martes, 3 de septiembre de 2013

Las reformas del PRI-PAN

Nacional La desigualdad económica en México Las reformas del PRI-PAN Por: Carlos Damián 17 de Agosto, 2013 Se multiplicarán las políticas del desmantelamiento social en perjuicio de los mexicanos México. - La enjundia reformista del gobierno federal se ha agudizado en los últimos 25 años del acontecer nacional, a partir de los años 80 con la entrada de México al GATT es cuando comienzan a aparecer la reformas estructurales y fue una tras otra, convirtiendo en una ruta crítica alrededor de un mapa nacional, es la apertura de empresas propiedad del gobierno federal y a su vez creando nuevo ricos, entre los amigos, vecinos poderosos y la élite que apoya al gobernante en turno. Estas acciones según el alumno aplicado colocaría a México en el camino geoestratégico de la modernidad, ayudando en estos menesteres un enjambre de militantes de la cúpula tanto del PRI como del PAN, abriendo sin recato alguno estos celosos neoliberales el Congreso Nacional de par en par las puertas de este recinto legislativo. El acuerdo de Libre Comercio (TLCAN), fue desatado bajo el ordenamiento del imperio del Norte, y de la iniciativa privada, siendo este documento la proa del barco insigne del proceso neoliberal de apertura a las empresas trasnacionales. Otras pequeñas reformas fueron hechas más no sin importancia de corte financiero, como: al Banco de México se le dio cierta libertad, las privatizaciones fueron recurrentes y consecutivas siendo hechas a toda prisa (fast track), la banca mexicana fue vendida en su totalidad al extranjero y trasnacionales, se empequeñeció la banca de desarrollo, asimismo sus acciones se redujeron dentro del territorio mexicano, y el segmento agrícola de la tierra ejidal fue abierto al mercado neoliberal. La red protectora colectiva de alimentos, que los anteriores gobiernos federales emanados de la revolución no se atrevían a tocar, por temor a dejar al mexicano de capas bajas sin alimento, con estos gobiernos neoliberales no se tentaron el corazón y comenzaron a achicar la canasta básica al llevar a cabo una serie de acciones ejecutivas tendientes a desmantelar la red protectora social, y que todavía impulsaba la producción de alimentos. Al retirarse el Estado, inmediatamente las compañías trasnacionales comenzaron a suplir esta ausencia social en la producción y financiamiento agrícola, pero fue visto como un negocio que después llamaron agroindustrias. En la presentación del estudio tipo catástrofe extremista: “Nos cambiaron el mapa: México ante la revolución energética del siglo XX”. JPC exagera con sus conocimientos mediocres al observar que sin los cambios en los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, “el país tardará hasta 100 años en extraer su riqueza energética”, y lo menciona alegremente, al “calcular en 158 mil millones de barriles”. A los mexicanos nos mencionan como tarados congénitos al no entender por qué Pemex no puede explotar sus “aguas profundas”, pero en su posición ideológica y apátrida no menciona las guerras de recursos primarios entre las naciones desarrolladas. Además coloca a México erróneamente en el sexto lugar cuando realmente México tiene el mayor número de gas shale, en el tercer lugar, según la fuente de los neoliberales: ‘Financial Times’ (22/4/12). También considera en forma absurda el número de patentes del Instituto Mexicano del Petróleo (22) –IMP-, con la estadounidense Schulemberger (540), donde es accionista el ex director de Pemex. La especulación energética en el mundo El IMP fue desmantelado por los gobiernos del PAN-PRI, mientras que a la empresa texana Schulemberger, le llueve dinero para investigación y desarrollo. Aunque no menciona IMCO sospechosamente el gran daño ambiental de la texana en el Golfo de México. Del presidente de Imco, Valentín Díaz Morodo (VDM), es una torpeza al mencionar a Cuba, Irán y Norcorea. Tanto como Cuba, y Norcorea no son productores de petróleo, e Irán tiene sanciones asfixiantes del extranjero. Lo que debería hacer este negro personaje es pagar los 7 mil millones de dólares en impuestos que le birló a la SHCP en la venta de la cervecería Modelo, como buen ciudadano que quiere a su país. Las comparaciones entre México y los demás países deberían ser entre iguales, no confunda peras con manzanas. Los argumentos de lodo del IMCO, son una falta de inteligencia al colgarse todos los sambenitos del documento WWC-ITAM, y su tesis se tambalea al colgarse de la controvertida “revolución energética” del gas shale de Estados Unidos. Tal parece que el IMCO apuesta todas sus fichas del casino a la burbuja el shale gas, cuando el pasado mes de julio la comisión de energía de Francia desechó su ampliación debido a la telúrica depreciación ambiental del fracking, cuando no se debería confundir todos los hidrocarburos como iguales. Aún en estos días la proposición del gas shale no merece todos los atributos que se le cuelgan y merece mención aparte todos los beneficios hasta que se tenga la plena certeza de su inocuidad. La propuesta teológica privatizadora tanto del IMCO como de la iniciativa privada, es una calca de lo que se ha propuesto en Estados Unidos sobre el gas shale. Lo que deberíamos hacer de acuerdo al investigador Alfredo Jalife, en su escrito ‘Bajo la lupa’, es que debe ser tratado bajo situaciones diferentes y sin precipitaciones. Podríamos estar de acuerdo con ciertos fragmentos de la apertura energética siempre y cuando México tuviera el control de las investigaciones y la propiedad no solo de la planta productiva propia de Pemex, sino también de su nombre y logo de petrolera nacional. Además, que mantenga el ritmo extractivo de acuerdo a las necesidades de la planta productiva nacional. Los partidos apátridas y traidores de la voluntad nacional Debemos estar de acuerdo con las tendencias globales de las “siete hermanas estatales del petróleo”, más no con la obsesión teológica y terrorismo catastrófico de organismos radicales comprado por las grandes trasnacionales británicas y yanquis, que niegan la libertad geoestratégica y seguridad energética de México. Aún tenemos candados constitucionales en los artículos claves de la seguridad energética que tratan de destrozar el PAN-PRI, al tener entre sus planes maquiavélicos el cambiar el 25, 27, y 28 para dejar un cascarón vacío y sin logo de identificación a Pemex. Estas acciones agresivas de las franquicias comerciales conocidas como partidos políticos, son un reflejo de .la depredación de las antecesoras de las trasnacionales anglosajonas en la etapa de Porfirio Díaz, que hacen retroceder a México a finales del siglo XIX. En suma no es una modernización geopolítica, es un retroceso histórico y esto se realiza conjuntamente cuando Obama impulsa el crecimiento gradual del muro transfronterizo, con una agresiva, catastrófica y terrorista acción en contra de los mexicanos en exilio económico (separando familias y bienes en Estados Unidos), cuando por simple vecindad deberían ser las relaciones binacionales integrales y no parcialmente reduccionistas. Toda esta situación creada por los políticos nacionales, las trasnacionales con una sed inmensa, y la iniciativa privada que como buena madrina impulsa esta situación ansiosa de quedar bien con el Imperio del Norte. Nos retrotrae a la postura alterna donde vemos a un México con libertad, con independencia y seguridad energética donde Pemex conserva la propiedad y el logo que lo caracteriza en el mundo petrolero. Esta empresa propiedad del estado optimiza su operatividad sin confrontar con el Imperio del Norte y además garantiza su abasto a la planta productiva nacional. Donde México no desaparece del mapa geoestratégico energético mundial. No vemos en este panorama nacional a EPN, con legitimidad y autoridad para privatizar a Pemex. Si tenía un apoyo del 38.21 por ciento en el Pacto por México, se vio con una ausencia del 70 por ciento. Aunque en este cúmulo de modernizaciones y de pinceladas al cuadro le faltan algunas reformas: la fiscal y la energética, pero ambas están todavía con una cerradura ante la falta de claridad de sus alcances, de sus conceptos y la falta de pericia de la clase legislativa actual. Las reformas estructurales neoliberales tiene como fondo pantanoso, la acumulación de capital, del ingreso. Cuando están conducidas estas reformas por el gran capital no han beneficiado a la clase obrera de ninguna manera. En contraste siempre han castigado al factor trabajo e impulsa a aumentar el segmento de mercado del capital y del poder mediático. En México alrededor de los años 80, se interrumpió de alguna manera, siendo que 40 por ciento ya se destinaba al trabajo, y se veía que jamás íbamos a alcanzar a los ciudadanos europeos: 70 por ciento al trabajo, y 30 por ciento al capital. El pleito ha sido feroz pero la clase trabajadora ha perdido terreno durante los últimos 25 años, aunque el discurso oficial quiere convencernos de lo contrario, sacando los argumentos retóricos de su fábrica de mentiras. Al Estado poco le importa el ciudadano común, y al factor trabajo le ofrece un panorama de castigo, de mayor concentración de riqueza de la élite, y la precarización del empleo. (La Jornada, política, p.p. 18-20, 17 de Julio, 2013).

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