miércoles, 20 de enero de 2016

Desgaste electoral

Internacional/Sudamérica 
El hombre triunfo electoral del candidato de derecha Macri
Desgaste electoral
Por: Carlos Damián                                             Noviembre 24, 2016
Ofrece “desarrollo personal” para la  (gente rica) y “pobreza cero”
México. -  En la segunda vuelta de la elección presidencial en Argentina, que se realizó pasado domingo (22/11/15) con votación masiva y pacífica, el opositor Mauricio Macri (de la coalición derechista Cambiemos) derrotó al candidato oficialista y ex vicepresidente Daniel Scioli (De Frente para la victoria, centro- izquierdista), al obtener más de 51 por ciento de los sufragios. Se confirmó así el vuelco de la derecha que se había prefigurado desde las elecciones generales    del pasado 25 de octubre, en las que Scioli fue incapaz de refrendar el triunfo en primera vuelta obtenido hace cuatro años por la actual presidenta, Cristina Fernández, y consiguió apenas una ventaja marginal sobre Macri. Este a su vez supo unificar al electorado opositor, y en las semanas trascurridas entre las generales y el balotaje de ayer, encabezó las preferencias en la mayoría de los sondeos electorales. Es una derrota política para el proyecto Kirchnerista que ha gobernado la nación austral desde hace más de una década, el cual logró avances invaluables en los terrenos de lo político, lo económico y lo social. En efecto, la llegada de Néstor Kirchner al poder en el país sudamericano que puso fin a una prolongada crisis política y comenzó a remontar el desastre económico en que el neoliberalismo había hundido al país desde finales de los años 90.

Existe preocupación por el futuro del país en su relación con América Latina y por los anuncios sobre política interna que podrían terminar con el legado de Kirchnerismo, que él ha prometido respetar, pero lo contradicen las pocas medidas hasta ahora anunciadas al respecto. Los argentinos han elegido al candidato derechista, en la primera que se celebra en el país, para terminar con Cristina Fernández. Esta fórmula de la Propuesta Republicana Mauricio Macri – Gabriela Michetti, que encabezó la alianza Cambiemos, lo que significa un cambio en la política de 180 grados. Se impuso con 51.40 por ciento de votos a la fórmula de Daniel Scioli-Carlos Zannini, del oficialista Frente para la Victoria, que gobierna desde hace 12 años el país, y que obtuvo 48.60 por ciento de votos, con 99.17 por ciento de sufragios escrutados. Macri llegó con su familia al centro de convenciones de Costa Salguero, en un escenario montado muy al estilo  de su fuerza política con cantidades de globos amarillos y seguidores claramente de clase alta y media. En un discurso que no se apartó de su estilo “pastor evangélico” que muchos critican y otros celebran, en el mismo tono de la campaña electoral, la noche de este domingo (22/11/15), usó repetidamente la palabra “cambio”, que resultó clave durante su campaña, aunque no explicó en qué consistirá. “El pueblo argentino tiene mucho que aportar al mundo en la agenda de cooperación”, dijo. Los analistas consideran  el primer mensaje como un “discurso vacío, sin contenido y no político”.

Dudas y expectativas surgieron en diversos sectores políticos por la trayectoria ideológica y de gestión del presidente electo, Mauricio Macri, por sus estrechas relaciones con fundaciones de derecha internacional y con la embajada de Estados Unidos. Especialmente existe preocupación por el futuro del país en su relación con América Latina y por los anuncios sobre política interna que podrían terminar con el legado del kirchnerismo, que él ha prometido respetar, pero lo contradicen las pocas medidas hasta ahora anunciadas. Actual intendente de la ciudad de Buenos Aires, Macri es ingeniero civil y empresario; su carrera política comienza después de haber sido presidente del popular club de futbol Boca Junior, de 1995 a 2007. En 2007 fue electo alcalde de Buenos aires y relegido en 2011. Estudió en la Universidad Católica Argentina y en universidades de Estados Unidos. Trabajó en la industria automotriz, alimentaria y construcción de su padre, Franco Macri, fue muy favorecido durante el gobierno de Carlos Menem (1989 – 1999). Enfrentó a la justicia por la compra del Correo Argentino en los años de las privatizaciones que fue recuperado por el gobierno de Nestor Kirchner. En 2003 formó el partido Compromiso para el cambio, que se transformó en 2005 en Propuesta Republicana. Fue diputado entre 2005 y 2007, duramente criticado porque nunca se le escuchó en la cámara, y estuvo ausente en 277 de las 321 votaciones, (La Jornada, Stella Calloni).

Asimismo, el kirchnerismo dio pasos importantes en la consolidación de un orden legal respetuoso de los derechos humanos y de la memoria histórica y puso fin a la impunidad que amparó  a los militares genocidas que ensangrentaron durante casi una década a esa nación. La derrota electoral debe entenderse como un rechazo de los argentinos a los avances registrados entre 2003 y 2015, sino a la suma de factores tanto endógenos y exógenos del actual contexto nacional y hemisférico; la desestabilización oligárquica que golpeteó sistemáticamente a los gobiernos kirchneristas, el acoso de los medios de comunicación y la injerencia internacional; pero también el desgaste propio del ejercicio en el poder, el agotamiento del ciclo de crecimiento económico por el auge de las materias primas, y los casos de corrupción dentro del gobierno. En ese sentido, el vuelco electoral que se vivió en las pasadas votaciones debe ser visto con espíritu autocrítico por otros gobiernos, como Brasil y Venezuela, que experimentan también una combinación de desgaste interno y presiones y conjuras desestabilizadoras externas.

Los analistas recordaron la noche de este domingo su relación especial con la embajada de Estados Unidos. En los cables informativos (de acuerdo a Santiago O’Donell) se da cuenta que Macri asistió en 2007 a la legación, donde presentó su oferta electoral: “somos el primer partido pro mercado pro negocios en cerca de 80 años de la historia argentina que está listo para asumir el poder”. En ese momento Macri tenía la Fundación Creer y Crecer, que trabajaba con el Instituto Republicano de Estados Unidos y con la Fundación Konrad y Adenauer de Alemania en la formación de nuevos liderazgos, como informó a sus anfitriones. Sobre otros temas referidos al kirchnerismo habló Macri y entonces, el cónsul político Mike Matetra, quien señala que Macri  es un líder de oposición que tien “suficientes recursos y es lo suficientemente joven como para competir con el kirchnerismo a largo plazo”.  En 2008 se encontró en la embajada estadounidense con Carl Meacham, funcionario del Comité de Relaciones del Senado. Le dijo que los “argentinos estarían contentos de ver caer el gobierno de los Kirchner”.

Macri está al frente de la fundación Pensar, ligada a la estadounidense Heritage y a todas las fundaciones derechistas, como las que preside José María Aznar, y Mario Vargas Llosa. Entre sus invitado se encuentran personajes como el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe y Alejandro Peña Esclusa, presidente de la Fundación Unoamérica, conformadas por ex militares de las dictaduras de América Latina para “derrocar” a los gobiernos de izquierda de la región. Culminó su vacío discurso a sus simpatizantes con: “Yo estoy acá, ustedes me llevaron a este lugar y les pido por favor no me abandonen, sigamos juntos”, tras prometer una etapa maravillosa” para el país, y terminó con un repetido: “vamos, Argentina”. Macri gobernará cuatro años, a partir del 10 de diciembre de 2015.

Para volver al triunfo de Macri, analistas coinciden en que el arribo del ex alcalde de Buenos Aires a la Casa Rosada implicará un retorno de las directrices neoliberales que llevaron a Argentina a la ruina a principios de este siglo XX, y se tradujeron en una grave crisis económica y de gobernabilidad y representatividad. Corresponderá a los sectores lúcido y comprometidos de esa sociedad defender los cambios políticos, sociales y económicos emprendidos durante las presidencias de los Kirchner y evitar así el proceso de renovación institucional que se desarrolló durante estos 12 años y se desmorone como resultado de una restauración neoliberal, y la administración federal reviste aspectos valiosos más allá de sus fallas que pudiera tener. (La Jornada, política, p.p. 33-34, Noviembre 23, 2015).

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