martes, 27 de diciembre de 2011

Control de daños del dinosauro político

Nacional
Moreira: Reacomodos del PRI
Control de daños del dinosauro político
Por: Carlos Damián 3 de Diciembre, 2011
Documentos falsos de Moreira
México. - A escasos 272 días de haber asumido el cargo de presidente nacional del PRI, Humberto Moreira Valdez (HMV) anunció su dimisión el viernes, 2 de diciembre, con el telón de fondo de los señalamientos públicos por irregularidades y manejos dudosos de los recursos durante su paso por el gobierno de Coahuila, por el crecimiento exorbitante de la deuda pública de la entidad y por la presunta falsificación de documentos oficiales.

El profesor Moreira (HMV) renunció a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para impedir, argumentó que la “la guerra mediática” en su contra dañe la imagen al tricolor y al precandidato a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto (EPN). Ex presidente HMV presentó su renuncia durante la reunión durante la sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional del PRI. De inmediato se nombró dirigente interino a Cristina Díaz-quien se desempeñaba como secretaria general- mientras se elige al nuevo dirigente sustituto, que todo indica que será el senador Pedro Joaquín Coldwell.

El precedente ineludible de esta dimisión es lo dicho por el precandidato, Enrique Peña Nieto, quien la víspera sostuvo que “el priísmo está a la espera y atento a las definiciones personales que él asuma”, y advirtió que los señalamientos en contra del ex mandatario de Coahuila “le han generado desgaste como presidente nacional del partido”. Así, la renuncia de Moreira no puede interpretarse sino como una operación de control de daños: de hecho, los cuestionamientos a la probidad del hasta ayer dirigente del partido han empezado a afectar la imagen del ex gobernador del estado de México y es previsible una intensificación de ese daño, sobre todo si el golpeteo contra el primero llega a traspasar la línea entre lo político y lo legal.
Con motivo del escándalo por la contratación irregular de deuda pública millonaria en Coahuila en la que anteriormente era gobernador de la entidad norteña de México. Ya con el rostro desencajado Moreira (HMV) anuncia su renuncia: “la presento porque lo más importante que tenemos los priistas es nuestra institución y nuestro instituto político, porque no voy a permitir que por una guerra mediática se esté tratando de dañar a mi partido, que tantas oportunidades me ha dado”.

Por otra parte más allá de lo que Moreira haga o deje de hacer para defender su posición, la conducta del priísmo en las horas posteriores a su renuncia da cabal cuenta de un ambiente enrarecido y de virtudes reacomodos políticos dentro del tricolor. A raíz de la dimisión de Moreira, e incluso antes de que éste se hiciera oficial, se realizaron pronunciamientos a favor de los senadores priistas Manlio Fabio Beltrones (MFB) y Pedro Joaquín Coldwell, como candidatos para relevar al ex mandatario coahuilense.

El ahora ex dirigente del PRI reivindicó que se va pese a los triunfos electorales que le ha dado al tricolor, “desde hace años que no existía en el partido un comité que ganara todas y hoy ganamos todas las elecciones”, mencionó en su salida HMV. No aludió de manera directa al escándalo por la deuda de 34 mil millones de pesos en el estado de Coahuila, sólo dijo que esa entidad tenía graves problemas de desempleo, marginación social y pobreza, y logró “que fuera el primer lugar nacional con mayor disminución de pobreza”.

Asimismo durante varias horas cundió la percepción pública de que la cúpula priísta buscaba hacer un nombramiento fast track del nuevo dirigente, como ocurrió a finales de 2005, cuando Cesar Augusto Santiago sustituyó por unos minutos a Roberto Madrazo sólo para que se nombrara, en ese mismo día, a Mariano Palacios Alcocer como nuevo líder del PRI. Aunque la presidencia fue asumida por Cristina Díaz, la ex secretaria General, y que el nombramiento del nuevo dirigente tendría lugar el 8 de diciembre. Sin embargo en los corrillos del PRI cobró fuerza la versión de que PJC sería el elegido nuevo presidente. Con independencia de que se confirme o no esta situación es indicativa de pugnas por el control de la estructura política del partido.
En fechas recientes se han expresado con la renuncia del propio MFB a continuar por la candidatura presidencial del tricolor por inconformidades de su parte ante la convocatoria redactada por JPC, a la sazón redactada en su calidad de presidente de la Comisión de Procesos Internos, así como con sus cuestionamientos a la política de coaliciones establecida por HMV con los Partidos Verde Ecologista y Nueva Alianza. Además se sospecha que la determinación de no dar la dirigencia nacional del PRI a MFB está relacionada con la antipatía personal que existe entre la dirigente vitalicia del magisterio, Elba Esther Gordillo (EEG), y el líder de la bancada priísta en el Senado, y con la creciente capacidad del veto que la EEG ha adquirido a raíz de su acercamiento político con EPN y pese a no pertenecer formalmente a la estructura de ese partido.

Seguramente el eventual nombramiento de JPC puede ser interpretado como gesto de distensión hacia el Senado y el legislador de Sinaloa, pero puede ser interpretado como: un realineamiento dentro del partido entre los intereses de de su único precandidato y las fuerzas dirigidas por la profesora EEG que hace seis años salieron defenestradas del PRI; una victoria parcial de éstas en la confrontación política con la corriente que representa MFB, y un pago a los buenos oficios prestados por el ex gobernador de Quintana Roo a operadores políticos de EPN que, como ocurre con el ex gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong, tienen gran influencia en la estrategia política y electoral del partido. (La Jornada, editorial, p.p. 5 - 6, 3 de Diciembre, 2011).

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