jueves, 16 de enero de 2014

Nelson Mandela

Internacional El fin del entramado jurídico del apartheid Nelson Mandela Por: Carlos Damián 7 de Enero, 2014 El homenaje póstumo a un libertador en África México. - El muerto en nuestra cultura nunca es malo, ni es bueno; si “el hombre” nace bueno (Rousseau), y la sociedad lo hace malo, de qué depende? En otras latitudes y culturas, tenemos que aunque con excepciones ellos habrían sido malos de verdad para prodigar al semejante tal cantidad de desprecio y sufrimiento. Tal vez depende de la cultura, ya que en nuestro bagaje cultural es tributaria de la “renacentista” y la “modernidad”, alcanzó niveles escandalosos en la trata de humanos y de saqueo en África, América y Asia acompañada de una determinada concepción del “ser y el estar” en el mundo de triunfadores. Detengámonos un momento para reflexionar que en el siglo pasado, millones de africanos, se rebelaron en contra de los designios teológicos filosóficos pensados para los occidentales europeos. En África una figura relevante como Nelson Mandela y la ANC dieron fin al pensamiento plañidero del mártir del Calvario que la justicia no llegaba para los habitantes de Sudáfrica. Mandela fue objeto de agresiones durante 27 años en la cárcel y 15 en permanente soledad (1964-91). Pero los verdugos le propusieron que renunciará a la lucha social y armada para salir en libertad. En 2008 Estados Unidos había tenido a Mandela en la lista de terroristas, y el estado sionista de Israel aliado del régimen de Pretoria había encontrado en las prácticas segregacionistas y discriminatorias de Pretoria su inspiración para “resolver” sus problemas con el Estado Palestino. Mandela se negó a cambiar sus ideales por un plato de lentejas, y ahora la “comunidad internacional” lo celebra como paradigma de la “moral universal”, y al fin logró su libertad debido a la presión internacional dando punto final de este mártir de Sudáfrica. A contrapelo de este episodio, Obama destacó a su agencia de seguridad (CNA, por sus siglas en inglés), con un “buen trabajo” contra algunos “actores malos”, y ubicó en su rastreo a 5 mil millones de teléfonos móviles en el mundo. En su discurso político en el estadio de Soweto, Obama no recordaba que en 1962, un infiltrado de la CIA en el CNA entregó a Mandela a los servicios de seguridad del régimen de Pretoria. Antes de que la voluntad de Dios, la liberación de Mandela fue posible debido a los ecos emanados que llegaban a su celda: el legado revolucionario de Lumumba, Fanon y el Che Guevara, las luchas del CNA y el partido Comunista Sudafricano, y las acciones guerrilleras de “lanza de la nación”, su brazo armado. (La Jornada, José Steinsleger). Servicios de seguridad en América En el estadio de Soweto hubo algunos vistazos a la vida privada de Mandela que no están libres de controversia. Su ex esposa Winnie Madikizela, ardiente camarada en la lucha contra el apartheid que más tarde atrajo notoriedad por sus acciones en la política y negocios, parecía consternada al caminar del brazo de su hija Zindzi. Abrazó a Graça Machel, la tercera esposa de Mandela, y le habló en voz baja antes de tomar asiento. Por otra parte las incidencias de Sudáfrica y su independencia, tuvo eco en los movimientos sociales y revoluciones de Mozambique y Angola (1975), así como la ayuda militar y económica de Cuba, fueron los puntos de inflexión. En particular, la gran batalla de Cuito Cuanavale –CC- (en Angola Sur), donde 20 mil hombres perdieron la vida (diciembre- marzo; 1987/88). Por primera vez en la historia de Sudáfrica, un todopoderoso ejército de blancos, inclusive con armas nucleares, fue derrotado por un ejército de población negra. En agosto de 1988, poco después de la victoria de CC (Wikipedia: batalla irresuelta), Mandela fue alojado en un lugar bonito, con todos los beneficios tecnológicos y económicos posibles. Más tarde en diciembre, en contra de la opinión de algunas personas en Washington, se firmó en Nueva York el Acuerdo Trilateral (Angola, Cuba, Sudáfrica) en el que, además, se pactó la independencia de Namibia. Pero sucedió la impensable el 5 de julio de 1989: Madiba fue invitado a tomar té con el “die groot krokodil”, Pieter Botha, defensor incondicional del apartheid y la segregación racial, pero no se llego a ningún acuerdo con el líder del CNA. A finales del año, al retirarse por enfermedad el “gran cocodrilo”, cedió su lugar a Frederick de Klerk, celebrando tres encuentros (1990-91) que precedieron a la liberación de Mandela. En suma este político sudafricano desmanteló el entramado jurídico del apartheid, entre ellas podemos mencionar a la ley de tierras de Nativos (1913), que limitaba las tierras que la población negra podía poseer; la ley de Supresión del Comunismo, la ley Antiterrorista, la de Áreas grupales, la del registro de Población (1950), y la ley de Separación en Lugares Públicos (1953). En el referendo de 17 de marzo de 1992, 69 por ciento de los votos aprobaron el proceso de reformas estructurales iniciado por De Klerk. Mandela al recibir la liberación, recorrió el mundo para agradecer el apoyo recibido, y el primer país en visitar fue Argelia (mayo de 1990), donde estuvo recibiendo entrenamiento militar en 1962, con el CNA. Ellos no creen en el ratón Miguelito En Cuba, dijo: “Debo decir que cuando quisimos alzarnos en armas nos acercamos a numerosos gobiernos occidentales en busca de ayuda, y sólo obtuvimos audiencia con ministros de bajo rango, quienes de inmediato nos ofrecieron todo lo que queríamos y necesitábamos…” (Julio de 1991). Este país fue el primer país reconocido por Mandela como presidente. De acuerdo a BBC mundo, en una pared de piedra, en la colina del Parque de la Libertad de Pretoria, observó: “hay grabados más de 95 mil nombres. Entre ellos, los de 2 mil 17 soldados cubanos.” Mandela pudo en esta vida alcanzar su meta, su gloria; y en noviembre pasado, la comunidad de Kleinfontein en la provincia Gauteng, planteó al gobierno el reconocimiento formal de una “colectividad cultural sólo para personas blancas”. A la entrada de la colonia de 300 casas, hay una estatua en memoria del ministro Hendrick Frensch Verwoerd, ideólogo del apartheid asesinado en 1966. Estos colonos afirman en su favor que la Constitución “los ampara”. De acuerdo al artículo 185 de la Carta Magna habla del “derecho de vivir con individuos de la misma ascendencia cultural, idioma y religión”. A la fecha no ha cambiado la injusta distribución de la riqueza, todo está en manos de una minoría de élite de ricos. A 200 años de colonialismo no ha dejado de beneficiarse la oligarquía que es dueña de todos los activos de Sudáfrica. Al colocar en perspectiva los méritos de Mandela y ANC, son enormes, pero no ha tenido nacionalizaciones, y las indemnizaciones por los estragos del sistema impulsor de la discriminación racial se han relegado a un segundo plano y la transición ha sido abandonada. Todas estas facetas de la libertad económica y fin de la segregación racial habían sido carta de negociación para un significativo cambio en las relaciones económicas, sociales y políticas habían sido planteadas en la Carta por la libertad en 1955, pero fueron abandonadas por los lideres del cambio y se decidieron por una transición fácil en la que el orden se mantuviera inalterado y el perdón para todos los blancos fue puesto en práctica. Lo que dio por resultado el legado de Mandela y ANC; ellos se mantuvieran sin agredir al régimen y el baño de sangre fue detenido. Lo que podemos ver es que todas las plagas anteriores ya son parte de la creciente población junto con la miseria y el desempleo. No se han podido quitar el manto del neoliberalismo y las condiciones de vida son iguales o peores que antes de que se terminara el apartheid, y se ha consolidado el neoliberalismo como un régimen de explotación sin considerar el color de la piel, nivel sociocultural, ni la religión que están practicando los sudafricanos. (La Jornada, Alejandro Nadal). (La Jornada, camino a la libertad, p. p. 4 - 10, 11 de Diciembre, 2013).

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