Irán en el oriente

Internacional
Viaje al corazón del Islam
Irán en el oriente
Por: Carlos Damián 24 de Marzo, 2012
El juego peligroso de occidente
México. - A pie en camello o por mar, millones de peregrinos han emprendido por siglos el camino a La Meca, al realizar el viaje nos adentramos a los misterios del Hajj, que año por año desconocemos los no musulmanes. Esta manifestación religiosa del corazón del Islam, es una de las más grandes del mundo, y es la única vía para conocer el territorio sagrado y entender lo que significa para los musulmanes a través de los siglos. Este Hajj se supone que todo fiel debe hacerlo una vez en su vida, siempre que tenga salud y medios.

El más antiguo camino utilizado por los peregrinos es la “ruta árabe” Bagdad-La-Meca, a lo largo de este camino se instalaron pozos, balizas, y áreas de descanso. Uno de los exploradores que iniciaron esta ruta para los occidentales fue Thomas Cook, operador oficial de este viaje religioso a partir de las indias británicas y como evidencia encontramos una boleta. Otros exploradores de gratos recuerdos es Richard F. Burton, quien logró entrar a La Meca disfrazado, y para refrendar el éxito lo convirtió en un libro. Evelyn Cobbold, una escocesa que aunque no estaba oficialmente convertida, obtuvo el permiso de las autoridades locales en 1933 para hacer la peregrinación a los 65 años.

Este viaje hacia el primer lugar santo del islam situado en Arabia Saudita, era una verdadera epopeya, por medio del Hajj pueden los peregrinos visitan un cubo negro que atrae como imán a miles de fanáticos: la Kaaba santuario cúbico situado en el centro del gigantesco patio de la Gran Mezquita de La Meca. Sólo para imaginar los enormes problemas logísticos, sociales, comerciales y de seguridad que es manejar con 3 millones de peregrinos -2010-. Aunque recordamos algunos eventos tristes como el de 1990, perecieron un mil 426, la mayoría asfixiados en una avalancha en un túnel, y el último evento en 2006, donde 364 personas murieron aplastadas en una estampida humana.

Irán principal productor de petróleo
La ofensiva diplomática, económica y policía de Occidente contra Irán se desarrolla a partir de una doble lógica: por una parte, las potencias europeas (UE), y Estados Unidos (EU) buscan liquidar y lo mínimo someter a un Estado con determinación independiente y soberana; por la otra parte, propiciar el surgimiento de nuevos escenarios prebélicos y bélicos, cuando las guerras contra Irak y Afganistán se encuentran agotadas, en un escenario de economías desesperadas en la que la industria militar parece ser la única capaz de sacar a los países de la Unión Europea del precipicio en el que los ha hundido la desmedida especulación financiera.

En este contexto cobra relevancia la declaración del ministro iraní de Petróleo, Rostam Qasemi, quien ayer advirtió que su país se dispone a interrumpir el suministro de crudo a algunos países, presumiblemente lo que hace unos días promovieron el embargo europeo a las exportaciones de hidrocarburos de Irán. Por su parte, Ahmad Qalebani, viceministro del ramo y directos de la empresa estatal de petróleo, señaló que el precio del barril de crudo en los mercados internacionales puede llegar a estar entre 120 y 150 dólares el barril a consecuencia de la prohibición europea de importar crudo iraní.

Independientemente de las posibilidades de los clientes de Irán de diversificar sus fuentes de suministro petrolero y de un incremento de la producción de Irak, Libia y Arabia Saudita, jugar con la estabilidad de los mercados energéticos mundiales constituye una grave responsabilidad de la UE y de EU, por cuanto a las alzas y caídas drásticas de las cotizaciones del petróleo, suelen tener efectos desastrosos para la mayor parte de los segmentos económicos, particularmente para los países menos desarrollados y para los asalariados, sin distingo de nacionalidad y residencia; de por sí afectados por la recesión que se origina en el sur de Europa y que, en lo inmediato, proyecta una perspectiva ominosa hacia el resto del mundo.

Accidente nuclear
Pero aparte de las negativas consecuencias económicas que puede traer aparejadas la hostilidad de Bruselas y de Washington contra Irán, dicho acoso es condenable porque carece de fundamento según la normatividad internacional, constituye una agresión injustificable a un Estado soberano e incrementa las probabilidades de un nuevo conflicto bélico en una región ya devastada por las guerras. Conscientes de esta perspectiva, y en un aparente coqueteo con el voto conservador estadounidense, la administración de Barak Obama incrementa la presencia militar del país de las barras y las estrellas en el Golfo Pérsico y en los alrededores del estratégico estrecho de Ormuz, en lo que constituye otra vertiente del peligroso juego occidental.

Tal aumento de fuerzas, especialmente navales, puede llevar en cualquier momento a una escaramuza, incluso accidental, que a su vez detone una escalada bélica de consecuencias imprevisibles. El cerco debe cesar y para ello es preciso que las sociedades europeas y estadounidense hagan oír su voz ante sus respectivos gobiernos, y los disuadan de emprender una nueva guerra colonial que, pese a los cálculos de quienes sueñan con obtener utilidad de la destrucción y de la muerte, sería necesariamente desastrosa para todos. (La Jornada, política, p.p. 4 - 10, 30 de Enero, 2012).