sábado, 2 de febrero de 2013

La disputa por el negocio

Internacional Los reformistas buscan sujetar el sistema al empresario La disputa por el negocio Por: Carlos Damián 4 de Enero, 2012 El sistema educativo evaluará a docentes con pruebas estandarizadas México. – En el país de las retóricas oficiales y los ejercicios militares para probar nuevas armas salidas de laboratorios tecnológicos avanzados, hay una guerra solapada por la manufactura oficial de mentiras y disfrazar el futuro de la democracia: el gran pleito nacional alrededor de la educación pública. La ofensiva de los autoproclamados reformadores de la educación en la que podemos encontrar alguna de las fuerzas más poderosas del país, y curiosamente entre ellos tenemos a los hombres más ricos de Estados Unidos, el sector financiero, el gobierno federal, el sector financiero, los grandes medios de comunicación y los cabilderos, entre quienes se hallan aquellos que afirman que el problema central de un sistema de enseñanza público en descomposición son los maestros de baja calidad y sus sindicatos que defienden el status quo. Ellos proponen como solución, el financiamiento de miles de millones de dólares en fondos privados, sujetar el sistema de educación a un modelo empresarial guiado por ejecutivos, donde se evalúa al docente, exclusivamente en torno a exámenes estandarizados y se mide todo por esquemas de datos bajo normas que se aplican al sector privado. Simultáneamente se busca aplicar al sector privado como al sector público, esta solución, encontrando el “libre mercado” para el sector educativo, con esfuerzos para privatizar algunos segmentos y de esta manera contratar más servicios del sector privado en la enseñanza pública, como si el sector privado fuera la panacea de la solución para el sector público. En esta “guerra” contra la educación pública, el enemigo declarado son los maestros y sus sindicatos, a quienes el status quo busca culparlos de resistirse al cambio, proteger sus intereses mezquinos, que ponen encima de los estudiantes, a quién el sistema supuestamente está protegiendo de los “monstruos docentes”, y desde luego busca culpar a factores socioeconómicos por sus deficiencias. En este contexto tal vez un película que trata de reflejar este estado de cosas sea, ‘Esperando a Supermán’, de 2010, el cual refleja un sistema educativo complaciente de maestros mediocres y conformistas, que siguen un modelo burocrático, con padres de familia frustrados por el sistema neoliberal, y con un sindicato que ha dejado de proteger a sus agremiados, donde los propios maestros por inercia se protegen unos a los otros. Esta película se ha adelantado a la agresión que ahora vive el sistema educativo público estadounidense, el proponer como solución las escuelas llamadas chárter, que reciben fondos públicos, administradas por la iniciativa privada, aunque con varias excepciones: no contratar maestros sindicalizados, operando con fines de lucro, y con una base de datos de maestros profesionales usados como “esclavos laborales”, y compartiendo entre estas escuelas con modelo neoliberal los documentos privados de estos maestros como si fueran propios, sin molestia alguna de derechos humanos, la procuraduría de defensa del consumidor, y del gobierno federal. Los críticos acusan que este modelo neoliberal es la punta de lanza de la privatización de la escuela pública. Se reconoce que hay más de 4 mil escuelas chárteres en 40 estados del país, y que ahora suman 5 por ciento de las escuelas públicas incluidas en la “guerra”. La falta de eficiencia y mediocridad La supuesta ineficiencia y la falta de éxito de la escuela pública, que tanto enarbolan los reformadores, los políticos mercenarios para atacar el sistema educativo, y grupos pagados por la iniciativa privada, se ha alimentado por informes de instituciones y personalidades destacadas. Se encuentran en esta línea política, Arne Duncan secretario de educación, como alguno de los medios de comunicación más influyentes en la nación estadounidense. Algunos personajes con suficiente riqueza para hacer voltear a la opinión pública en esta cuestión, es Bill Gates que argumenta que el sistema de enseñanza pública ya no produce la calidad de trabajadores de alta capacitación técnica que requiere el país para competir a nivel mundial, algo que el presidente Barack Obama ha reiterado en muchas ocasiones al decir que “los estudiantes no pueden competir con los trabajadores coreanos” (educados bajo la premisa que la letra con sangre entra). Algunos destacados políticos entre ellos Condoleezza Rice, dio la alerta sobre la supuesta pobreza del sistema educativo nacional, al anunciar “una grave amenaza a la seguridad nacional”, aunque esta pobreza educativa desde que fue inventado la compañía llamada Estados Unidos fue siempre paliada por los inmigrantes de todo el mundo, al ser educados por el sistema americano y quedarse a trabajar, atrapados por el “American dream”. El debate que se ha agudizado hoy día se debe en parte por la lucha ideológica del gobierno como garante del bien común y la competencia del mercado como un creador potencial de excelentes profesionales que servirán al país. Aunque el poder, el dinero y el buen empleo no lo dejamos de lado, en esta lucha ideológica entre la izquierda y la derecha socioeconómica. Se considera que los alumnos en planteles con educación pública son el 90 por ciento, y alrededor de 50 millones se calcula la cifra actualmente. En el gasto público, tanto federal, estatal como municipal supera 600 mil millones de dólares al año. Se considera que esta guerra educativa tiene la friolera de más de 20 años, en la cual se han invertido miles de millones en programas de privatización de escuelas pública (llamadas escuelas chárter), lo que para estas fechas han logrado doblar la opinión nacional, y de esta manera han logrado imponer su agenda a escala nacional. (La Jornada, política educativa, p.p. 2- 3, 3 de Enero de 2013).

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