domingo, 16 de diciembre de 2012

El barco capitalista

Internacional El desprecio como destino El barco capitalista se metió al agua Por: Carlos Damián 6 de Diciembre de 2012 Las cosas duran hasta que se acaban México. - En el “desprecio como destino” el escritor Eduardo Galeano puso en negro sobre blanco: “Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no duda de su propia eternidad”. Tal vez este capitalismo esté cambiando de opinión, si nos referimos al documento Global Risks Report 2011 encargado por la élite mundial que se reunió en Davos. Es breve la conclusión del reporte, donde advierten que el derrame de la actual crisis financiera agotó la capacidad del mundo para hacer frente a la crisis actual. También concluyen que la gravedad y la profundidad de los riesgos para la estabilidad mundial se han vuelto más frecuentes, mientras que resulta evidente que la idoneidad de los “sistemas gobernantes” para enfrentar tales problemas han puesto en peligro al sistema económico. Al llegar a Davos cada una de las élites gobernantes en sus respectivos países llegaron con su propio discurso, a decir a los demás que deben hacer, y retornaron a sus países con el mismo discurso que llegaron; no pueden asumir que todos vamos en el mismo barco. A excepción de Dila Rousseff que dijo: “prefiero asistir a Porto Alegre, un foro creado como alternativa a la política capitalista de los banqueros del mundo”. Sin embargo George Osborne, responsable de la Hacienda de Camerón, se expresó al referirse a Grecia (0.028% del PIB, 2010); “la cola mueve al perro”, Grecia tiene en jaque a la poderosa Alemania y a la eurozona como conjunto. Esta situación hizo exclamar a Donald Tsang, jefe del gobierno autónomo de Hong Kong: “Nunca había tenido tanto miedo como ahora por efecto de lo que está pasando en la eurozona”. Sistema de Salud mexicana Según Salomón Chertorivski Woldenberg, “México tiene uno de los mejores sistemas de salud” entre los países en vías de desarrollo, aunque también reconoce que “todavía” no es lo eficiente ni tiene la calidad que se requiere. Será mejor cuando se consolide un sistema único, se fortalezca la prevención de enfermedades y se eliminen la corrupción y deficiencias administrativas. Añade que nuestro país debe avanzar hacia un sistema de protección social en el que se vea a la salud como un derecho fundamental, separado de otras prestaciones, como pensiones, jubilaciones y seguros de desempleo. “La salud se cuece aparte”; ya no se debe “contaminar”, como hicimos a lo largo de muchos años con otras instituciones, con seguros que se contraponen y hacen más compleja la instrumentación de la política pública”. Comenta que no cree que haya riesgo para el Seguro Popular. “Cualquier persona o partido se dará cuenta con la evidencia, y los hechos que el sistema funciona”. También comentó que sea necesariamente un médico el que dirija los destinos de la salud, pues además de la clínica, se requiere una visión amplia de política pública y gerencial. El sistema de salud todavía sigue la discusión sobre si debe ser seguridad social o protección social. Debe ser ésta última, porque abarca más. Debemos separar los mecanismos de aseguramiento, atender a la salud como un derecho humano fundamental y separarla de temas de jubilación, pensión, seguros de desempleo. Ya no se debe contaminar a la salud como hicimos a lo largo de muchos años en otras instituciones con seguros que se contraponen y hacen más compleja la instrumentación de la política pública. Avanza el deterioro laboral Si fuera por discursos, indudablemente que México y sus habitantes conformarían el primer mundo, el modelo a seguir es la envidia de la comunidad de naciones, y México sigue “generando más oportunidades de estudio y de trabajo para jóvenes”, para quien todos los días se registran “cifras históricas” en materia de empleo y bienestar. Pero la realidad es que 48 por ciento de los desocupados en México son jóvenes, y las “cifras históricas” dan cuenta del espeluznante deterioro de las condiciones laborales y sociales de los mexicanos. Hay que tener en claro que el retroceso en el mercado laboral no únicamente se da en materia de desocupación; también tenemos que atender la calidad de la ocupación que se ha generado. Lo anterior sintetiza el círculo vicioso en el que la nación se encuentra: se han disminuido salarios, prestaciones y horas de trabajo, pero a pesar de ello no se tiene el suficiente vigor para generar crecimiento económico. “México se encuentra en el último año de gobierno, con un proceso electoral que ha cerrado los mecanismos de negociación y que ha colocado a la agenda política sobre la económica y social. Dado que para 2012 el crecimiento se encuentra anegado en una etapa de volatilidad externa y debilidad interna es poco probable que a corto plazo se revierta dicha situación. El problema no fue de diagnóstico, desde el inicio de sexenio se tuvo al empleo como una de las variables que deberían ser atendidas para frenar el deterioro de la calidad de vida de los mexicanos, en realidad la cuestión es que no se tuvo la capacidad de gestión para atender este requerimiento eficazmente. De acuerdo a lo anterior, es evidente que la agenda laboral a resolver involucrará al futuro gobierno, pero el inicio de la solución, en el mejor de los casos, se tendrá para fines de 2013, es decir, habrá que esperar un año para poner en marcha nuevas ideas y propuestas. Los riesgos son latentes, aún en algunas de las autoridades encargadas de la seguridad nacional mencionan el delicado estado que guarda el país. Sin lugar a dudas que todo esto reclama que se implementen programas de desarrollo integrales, que se tome en consideración que la mejora en la situación del empleo tiene encadenamientos con la solución del problema de pobreza. No sólo se ha dado un deterioro en las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos; las cifras además evidencian una situación verdaderamente preocupante, pues la capacidad de absorción de mano de obra calificada se ha visto mermada: entre 2006 y 2011 ha crecido 63.2 por ciento la desocupación de las personas que cuentan con una educación media superior o superior. (La Jornada, economía, p. p. 28 - 32, 13 de Febrero, 2011).

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