viernes, 19 de septiembre de 2014

Grupo México:empresa nociva

Nacional
El gobierno desvirtúa la decisión del Congreso para cerrar la empresa
Grupo México, empresa nociva
Por: Carlos Damián                                        26 de Agosto, 2014
Nos enfrentamos a otro homicidio industrial y el gobierno trata de minimizar los efectos
México. -   La Comisión permanente del Congreso de la Unión emitió el pasado miércoles (20/08/14), un exhorto dirigido al gobierno de Sonora, y a todas las secretarías federales para que se suspendan las actividades de la mina Buenavista del Cobre, Cananea, operada por Grupo México, en tanto se evalúan los daños por el derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico, en los ríos Sonora y Bacanuchi. Asimismo, el órgano legislativo instó ante la SE que cancele la concesión mediante la cual la empresa referida opera en este lugar, demandó que presente las denuncias penales correspondientes y pidió al Ejecutivo federal que investigue si la empresa filial del Grupo México, está operando sin cumplir la ley, y que se indemnice a los habitantes de Sonora por los perjuicios sufridos a consecuencia de la grave contaminación que por 30 años se prevén los peligros por atenuar en la zona, causada por el derrame. La avaricia, la corrupción y utilidades de la empresa que preside Germán Feliciano Larrea, en este homicidio industrial. Se infiere que la falta de control, la negligencia y supervisión causó que se vertiera venenos como: cianuro, cadmio, arsénico y varios minerales que son peligrosos al ser humano. Aunque se culpe a empresas externas que estaban dando servicio de mantenimiento a la empresa filial, a la lluvia espontánea, y a la mala planeación de la pileta de lixiviados (ya que sólo tiene una).

Hasta ahora no se han investigado ni evaluado a fondo los efectos de este enorme descuido, ni las consecuencia que desafortunadamente tendrá no sólo para los peces, el ganado las tierras de cultivo y la ecología de la zona, sino en los niños, personas y familias que viven de la agricultura, la pesca o la ganadería, que además son altamente dependientes en su vida diaria del agua escasa y muy valiosa que corre por los ríos, acequias y lagunas. Como es costumbre de Grupo México, por cierto considerara por diversos organismo internacionales como una de las diez compañías menos éticas del mundo, trató de ocultar la tragedia, no avisó sino hasta que unos días después y eso es un acto de cobardía y de irresponsabilidad criminal, ya que muchas personas que utilizan esa agua para su vida se enteraron del desastre varios días después. Las consecuencias, por tanto son inimaginables, ya que todos esos químicos son generadores de cáncer y altamente dañinos para la salud. México y el mundo entero vieron las fotos de peces y animales muertos, millones de personas han sido testigos de la tragedia ambiental.

Hasta hoy, nadie ha mencionado siquiera la salud de los seres humanos que habitan toda esa región. Este grave ecocidio no puede quedar en la impunidad, ya que Larrea, los accionistas y directivos de esa empresa trataron de ocultarlo a la opinión pública, al igual que sucedió en 19 de febrero de 2006 cuando explotó la mina de carbón de Pasta de Conchos debido a la falta de desalojar el gas grisú, en el municipio de San Juan de Sabinas, Coahuila, en la cual murieron 65 trabajadores y al quinto día del desastre la empresa huyó con la complicidad del entonces secretario del Trabajo del gobierno de Vicente Fox, Francisco Javier Salazar, ambos cómplices del Grupo México. De acuerdo con la información disponible fue causado por la empresa renuente a observar las medidas de seguridad laboral reglamentarias y por la obsecuencia de las autoridades de la Secretaria de Trabajo y Previsión Social (STPS). En esta situación se deben considerar culpables de esta tragedia humana y social a todos aquellos que tuvieron en sus manos la decisión de abandonarlos a su suerte. Cruelmente  dejaron abandonados 63 cuerpos que hasta hoy siguen sin rescatarse por la negligencia, la impunidad y la cobardía de Larrea y cómplices, pero también por la falta de decisión de los gobierno para obligar a aquellos a dar la cara frente a las familias y cumplir la ley.

El gobierno de Sonora no ha tomado acciones serias para investigar y castigar con todo el peso de la ley a esta empresa que dondequiera que opera lleva destrucción y muerte, sea en nuestro país, en Perú por medio de las firmas Southern Peru Copper Corporation y de la explotación posible de la mina Tía Mará, así como en Chile, y aún en el propio Estados Unidos, donde explota las minas Arizona y Texas mediante la compañía subsidiaria, antiguamente la matriz, American Smelting and Refining Company (ASARCO).  Hasta ahora tampoco el gobierno federal ha ido al fondo de este muy delicado asunto. La Procuraduría de Protección al Medio Ambiente, por ejemplo, entre otras medidas, aparentemente ha determinado que para prevenir otra tragedia de esta naturaleza, Grupo México debe comprometerse a monitorear las descargas de elementos químicos en los ríos  durante los próximos cinco años. Si esto se confirma, sería como poner a la Iglesia en manos de Lutero. La otra decisión que verdaderamente parece irreal e increíble, es imponer una multa a la Empresa responsable de esta tragedia medioambiental de un máximo de 20 mil salarios mínimos, equivalente a un millón 380 mil pesos, en contraste con un monto de utilidades de esta empresa durante el primer semestre de 2014 de más de 15 mil 500 millones de pesos, o sea apenas 0.0001 por ciento de las ganancias en el período mencionado. 

Esta empresa sólo lleva destrucción y muerte
El pueblo de Sonora rechaza a esta empresa ya que al cambiar de nombre de minera Cananea a Minera Buenavista del Cobre logró quitar los derechos de huelga y prestaciones sociales a los anteriores habitante de esta región con la ayuda de la  fuerza federal y tuvo que traer forzosamente a gente de fuera de Sonora para trabajar en la mina, y ahora está obligando a la gente de Sonora y municipios vecinos a correr de este nuevo homicidio industrial y Ecocidio mexicano.  Esta multa es ridícula,  absurda y una burla para los afectados, por eso seguramente Grupo México continuará provocando contaminación. Como lo ha señalado el Sindicato Nacional de Mineros en  diferentes ocasiones, este nuevo homicidio industrial no debe quedar en la impunidad y dejarlo como un ejemplo para el futuro y no vuelva a ocurrir. Ni el gobierno de México, ni los mexicanos debemos permanecer indiferentes porque de todos los grupos mineros del país, Grupo México tiene en sus manos, a base de concesiones del Estado la mayor de extensión de tierras que son propiedad de la nación, en condiciones ilimitadas para el aprovechamiento y abuso de sus contenidos. Por lo tanto, esta compañía se ha vuelto una amenaza nacional contra el patrimonio del pueblo mexicano. En realidad se trata de un grupo parasitario formado con los bienes nacionales y a costa de la explotación despiadada y descarada de los trabajadores y sus familias.

Una decisión humanitaria, inteligente y apegada a la aplicación de la justicia sería retirar la concesión a Grupo México de la explotación de la mina de Buenavista del Cobre, Cananea, o en su caso detener sus operaciones hasta que se investigue por organismos nacionales y extranjeros competentes e independientes, el alcance de esta grave negligencia criminal. Aunque nuestros políticos y el gobierno federal se rehúse deberá prohibirse a esta empresa repetir, como lo ha hecho siempre, actos cobardes de atacar al sindicato minero para distraer a la opinión publica, nacional e internacional este nuevo homicidio industrial, como sucedió después de la tragedia de Pasta de Conchos y como lo intentaron la semana pasada con el escándalo amarillista de la supuesta ficha roja del líder nacional de este sindicato nacional (NGU).

Desde hace años se ha documentado el desdén del corporativo minero para la vida de los trabajadores, la seguridad de la población y las leyes. El desastre ambiental provocado es la muestra de la irresponsabilidad empresarial. Además los percances personales, laborales, sociales y ambientales no serían posibles sin autoridades omisas y hasta cómplices. El caso de esta empresa  es ilustrativo de la impunidad legal con la que operan las empresas de todo género y la necesidad de emprender modificaciones jurídicas orientadas a corregir una aberración, ya que las personas morales no son imputables en la ley. Debería el estado desarticular empresas que son por si mismo peligrosas para sus trabajadores y consumidores, para la sociedad, la economía y el entorno. (La Jornada, política, p.p. 2- 46, 21 de Agosto, 2014).

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