martes, 24 de mayo de 2011

ABISMO ENTRE POLÍTICOS Y PUEBLO

Nacional
Culpa a alguien más y continua con tu vida (Alan Woods)
ABISMO ENTRE POLÍTICOS Y PUEBLO
Por: Carlos Damián 18 de abril, 2011
No más sangre, y no más muertos
México.- La distancia crece cada vez más entre políticos y ciudadanos. Las demandas de cambio y marchas por la ciudad para que haya un cambio; pero las autoridades son sordas, son ineptas y apáticas al llamado de la sociedad, a un cambio en las estrategias: políticas, sociales y económicas del gobierno de Calderón. La ciudadanía con sus mítines políticos demanda un alto al fuego, alto a la guerra, a la pérdida del tejido social en las comunidades, pero las inercias de las autoridades y el desprecio al pueblo en general es total.

El valiente gobierno federal no se ha movido ni un ápice en sus estrategias “fallidas”, Javier Sicilia puso el dedo en el renglón con su dicho “estamos hasta la madre” (estamos hartos), de “daños colaterales”, figura usada por el gobierno para hablar de la muerte de ciudadanos, civiles e inocentes alrededor de la violencia generalizada en el país. A pesar de la actitud del presidente, que no cambiará su estrategia demencial y estará abierto a la crítica de la ciudadanía. Esta supuesta apertura del Sr. Presidente es sólo retórica, ya que no se ha movido de su estrategia de guerra fallida pese a las críticas y sugerencias.

Los ciudadanos han encontrado una imaginación para encender la violencia y la muerte a lo largo de la frontera norte de parte de la administración federal. Sin embargo estas declaraciones del presidente, ha sido aumentada por las del secretario Genaro García Luna, “faltan siete años para que empiece a bajar la violencia”. Los estadounidenses a través del titular de la DEA declaran que la violencia “es señal de éxito”, y por último el subsecretario de estado afirma que la crisis generada por los narcotraficantes “ya tocó fondo”. En estas declaraciones encontramos la improvisación, la novatez y la bola de cristal para responder cada quien con su mentira más cercana a su realidad.

El buen éxito depende de la cantidad de dinero
El presidente mexicano ha convencido a todos de su éxito en la tarea, aun cuando todos estamos en desacuerdo con su estrategia fallida, sin embargo esta percepción: es falsa. Calderón ha gastado más dinero en “su guerra”. Entre 2006 y 2010 el gasto publico aumentó 30.7 %. Y el de la secretaría de Seguridad Pública se incrementó 184%. (Presupuesto de Egresos, 2011, p.p. 123-134). El 21 de septiembre de 2010 Ignacio Morales Lechuga (ex procurador, ex rector de la Escuela Libre de Derecho), señalaba, “Contra la idea difundida en el sentido de que antes no se hacía nada contra el narcotráfico y que la paz se debía a los pactos, le envío una copia de su informe (de gobierno) en donde aparece que el aseguramiento más alto de cocaína se llevó a cabo en 1991 con 50.3 toneladas”.

En los tres primeros años de Carlos Salinas de Gortari, se decomisaron 139 toneladas de cocaína, a diferencia del sistema administrativo que preside Calderón, el total fue apenas de 85.1 toneladas. En su carta al presidente Calderón, el ex procurador Morales Lechuga enfatiza que la Procuraduría General de la República (PGR), que tenía un presupuesto de “apenas 20 por ciento del actual y el Ejército sólo se circunscribía a la erradicación de cultivo ilícitos”.

En estas comparaciones si queremos medir no el dinero gastado sino los resultados obtenidos, digamos en decomisos, fue más eficaz el gobierno de Carlos Salinas, y si nos vamos a las muertes ligadas al narcotráfico, tendremos un rotundo fracaso del régimen actual. Ahora lo irritante es que el gobierno de Calderón insista que nadie antes que él quisieron enfrentar a los cárteles del narcotráfico. Lo hace de una manera ineficaz, como un aficionado a la guerra civil y sólo vemos los esfuerzos torpes e inútiles.

En términos analíticos sería preciso conocer si el ejército ejercía más violencia que otros factores, en ese sentido se observa un gobierno local, débil y un estado que no lograba aterrizar sus estrategias nacionales. El embate del crimen organizado y los trastornos en las estructuras del poder público lograron destruir esos equilibrios. El problema se hizo presente. Mientras no se fortalezcan las instituciones de los gobiernos locales no tendrá salida posible este conflicto paramilitar. Por lo tanto habrá que fortalecer el tejido social, con un gobierno local poderoso, dotado de los instrumentos para confrontar el crimen organizado. Aunado a un fuerte gobierno federal con poder para convocar a los militares, a los policías y al sistema judicial en todo el país, podemos confrontar a este fenómeno demencial que cubre el territorio nacional.

El viejo sistema político nunca ha sido fuerte fue creado para que hubiera control de la población y de los grupos políticos, sin embargo se olvida intencionadamente del control estatal y municipal. Este sistema que por 80 años nos dio la revolución, creó capacidades para desarrollarse independientemente; se acepta que el sistema político fue creado para cortar cabezas, y se maneja de forma centralista. Esa es la tragedia que estamos viviendo. En retrospectiva ambos bandos se beneficiaron de la descentralización del poder pero nadie asumió la responsabilidad de las consecuencias.

Lo que proponemos es: un gobierno local fuerte, y apoyado en términos institucionales; un proyecto integral de desarrollo económico que fortalezca la economía y el empleo no relacionado al crimen organizado; la población puede confiar en una estructura policíaca honesta y bien pagada; los tres niveles de gobierno, el federal, el legislativo y el ejecutivo estén coordinados en la renovación y lucha contra la corrupción e impunidad. Tengamos un espacio para enseñar a los jueces a prodigar justicia. Alto al derramamiento de sangre. (La Jornada, política, p. 13, 19 de Abril, 2010).

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