El candidato presidencial AMLO

Nacional
El pre- candidato va solitario por la presidencia de la República
El candidato presidencial AMLO
Por: Carlos Damián 11 de enero de 2012
IFE : medidas incongruentes
México.- El virtual candidato de la línea progresista, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), señala que Enrique Peña Nieto (EPN) encarna el sector obscuro del PRI, la corrupción, y no solamente “que no ha leído”. AMLO contestó algunas preguntas de los reporteros sobre las fallidas respuestas del ex gobernador del estado de México, EPN, en la Feria internacional del Libro de Guadalajara y el posterior desliz de Ernesto Cordero, el aspirante presidencial de la derecha en el poder. Contestó divertido sobre la ignorancia de los candidatos presidenciales tanto del PRI como del PAN, con pausada voz reiteró: “creo que lo que la lectura no da, la mercadotecnia no otorga”, parafraseando a Miguel de Unamuno, en la Universidad de Salamanca.

Al seguir con su plática, al término de una reunían con la Asociación Interdisciplinaria de Juristas de México, señala, ahora se extrañan porque Peña Nieto no ha leído, pero no se dice que hizo un acuerdo con la maestra Elba Esther (Gordillo Morales) –EEGM-, y si el PRI, llega a presidente, toco madera, la próxima titular de la Secretaria de Educación Pública (SEP) es Elba Esther (EEGM), Carlos Salinas de Gortari será Secretario de Hacienda, Arturo Montiel Secretario de la Función Pública, y Humberto Moreira va a la Secretaría de Gobernación como premio de consolación ya que acaba de renunciar a la presidencia nacional del PRI.

Se va a elaborar una cartilla moral
El candidato propone una “cartilla moral” a partir de los tres fundamentos de la república amorosa: la justicia, la honestidad y el amor. Se está elaborando porque el problema de México no es nada más la falta de bienes materiales sino también la pérdida de valores, culturales, morales y espirituales. En este contexto se considera un frente electoral de votantes que trascienda la suma convencional de los marcos de la coalición electoral, y de siglas de partidos, que les dé espacio a todos aquellos grupos que quieran participar en la transformación de México a partir del rechazo a la herencia tóxica de la clase política dirigente, cuya vida transcurre en una burbuja de cristal alejada de los sueños, y de las preocupaciones cotidianas de los votantes. La mayoría de la ciudadanía no tiene un partido en particular por el cual votar, sin embargo tiene grupos activos, afiliados a distintas causas, que van a estar dispuestos al cambio de la línea rapaz de egoísmo y apátrida de la clase en el poder, sucederá si ven respetada su independencia y no sean obligados por hambre a subordinarse al programa “político máximo” de las fuerzas políticas.

La política progresista de AMLO tiene que lograr la convergencia de esa diversidad en torno a una propuesta legítima democrática que, por su propia naturaleza trascienda en el ser humano y ente ciudadano para perfilar un nuevo bloque histórico y político. Esta decisión política de subir a la palestra presidencial es con argumentos probados, con novedades de organización social y propuestas políticas, como ahora traen el tema de la “república amorosa”. Es la decisión de enfrentar el reto electoral haciendo política sin renunciar a la identidad personal, a los principios sin perder la individualidad expresada en convicciones morales y éticas que solo la intolerancia negaría. Esta propuesta política se pronuncia alrededor de tres ejes: la honestidad, la justicia y el fortalecimiento de valores procurando dejar abstracciones para convertirse a favor de la mayor transformación posible en las precarias condiciones de nuestra nación.

La educación mexicana
De la educación como actividad específica y proceso de naturaleza social debemos admitir sin subterfugios su estado altamente crítico. En todos los niveles las fallas son graves, la estructura general del sistema debe ser revisada y ordenada para alcanzar los objetivos más altos posibles de alfabetismo, funcionalidad y formación efectiva. El sistema educativo vigente restringe el desarrollo potencial de los individuos, ejerce un efecto negativo en la configuración de la sociedad, tanto en el esquema general de los valores y la desigualdad económica. En cuanto a la economía tiene el poder el mismo grupo faccioso dentro del Banco de México y en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) desde el sexenio de Miguel de la Madrid.

Este grupo económico con su capacidad de control ha impuesto criterios y políticas de largo alcance que han determinado la estructura que hoy tiene la economía, abarcando sus alcances: el financiamiento, la fiscalización de los ingresos y gasto público, el carácter de consumo de la inversión, la configuración de los mercados, y las transacciones comerciales con los capitales foráneos. Este dominio conlleva la administración de crisis recurrentes durante el mismo período con costos onerosos y sus efectos sobre la creación de la riqueza siguen siendo muy sesgados.

La economía de la que se ufana el actual gobierno está anclada en un funcionamiento microeconómico con pies de barro. No reconocerlo es perpetuar la situación actual y la ilusión de que las cosas funcionen. Tanto el PRI como el PAN no se salen del esquema planteado desde hace treinta años. Lo más que pueden ofrecer en política económica es una estabilidad relativa y frágil en un entorno de lento crecimiento, con baja productividad, escaso empleo, y una alta concentración de riqueza y bajo ingreso económico.

En la contienda política los que deciden son los que tienen el poder económico y fáctico, y 52 millones de pobres en México, de ellos 28 millones sufre la carencia de acceso a la alimentación, y son casi 12 millones quienes viven en pobreza externa. Hay mucho espacio para idear una economía bastante mejor de la que dejan quienes la han conformado en décadas recientes, sobre todo en un escenario mundial de crisis que tendrá que enfrentar el próximo gobierno.

Regalo navideño
En el último mes del año se ha generado un intenso movimiento especulativo a favor del dólar, venden los pesos y compran los billetes verdes. El banco central está cometiendo un error que a la larga creará desconfianza. No está informando a los dueños de las reservas internacionales cuántos dólares ha vendido, ni a qué precios, ni quienes los han comprado. El secreto está dando lugar a falsas interpretaciones. Cuando se presentó la anterior crisis devaluatoria, en 2008, y Guillermo Ortiz era gobernador del Banco de México, se informó día a día de los dólares que salían de la reserva federal y el precio a que se vendían. Se omitió el nombre de los bancos adquirientes. Hubo críticas porque se perdió una tercera parte de la reserva federal pero fue positiva la transparencia de las operaciones. Agustín Carstens debería tener presente que el dinero que maneja no es el gasto de su casa. Hoy tenemos el dólar a $14.50 en feliz navidad. (La Jornada, economía, p. 23, 26 de diciembre, 2011).