domingo, 2 de octubre de 2011

Los gremlins

Nacional
Este país vive la salvaje sofisticación de la tortura americana
Los gremlins
Por: Carlos Damián 1 de Agosto, 2011
El holocausto mexicano
México. - Para aquellos que han vivido México en las vacaciones de no más allá de una semana en Cancún, o Mazatlán con tequila margarita en tu mesa y gozando del clima que te da el aparato acondicionador de aire. Nuestro país, se ha obscurecido en gran medida hasta ofrecer paradójicamente, una imagen nítida y escalofriante marcada por el delirio de sangre azteca y maya, de una guerra irregular inacabable contra el narcotráfico y el crimen organizado: un Estado en riesgo de desmoronamiento por fallo multi-orgánico. Una violencia americana con visos de humor negro.

Si el primer problema es un gran mercado al norte de México, que consume y demanda droga, el segundo es extirpar el tejido mercantil y financiero mexicano, sin que se produzca un colapso, toda la actividad económica que genera este enorme negocio, tanto de forma directo como indirectamente, y que es comparable a la masa monetaria que mueve al sector de petróleo en nuestro país. Para el tercer problema es el clientelismo político y la corrupción que permean todas las instituciones que viven a la sombra del reparto del dinero, influencia y poder.

México en el filtro de la histeria
En cuanto al cuarto es la gran población, el fuerte deterioro medioambiental y las crecientes bolsas de exclusión social que se generan en un tejido empresarial cada vez más tecnificado y cada vez la mano de obra es despreciada. Recordemos que en la época de la revolución éramos 13 millones y un siglo después rebasamos los 113 millones de habitantes. Tenemos en nuestro país una creciente población de parias ‘desculturizados’ que abandonan sus tierras y comunidades de origen para emigrar, desorientados, a los suburbios de las grandes ciudades.
Parecen no ser importantes las apelaciones a la moralización de la vida pública, a la regeneración democrática de las instituciones y a la importancia de la educación, se antoja pedir como una carta a San Nicolás que la gente de abajo que parece describir Mariano Azuela, no se sientan abandonados por el sistema federal y los valores de la República. E impedir que se refugien para siempre, en la oferta de las fuerzas de lo obscuro: la utilización de niños y adolescentes como aprendices de asesinos (sicarios) por el narcotráfico. Este aspecto de los marginados sociales es brutal y escalofriante, sin embargo es significativa, pues destruye cualquier esperanza en las generaciones futuras.
En nuestra sociedad encontramos que no hay trabajo para todos los mexicanos pero seamos realista, todos necesitamos trabajar para sobrevivir día a día: la persona que no se le dé mediante políticas sociales y de integración, se le buscará por el camino más corto: las balas viajan rápido y en línea recta. En cuanto al PRD no está en condiciones de articular el cambio: este partido se parece cada vez más a otro partido más del escenario mexicano y menos al modelo de sociedad que presuntamente, defiende. La violencia real y concreta que sufrimos es un síntoma, y un reflejo de los espasmos de un cuerpo social en desintegración.

Necesitamos actualizar nuestras definiciones
Lo que nos vendieron como la guerra de Calderón contra el crimen organizado es una guerra encubierta donde los intereses de los principales organizadores están ganando mucho dinero. A cinco años del inicio del histórico plantón, que trató denodadamente de evitar la tragedia que hoy vivimos, hoy es más obvio que la guerra solo beneficia a quienes supuestamente está dirigida, esta guerra sin cuartel. El pueblo mexicano solo sufre los daños colaterales, un gobierno cívico-militar, y los contendientes escapan a toda forma de control social.
Por el lado cívico nos gobierna el poder mediático: las compañías dueñas de los medios de comunicación, los grandes empresarios, los ricos que no pagan impuestos y que son dueñas de casi todo México, los políticos, los militares y los policías que trabajan para ellos, los grandes carteles internacionales que ganan 50 mil millones de dólares y lavan su dinero mediante los bancos en Estados Unidos y Canadá. Por el lado militar, los marinos y el ejército en sus camiones y tanquetas, los narcotraficante con sus armas de asalto de grueso calibre secuestrando y desapareciendo personas indefensas, los migrantes que secuestra el instituto nacional de migración vendiendo en 20 o 30 dólares a los carteles para su comercio, con dos metas claras: Asesinar a los mexicanos, y someterlos al sistema político-social mexicano, y que no denuncien socialmente.

Otro aspecto del poder político son: los miembros ineptos del Poder ejecutivo, los miembros del Congreso, los ministros de la Corte, los gobernadores y legisladores de los estados, los presidentes municipales y los dirigentes de los partidos, los lideres de opinión de la televisión y de las cadenas radiofónicas, los obispos, los cardenales y arzobispos. En los cafés, oficinas e industrias se maneja “legitimar” al sistema político votando los ciudadanos pero supuestamente como odiamos a la “clase política”, muchos ciudadanos no van a votar para “deslegitimarlos”, esto es absurdo, y sin sentido.
Sería como tratar de rapar a Vicente Fox el ex presidente, y aumentar su permanencia en el poder a la oligarquía. El movimiento político de la clase política actual, llamado “Nueva derecha” pretende la reelección inmediata del poder legislativo, y mantener las candidaturas ciudadanas sin partido mientras amaga con el fantasma del voto nulo. Acabemos con la reforma política que significa la continuación en el poder a la oligarquía que nos gobierna. (La Jornada, política, p. 8, 30 de Julio, 2011

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