viernes, 20 de mayo de 2011

PANDILLA CRIMINAL

Nacional
El frente de guerra está equivocado
PANDILLA CRIMINAL
Por: Carlos Damián 15 de Abril, 2011
Prioridad a la prevención del consumo y lavado de dinero
México.- En la guerra contra el crimen que el gobierno federal realiza a diario hay que tomar en cuenta el lavado de dinero que hacen bancos en Estados Unidos, como Wachovia fundado en 1879, cuyos ejecutivos blanquearon millones de dólares para los cárteles mexicanos. Los gobiernos tanto de México como de estados Unidos si quisieran librar una guerra con poca sangre contra los Cárteles al sur de Estados Unidos. (www.bloomberg.com/news/2010-06-29/banks/financing). En el asesinato de Juango (Juan Fco. Sicilia) Javier Sicilia ha convertido su tragedia personal en una movilización social: diagnóstico de la situación criminal, el cogollo podrido de México, y poner en el tapete el sentido de la guerra contra el narcotráfico, demandando con estas reflexiones un cambio en la política y guerra contra el narcotráfico.

Para realizar estas consideraciones conviene examinar los métodos, los buenos éxitos, y las vidas mexicanas que se han pagado, y los costos humanos que pagará el pueblo mexicano en el siguiente sexenio federal. Los mexicanos vivimos en un conflicto de guerra sin saber por qué, en este sitio militar nos retiramos temprano acabando de obscurecer, y el resto del día vivimos bajo asedio de los cárteles criminales, robos y secuestros cometidos por otras bandas criminales aprovechándose de la confusión, y el miedo de los policías.

Las campanas doblan por los mexicanos
Esta guerra fue declarada hace tiempo por Estados Unidos a principios del siglo 20, producto de sus invasiones extranjeras, donde definió su postura contra las drogas. Consiste en definir como ilegal la producción la producción y consumo de drogas tipo; opio, narcótico que ellos habían traficado en Asia, ingleses, franceses y estadounidenses. Proponiendo acabar con las “flores del mal”, dejando a un lado el consumo y tráfico de las drogas, teniendo como escenario tierras lejanas. Para México, esta decisión de criminalizar el consumo de opio, mariguana, cocaína y las metanfetaminas tuvo consecuencias negativas.

Para México, en 1969, el tópico de las drogas fue un asunto sin importancia. Pero a partir del Operativo Intercepción puesta en funcionamiento ese año por Washington, humilló subordinando al gobierno federal en su frontera norte paralizándola por completo. Siguiendo con la tónica de operativos, se creó la Operación Cóndor, con el objetivo de destruir plantíos de mariguana y amapola. Teniendo un éxito temporal. Después con la disminución de producción de drogas en Turquía y el cierre de la ruta de Florida para la cocaína colombiana.

En este contexto de guerra contra las drogas que México dejó de ser ruta para las drogas que demandaban los clientes estadounidenses, se convirtió en centro del escenario de una guerra internacional que no es propia. Estados Unidos ya lo había obligado a intervenir en la Segunda Guerra Mundial, después en la famosa guerra fría y ahora es el actor central de una guerra que libra Estados Unidos en territorio mexicano. En México vivimos en una situación emergente, esto debido a que las instituciones estatales son débiles, el gobierno federal se dedica a romper el dominio de caciques locales en el trasiego y reparto de la droga aprovechándose los siete cárteles de las drogas para dominar tal zona del país ya que cuentan con gran cantidad de dinero infiltrando y corrompiendo las estructuras de autoridad.

A diferencia de Estados Unidos que no necesitan meter horror y miedo a sus ciudadanos, controlando a los caciques locales, a las pandillas criminales de las drogas, teniendo como resultado de su “guerra criminal” a 2 millones en prisión, a 5 millones en libertad condicional y sus cárteles en paz con sus grandes capos de las drogas haciendo negocio en complicidad con el estado, para controlar a su población como en el pasado lo hicieron con organizaciones políticas como las “Panteras negras”. En México la guerra cristera en el poniente del país fue brutal pero corta, negociándose la paz con el gran Clero católico. La llamada “guerra sucia” en los 70 fue geográficamente localizada en Guerrero y Oaxaca, la guerrilla rural pequeña y sin recursos. En contraste la actual contienda abarca a todo México.

Desde el frente de guerra
El frente de guerra siempre lo han determinado los Estado Unidos desde 1848 que dejamos de ser el ombligo del mundo. Con la llamada “Plan México” y después le cambiaron para maquillarla “Iniciativa Mérida”, un esquema de guerra que han pagado para entrar como Pedro por su casa a México, humillándolo y subordinándolo en todo como una provincia de Estados Unidos, y que han aceptado el presidente de México y los legisladores en la Cámara alta y baja. Pagando la pérdida de soberanía y esta matanza de 50.000 personas a México con la ridícula suma de mil 500 millones de dólares.

Proponemos en estas líneas, en lugar de la guerra contra el crimen y la absurda matanza de mexicanos convertir la guerra del crimen en contra de los bancos, las casas de cambio, los casinos y demás involucrados en el lavado de dinero sucio producto del narcotráfico, recolectado por ejecutivos de cuenta en dinero limpio. Entonces nuestro frente de guerra serían los responsables de los negocios que blanquean el dinero sucio. Disminuyendo los muertos y el olor a pólvora, asimismo los patrullajes que meten el miedo a la ciudadanía, los desmanes del ejército, la marina, y los “daños colaterales”. Que crearan leyes los legisladores para castigar y sancionar económicamente a los banqueros y ejecutivos de negocios que blanquean el dinero sucio. Meter a la cárcel a los traficantes de armas aunque sean extranjeros. Así como el gobierno de México por las demandas de Estados Unidos envía sus capos del crimen a cárceles yanquis, así México demande a traficantes de Estados Unidos y Centroamericanos castigando con cárcel en México, con un plan alterno al estadounidense llamándolo “Operativo traficante de armas”. Basta a la impunidad de extranjeros. (La Jornada, política, p. 11, 16 de Abril, 2011).

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