lunes, 15 de noviembre de 2010

La narco-potencia en Norteamérica

Nacional
El inventario menciona a varios importantes operadores de cárteles
La narco-potencia en Norteamérica
Por: Carlos Damián 14 de Noviembre, 2010
Para nosotros lo más importante son las pruebas que se puedan aportar: PGR
México. - El gobierno de Estados Unidos emitió una nueva lista de empresas mexicanas presuntamente vinculadas al crimen organizado, esta vez relacionadas con el cártel de Sinaloa, entre las que incluyeron la cantina La Numero 1 y Aero Express Intercontinental. Hasta el momento la procuraduría General de la República (PGR) no ha iniciado ninguna acción en su contra, porque a decir de fuente de información de esa dependencia, el Ministerio Público Federal no tiene ninguna denuncia en su contra.

La Oficina de Control de Bienes de Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro catalogó como “narcotraficante designado” a Alejandro Flores Cacho (AFC), colaborador del Cártel de Sinaloa, junto a 12 empresas y 16 personas que colaboran en compañías ubicadas en México y presuntamente Colombia, mediante las cuales trafican drogas y lavan recursos provenientes de actividades ilícitas.

Narco-potencia con bandera de estrellas y barras
¿Quién le ha dado el derecho (a Estados Unidos) para incluir o excluir a los que cumplen o incumplen compromisos en la lucha internacional contra el narcotráfico? “Nadie tiene ese derecho y si alguien lo tuviera sería la ONU”. Ésta fue la respuesta de Hugo Chávez a la inclusión de Venezuela en un memorando de la Casa Blanca al Departamento de Estado que lista a los “países que no cooperan” en la lucha anti-narcóticos.

El documento además, promueve una mayor intervención y ocupación de Centroamérica con el pretexto de que “la guerra sin cuartel de México y Colombia” obligó al narco a replegarse hacia “Honduras, Costa Rica y Nicaragua”, por primera vez incluidos en la lista de “grandes productores o plataformas del narcotráfico en el mundo”. Como se esperaba, el gobierno de Laura Chinchilla de Costa Rica, que autorizó la presencia militar del imperio del norte en su territorio, ofreciendo inmunidad a soldados y oficiales de ocupación que incurrieran en rupturas a la ley penal internacional, encabeza una “iniciativa centroamericana”, para “presionar” al país de las barras y las estrellas a favor de más ayuda contra el narco.

El memorando también se usa en el caso de Venezuela, con fines políticos electorales. Su sesgo oportunista, unilateral y parcial, junto a la cada vez más notoria participación de Estados Unidos en todos los niveles de la estructura y dinámica del narcotráfico, desautorizan la retórica de su guerra anti-narcotráfico/ crimen o sea, lo que en la guerra sicológica y política se conoce como “historia de cobertura”, este es el pañuelo que encubre campañas anti-populares y ocupación paramilitar de zonas clave de América.

En este contexto no es extraño que militares de la talla de Hugo Chávez, o el coronel Sued Castro Lima, de la Fuerza Aérea de Brasil, quienes entre otros, llamen la atención sobre el fenómeno: Estados Unidos se erige como juez de otros, mientras ejerce el dominio abrumador y es el principal beneficiario de los magnos negocios derivados del narcotráfico. Castro Lima (www.adital.com.br) muestra lo insostenible de fachada de combate al narcotráfico de la Casa Blanca: “en Colombia la producción de cocaína aumentó porque también lo hizo el mercado concentrado en Estados Unidos y en años recientes el precio de la cocaína cayó 36 por ciento resultado del aumento de la oferta y no de una reducción de la demanda”.

Este y otros datos duros indican que a nivel internacional Estados Unidos se perfila como la principal narco-potencia: es gran productor de mariguana y los más de 7 millones de adictos a la cocaína que la consumen en su territorio, constituyen el mayor mercado del orbe. Además se sabe que 70 por ciento del dinero se lava ahí, significando dice Castro lima, “… que las mafias que operan en su territorio dominen 90 por ciento del lucro del gran negocio, que queda en manos de las mafias de Estados Unidos”.

En nuestra región la industria armamentista de Estados Unidos es beneficiaria de doble vía de esta guerra sui géneris: Estados Unidos es el principal abastecedor (alrededor del 90 por ciento) de armas al cártel que operan en México, y a los ejércitos que combaten a los cárteles, duplicando así exportaciones y beneficios económicos al imperio del norte, y los muertos al sur de Estados Unidos.

El coronel de la Fuerza Aérea de Brasil acierta al decir que la intención es aplastar “los movimientos populares y revolucionarios que surgen en América Latina y la intimidación o neutralización de iniciativas regionales” tipo UNASUR. También lo es debilitar cualquier expresión de jurisdicción estatal, en cualquier parte del mundo que interfiera con el fluido acceso de EEUU. Y sus “socios” a negocios o recursos vitales como electricidad, gas y petróleo. En palabras de Castro Lima para cerrar esta entrega es digno parafrasearlo “…debería trabarse el principal combate contra el narcotráfico”. (La Jornada, Economía, p. 28, 23 de Septiembre, 2010)

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