viernes, 20 de mayo de 2011

MUERA EL MAL GOBIERNO

Nacional
Las raíces de la violencia
MUERA EL MAL GOBIERNO
Por: Carlos Damián 10 de Abril, 2011
No mas placer sin conciencia
México.- Accidentalmente me encontré con un libro referente al Mahatma Gandhi con un tema muy actual: “Las raíces de la violencia: riqueza sin trabajo; placer sin conciencia; conocimiento sin carácter; comercio sin moral; ciencia sin humanidad; adoración sin sacrificio; política sin principios, y derechos sin responsabilidades. Este último agregado por el nieto de Gandhi, Arun.
El dolor convertido en insulto, el dolor se convierte en movimiento social posteriormente en solidaridad social y finalmente es un catalizador de las conciencias humanas afines al dolor ajeno. Cuando los políticos son abúlicos, y apáticos no contestan, comienzan a perder credibilidad social, y la gente se preocupa por el bienestar colectivo buscan otros caminos, respuestas, líderes sociales activos, preocupados y ocupados por el bien común. Estamos convencidos que no se puede eliminar a la delincuencia organizada, a los cárteles, ya que son parte del sistema social enfermo. Se pueden crear leyes para regularizar el consumo de drogas verdes como la mariguana. Debido a que vivimos como vecinos de un amplio y creciente mercado de consumidores en el mundo: Estados Unidos de América. En algunos estados de EE.UU, han legalizado las drogas. Nosotros vivimos en el limbo.

La violencia no ha surgido de la noche a la mañana, tuvo un proceso evolutivo lento pero seguro, cobijándose en el sur de la nación mexicana como pequeñas tropas paramilitares que reprimían movimientos sociales y criminalizaban la protesta social en el mundo de los indígenas y en particular de la etnia tzotzil. Rebasándose los límites de su territorio indígena debido a que se había convertido en un monstruo que exigía crecimiento y alimento de más almas ciudadanas. El estado mexicano lo alimentaba con militares de alto rango como: kaibiles, boinas verdes, gafes, y paramilitares hechos en la selva lacandona.

La violencia no fue espontánea y el estado se servía de ella para mantener sojuzgado al pueblo mexicano, limitando al mismo tiempo al monstruo comedor de almas. En 2004, no existía guerra contra el crimen, sin embargo la sociedad se solidarizaba con las personas que habían perdido a algún familiar, algún hijo. El gobierno en el D.F. y el de Ciudad Juárez en Chihuahua, como el gobierno federal rechazaban que existiera tal fenómeno de violencia y agresión en México. En 2008 y 2011 volvieron a las calles los ciudadanos para protestar el nuevo clima de violencia creciente en las ciudades y en el campo, exigiendo respuestas y acciones al gobierno federal y estatal. Regresando la descalificación; eran parte de la delincuencia organizada los hombres y jóvenes muertos en las calles, en las fosas clandestinas, en los tambos llenos de diesel o gasolina, y en los tiros de las minas seguían apareciendo más cuerpos…
La intensidad, masividad y la frecuencia de la agresión y muertes es un tópico de realidad nacional, y no sólo en los círculos de poder, ya que en petit comité se reúnen los intelectuales, los políticos, empresarios y militares. Los cárteles mexicanos han tenido un desarrollo evolutivo constante y creciente, creándose un corporativo del crimen que amasa fortunas. Aprovechándose la delincuencia organizada de la poca respuesta efectiva y la debilidad de la sociedad y el estado. En este orden el narco mexicano ha internacionalizado sus alcances a más de tres continentes cubriendo el mundo entero y contactando a otras organizaciones delictivas, creando sinergias, grupos internacionales, intercambiando información de inteligencia y depositando dinero en bancos de Europa y en paraísos financieros de las islas caimán.

Algunas entidades internacionales han puesto atención a la violencia que se ha despertado en el continente americano, justo frente al coloso del Norte que la dejó crecer a ciencia y paciencia, asesorando en el combate al estado mexicano contra los narcos, sin embargo sus estrategias, técnica y métodos han sido erróneos, que como siempre han tomado a la frontera sur como su campo experimental y a los mexicanos como ratones de laboratorio social y económico. Tratando de culpar a los mexicanos como ineptos cuando ellos son el incentivo de los cárteles de su crecimiento, desarrollo económico y esperando que sea un omelette explosivo el pueblo mexicano con el proyecto trasnacional Gunrunner.
El supuesto estado fallido no sólo es producto de la pobreza, de la falta de valores ciudadanos, de la gran cantidad de jóvenes sin oportunidades (ninis), de la falta de pensiones dignas y suficientes para los viejos, de la discriminación de los hombres de más de 40 años sin oportunidades de trabajo y discriminación social; este es un fenómeno complicado que debemos añadir al hombre moderno: la riqueza sin trabajo, placer sin conciencia, y política sin principios.

Anteriormente teníamos en el PRI a un régimen autoritario que controlaba a la sociedad con un presidente fuerte y resuelto, hoy con el PAN el régimen se ha vuelto un estado con tintes fascistas y autoritario que no controla a la sociedad, se ha vuelto a la ley de la selva donde la sociedad democrática, las leyes no se cumplen, los jueces no entienden a las leyes, ha retornado la impunidad por sus fueros, la corrupción se ha generalizado y donde el estado la ha canalizado mediáticamente. Si deseamos que las leyes se cumplan hemos de respetarlas y cumplirlas todos, empezando por los servidores públicos, los políticos, los ricos y el poder fáctico.

Es necesario que quienes no cumplan con las normas y leyes sean castigados, porque la cooperación de todos hace el castigo al criminal, y al asesino serial aunque sea un adolecente de 12 a 17 años. Si no hay una fuerza pública que pueda defendernos, mientras no tengamos procesos judiciales bien hechos, reclusorios que efectivamente castiguen al asesino, que no se tienten los sentimientos y la amistad se haga a un lado, y se castigue al que daña a la sociedad. Tenemos que crear a los cuerpos de seguridad bien entrenados, honestos y bien pagados, con pistolas que atraviesen blindajes como las de los delincuentes organizados que compran a comerciantes en la frontera de Estados Unidos.
Los organismos internacionales, como la ONU, la UNESCO y la OEA deben poner su granito de arena con medidas de cooperación, solidaridad en inteligencia militar, y salud pública. Las autoridades federales deben darse cuenta que sus estrategias son equivocadas de un estado fallido aunque sean asesoradas por Estados Unidos; nosotros ponemos las vidas de nuestros ciudadanos y ellos ponen la nariz solamente. El estúpido tío Lelo se volvió ciego al tomar ginebra hecha por contrabandistas. Esta guerra no es nuestra ha sido impuesta por nuestros vecinos. No queremos otro Viet Nam en México con 50 mil muertos. (La Jornada, política, p. 12, 9 de Abril, 2011).

No hay comentarios:

Publicar un comentario