domingo, 16 de diciembre de 2012

Persecución ominosa

Nacional La izquierda en el D. F. Persecución ominosa a informadores Por: Carlos Damián 18 de Septiembre, 2012 Carlos Salinas y Camacho México. – El fenómeno conocido como Wikileaks demuestra el riesgo de informar a la opinión pública, ya que socialmente torpe y obscena en el escenario político las acciones de Washington, Londres y Estocolmo. Ya que nos muestra el perfil violento, irracional de los poderes mundiales afectados por la difusión masiva de los secretos operativos militares-comerciales de los gobiernos imperiales, en contubernio con la complicidad de las empresas trasnacionales, diplomacias intervencionistas y élites financieras. Las reacciones violentas de estos gobiernos amenazan a la libre expresión al agredir verbalmente al gobierno de Ecuador y tratar de impedir dar asilo a Julian Assange. Aún no estiman el gran daño que han hecho al ejercicio de una libertad; la de expresión, que con doble moral inocultable pregonan como gran logro de la “democracia”, pero sin develar su intención de prohibir y castigar cuando alguien transgrede los límites impuestos por sus imperiales intereses. Esas acusaciones han estado bajo sospecha de haber sido armadas, reactivadas o sobredimensionadas para tratar de encarcelar a Julian Assange por los daños que provocó en el sistema planetario de poder con sus revelaciones sustraídas de archivos oficiales del imperio del norte. Existe el fundado temor de que el eje Gran Bretaña-Suecia acabe colocando al informador en una prisión americana y que no haya para él un juicio justo, sino todo lo contrario. La reacción imperial atropellada nos demuestra sin lugar a dudas la necesidad de proteger a Assange. En México vemos decisiones similares tal como si estuviéramos viendo un espejo planetario. Si nos remitimos a los hechos tenemos el reciente escándalo mexicano del gobierno de Calderón coludido con los poderes fácticos que los representa Televisa a la perfección, al estar relacionado precisamente con el control de una autopista digital: la banda ancha, que nos permitirá una gran fluidez en los datos, imágenes e información en general. La administración que sale del gobierno federal pretende cerrar el paso a una opción tecnológica y periodística que encabezaría la familia Vargas, de MVS, pero también añadiríamos al poderío económico de Carlos Slim, de Telmex, que es una persona con manía de comprador compulsivo de empresas y negocios en todo el mundo. En México no ha podido crear un canal de televisión por la alianza de Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego, del imperio televisivo TVAzteca, con Calderón. El imperio actual fáctico de televisión ha impedido con todos sus medios el cambio, ya que nada supone que se va a promover un tipo distinto de periodismo, ya que resultaría absurdo pensar que la enorme fortuna que le entregó Carlos Salinas al empresario, en forma ventajosa adquirió Telmex, pudiera promover un periodismo que atentara contra los intereses que lo han promovido y hecho rico. Aún así, la posible aparición en televisión mexicana es vista con temor, odio y rechazo por el duopolio de pantallas de cristal y empresas dependientes como el de Calderón. En este contexto vemos el castigo a MVS, el veto a Carlos Slim de las pantallas mexicanas, el despido de Carmen Aristegui de MVS, la expulsión de Lidia Cacho del país, como formas de rechazo a la libertad de expresión en México. No debemos olvidar la explicación que dio el gobierno federal al llegar a Ciudad Juárez, al tratar de explicar la violencia desatada en el norte de México: “ellos se mataron entre sí”, dicho por FC, al llegar a Chihuahua. El amago de que las asignaciones futuras de publicidad oficial corresponderán, disfrazadas, a los ánimos del gran PRI en camino, la lucha a favor de Julian Assange y de la libertad de expresión, hagamos por el respeto de la soberanía de Ecuador de todos nosotros. He ahí una lucha desigual global en medio de un retroceso descarnado, y obsceno. Camino hacia el 2018 Marcelo Ebrard tiene ante sí un gran futuro minado por la propia izquierda, con dos ingredientes sustanciales para ese platillo frío servido por el propio PRI. Un elemento visible es la continuidad en el gobierno capitalino, y a pesar de su falta de experiencia política y de su nula existencia activista de izquierda, Miguel Ángel Mancera fue instalado como candidato a la sucesión del gobierno capitalino. Con el favor del aparato político del PRD, que se convirtió en una aplanadora electoral ganó sin problemas, y por amplio margen. Mancera fue sacado de la opacidad burocrática para convertirlo en presunta pieza manejable por la alianza Marcelo Ebrard-Camacho. Aunque parece que el ex procurador de justicia ha estado esquematizando formas para irse independizando, negociando la salida de su gobierno, e impulsando a Ebrard a la silla presidencial y dejando de lado a AMLO. El segundo ingrediente es la manera en que logró relacionarse con AMLO y específicamente la definición de la candidatura para 2012. Se fabricó una hoja de activista político al hacerse a un lado en la candidatura presidencial por el Movimiento Progresista que fácilmente se infló por los adversarios del candidato de Tabasco, adjudicándole presuntas virtudes de civilidad, para descalificar a quien fue aspirante de las izquierdas. Aunque en honor a la verdad jamás apoyó a fondo ni de chiste a AMLO, cuidando su personaje político por encima de las circunstancias del 2012, y tampoco se quiso asociar sus intereses a la tribu de Los Chuchos dentro de las estructuras dominantes del PRD. Este personaje decidido a navegar entre los mares cuando sea necesario para tener el perfil de candidato natural a la siguiente elección presidencial, aunque no ha sido aceptado pero tampoco ha sido rechazado. (La Jornada, política, p.p. 6-8, 19 de Septiembre de 2012).

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