jueves, 16 de enero de 2014

El escándalo del astillero

Nacional México derrotado reactiva la economía de España, olvidando a sus ciudadanos El escándalo del astillero Por: Carlos Damián 11 de Enero, 2014 Pemex contrata astilleros extranjeros por “abandono” de industria naval: política del fracaso México. - En el mercado europeo han tenido mas demanda los corporativos en el sector de astilleros los franceses, y holandeses, sin embargo el sector naval gallego ha perdido presencia en el sector ha pesar de que actualmente la actividad principal del sector se concentra en las países asiáticos. Es impactante la visión miserable al tener conocimiento como los funcionarios mexicanos han abandonado su industria naval por 25 años impulsada esta acción por el neoliberalismo y tratan de reactivar a la industria española por medio de Pemex y que usen a esta paraestatal como instrumento financiero para impulsar la economía y el empleo, y en contraste los ciudadanos mexicanos, refugiados de la miseria económica y falta de empleos estén anclados en Estados Unidos sin atención consular. Por otra parte con una visión de “derrota”, la Secretaría de Economía (SE), afirmó que la industria naval de México “ha estado abandonado por más de 25 años”, por lo que Petróleos Mexicanos (Pemex) debió recurrir a la contratación de “astilleros extranjeros” para ampliar su flota naviera, lo cual incluye la construcción de dos plataformas para albergar trabajadores, conocidos como floteles, y siete remolcadores. La dependencia destacó que la Secretaría de Marina (SM) únicamente se enfocará en la construcción de embarcaciones menores y Pemex continuará los contratos con empresas de otros países para ampliar su flota naval. A un año y mes después de que la Cámara de Diputados aprobó un punto de acuerdo para solicitar a la SE que “implemente políticas que fortalezcan e impulsen la industria naval mexicana a fin de incrementar sus capacidades, infraestructura y tecnología y se reactive su participación en el desarrollo del país”, la dependencia respondió que “explora” si puede reactivar la marina mercante nacional. La solicitud se hizo en el contexto del escándalo surgido por el convenio firmado con la Xunta de Galicia, España, para el rescate de los astilleros gallegos, que se encuentran en bancarrota. Originalmente, la solicitud presentada por el PAN planteaba exhortar al director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, a que “se cancele el acuerdo firmado con la Xunta de Galicia, mediante el cual se concreta la construcción de 14 remolcadores: siete en astilleros gallegos, y siete en astilleros mexicanos”, convenio cuya existencia fue negado por la paraestatal. La Comisión de Economía (CE) que preside Marco Antonio Bernal (PRI), cambió el sentido de la petición, que se aprobó en la sesión ordinaria del 13 de diciembre de 2012. En la respuesta, Economía indicó: “La Secretaría de Marina es la única que construye buques en México, y dada su infraestructura, se ha tenido la necesidad de recurrir astilleros extranjeros, ya que ni la Marina ni los astilleros privados nacionales tienen la capacidad para construir embarcaciones mayores”. El oficio, que se turnó a la CE, señala que no obstante “existen condiciones para que la Marina apoye a los navieros nacionales e implementar un programa a corto y mediano plazos con la finalidad de que embarcaciones de menor calado se construyan en el país”. El director de vinculación política de Economía, Emilio Gutiérrez, informó a la Cámara de Diputados que Pemex sí ha firmado convenios con la industria naval de otros países, “en forma complementaria en capacidades y tecnología”. Indicó que esta política “abarca el período 2013-18 y tiene entre sus objetivos el fomento y desarrollo de la industria naval”. En contraste con el retraso de Economía, en febrero de 2013 Energía informo a la cámara que ”el proceso de renovación de la flota en Pemex Exploración y Producción abarca 81 embarcaciones, a través de un esquema de contratación a largo plazo con período de construcción para obtener el servicio de embarcaciones modernas y confiables”. Promesas y más promesas El Secretario de Hacienda para 2013 resultó su apuesta fallida ya que comprometió un crecimiento económico de 3.5 por ciento, y la realidad, no va más allá de 1.3 por ciento, de tal suerte que México se ubica en el escalón número 19 de 20 posibles. El virrey Videgaray no se ha enterado, y para 2014 asegura que la débil economía nacional avanzará “aproximadamente 3.9 por ciento, lo cual sitúa a la nación con un crecimiento por arriba del crecimiento esperado para el resto del mundo, y por encima de algunas economías desarrolladas”. Ha comenzado el año y las promesas también pasan ante nuestros ojos pero con esta tanda de promesas no llegan a nada realmente. Vemos que el Fondo Monetario Internacional (FMI), favorable a la tecnocracia mexicana pronostica para 2014 un crecimiento promedio de 3.6 por ciento, mientras que resalta el número mágico de 3 por ciento, de tal suerte que la nación no superaría la media internacional, y ésta se ha descartado. Los voceros del gobierno hablan de “nuestros socios comerciales”, aunque en realidad sólo es uno y está situado al norte, y el Secretario de Hacienda también arroja un número, que no está muy alejado de la realidad. De acuerdo con el FMI, en 2014 la economía canadiense crecería 2.2, y la estadounidense 2.6 por ciento. Recuerde que la mexicana no pasaría del 3 por ciento, lo que por cierto contrasta con la cifra del virrey Luis Videgaray (LV), 3.9 por ciento y José Ángel Gurría de “más de 4 por ciento”. En estas cifras tenemos que Japón no pasa del 1.2, y China está encerrada en 7.3 de acuerdo al FMI y 5.1 por ciento para India. Carlos Fernández, investigador financiero, en su columna informativa “México SA”, nos comenta: “Toda esta cifra es un pequeño estirón por migajas, en el entendido que para comenzar a salir del hoyo México requiere crecer hasta el 6 por ciento anual sostenido, algo que no se ha visto por décadas. En estas cifras mágicas LV anuncia, que “en México el crecimiento económico de los últimos 30 años es de apenas 2 por ciento en promedio, en términos reales, y eso está muy por debajo de las expectativas de una economía que busca salir de la pobreza y convertirse en un franco país próspero”. En este contexto informativo olvidó mencionar que aún cumpliendo su promesa de crecer 3.9 por ciento en 2014, el promedio del primer bienio de la administración federal EPN, será igual de mediocre”. Si nos enfocamos en el ámbito latinoamericano, la Cepal fue más generosa en cuanto al crecimiento económico de México: 3.5 por ciento en 2014, esta cifra es igual a la de Uruguay y Guatemala. Tal generosidad de LV, no alcanza para confirmar lo que se afirma, pues muy por arriba de nuestro país crecerán Panamá (7 %), Bolivia y Perú (5.5 ambos), Nicaragua y República Dominicana (5, en cada caso), Colombia, Paraguay, y Haití (4.5 para cada uno). Alégrense, mexicanos incrédulos, tenemos la renovada promesa de crecimiento, y aunque no sacaremos al buey de la barranca, tenemos una “reforma” financiera, que promulgó en Los Pinos, rodeado por algunos de los fallidos Secretarios de Hacienda, que vale recordar, iban a “detonar” el crédito bancario para efectos productivos. Para tal ocasión LV, nos regala, este discurso, que lejanamente escuchamos en otros sexenios, por casualidad: “esta reforma representa una oportunidad única para que el sector financiero contribuya en mejor medida al crecimiento económico incluyente. En México tenemos una gran oportunidad que deriva de una paradoja: tenemos sin duda uno de los mejores sistemas bancarios del mundo, sólidos, capitalizados, con liquidez, bien manejados. Sin embargo, es uno de los sistemas bancarios que menos prestan en el mundo, con una penetración de crédito al sector privado de sólo 26 por ciento, el crédito en México está muy por debajo, del promedio en la OCDE. La reforma financiera que hoy promulga el presidente permitirá corregir esta situación y hacer del crédito un mayor detonador de crecimiento económico en favor de las familias mexicanas”. Esta retórica se ha repetido desde el Fobaproa en 1995 y sigue la situación igual. Los banqueros no abren la llave del crédito al sector privado productivo y no reducen tasas ni comisiones. La respuesta es la misma: una sonora carcajada de los barones del dinero. Pero ya se anunciaron los beneficios de la “reforma”, y lo novedoso es la reivindicación de la banca de desarrollo, pero con directores como Enrique de la Madrid Cordero en Bancomext, es difícil ya que el junior confundió a la institución bancaria del Estado con una agencia particular de relaciones públicas para promoverlo políticamente. (La Jornada, economía, p. 22, 10 de Enero, 2013).

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