damián 29 de Julio, 2010
Esta deserción de católicos de 28 millones entre 1980 y 2000 es la pugna con el estado
México. – En 1950, el 98.21 por ciento de las personas mayores de cinco años en México declaró ser católico, mientras que en el año 2000, el 88.73 por ciento dijo profesar este credo, de acuerdo a cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). En Guadalajara por su parte, entre 1980 y 1990, un total de 189 mil 381 personas dejaron de profesar la religión católica, de manera oficial.Datos extraoficiales señalan que cerca de 28 millones de mexicanos han desertado de las filas del catolicismo y han optado por otra confesión religiosa o han dejado de ser creyentes. A este respecto, y siendo menos conservador, el propio Cardenal Sandoval Iñiguez afirmaba en 1997, que “para el año 2000 podría haber 30 por ciento de mexicanos no católicos”, dice la especialista en su ensayo, El cardenal Sandoval, la indiferencia religiosa y el Estado laico en México.Agrega Laura Campos Jiménez historiadora, “en este texto desde mi punto de vista, cuál es el móvil de la jerarquía eclesiástica en su pugna contra el Estado laico mexicanos: la desbandada religiosa, el secularismo actual y la pérdida de la influencia y poder en la sociedad contemporánea”. Sin embargo a nivel nacional, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha reconocido que tan sólo 7 de los 89 millones de mexicanos que dicen ser católicos, son practicantes, se supone el 6.7 por ciento de la población actual, de acuerdo a un estudio del Instituto Mexicano de Doctrina Social (IMDS).Deserta gran cantidad de mexicanos de la Iglesia CatólicaEl ensayo trata de presentar las razones por las que ha crecido la deserción de fieles católicos. Mas adelante en su exposición ejemplifica: En América Latina, de acuerdo a cifras publicadas por la CEM, alrededor de 12 mil personas abandonan cada día las filas de la Iglesia Católica. De 1970 a 1990, 40 millones de latinoamericanos dejaron de ser católicos. Sus cifras frías caen como las monedas una a una, Campos afirma que no obstante la grey católica decrece porcentualmente es un hecho que la jerarquía católica en México está imposibilitada para atenderla personalmente.La historiadora señala el mito que significa el retiro sexual al que deben someterse los sacerdotes, pues en el país existen “cerca de 2 mil curas católicos casados, y el hecho de que la CEM no sabe que hacer con ellos y con el problema colateral que este hecho representa”.Por la “libertad religiosa”La historiadora muestra su extrañeza que pese al desencanto de la feligresía católica mexicana, la deserción de 28 millones de mexicanos hacia otras religiones; la pederastia que ha invadido en estos tiempos a la Iglesia Católica en el mundo; dos mil curas católicos que han optado por casarse; la gran indiferencia religiosa de los mexicanos hacia la jerarquía católica; la poca o nula respuesta que la Jerarquía católica se da a sí misma de la desbandada religiosa.Además de 90 porciento de mujeres que abortan y toman píldoras anticonceptivas, son católicas; tenemos la escasez de curas; el colapso del sacerdocio en todo el mundo, amén de los escándalos sexuales suscitados por los sacerdotes en el interior del clero. En esta lista hemos sido cortos pero aún falta la intervención en política del clero católico mexicano, limitado por las leyes vigentes, pero han sido tolerantes y auspiciadores el actual gobierno federal.No hace falta mucha suspicacia para darnos cuenta que los ataques al estado laico, la estrategia episcopal sea recuperar espacios de poder que la élite jerárquica disfrutó sin balance hasta la época de Reforma en el siglo XIX. Enfoca sus baterías la Iglesia Católica Mexicana, en una mano tiene la biblia y en la otra amenazas, y excomuniones, para lograr que el artículo 24 constitucional sea modificado, en el apartado sobre libertad de creencia y culto para suplirlo por el de libertad religiosa.Al modificarlo permitiría introducir la educación católica en las escuelas públicas, subvención estatal para los ministros de culto y para sus actividades litúrgicas; la operación de capellanías militares en las instalaciones castrenses, el control directo de los medios de comunicación electrónicos, entre otros pliegos petitorios.Concluye la historiadora, “la jerarquía católica pretende trasladar el culto, la instrucción religiosa y el confesionario, a las escuelas públicas, ante su evidente fracaso en el terreno de la catequesis de nuestro país y la consiguiente desbandada religiosa”. (La Jornada, política, p. 3, 29 de Marzo, 2010)

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