El factor foráneo

Nacional
La actual lucha política está dormida
El factor foráneo
Por: Carlos Damián 12 de Marzo, 2012
La visita papal tiene connotaciones políticas
México. - Es difícil recordar una contienda presidencial tan somnolienta como la que transcurre en estos días en México. Los discursos, las imágenes, las docenas de miles de publicidad política en la televisión y la radio son apenas percibidos como una suerte de ruido de fondo en la vasta sociedad absorta en sus dilemas de su vida cotidiana. El estrépito de la elección presidencial de 2006 ha quedado como un registro traumático en la percepción de los contendientes de la disputa política en curso. En 1988 las elecciones se desarrollaron como una paráfrasis de una batalla civil, hoy parece un concurso de audiciones para evaluar quien dice menos en los principales medios de comunicación.

Tal vez los legisladores actuales hayan provocado tal silencio que para muchos mexicanos es un descanso pero para otra parte del mundo les importa el discurso y el desenlace de las elecciones de nuestro país. A Joe Bidden, vicepresidente de EU, anuncia su visita a México y abre un espectro de diálogo entre los sectores políticos, candidatos presidenciables, y los poderes fácticos están a la caza de lo que dice el gobierno de EU y trata de descartar a la candidatura de izquierda, ignorándola y despreciándola. Estos avatares del norte de México han llegado a tantear el agua de los camotes, ya que doce años de gobiernos de la derecha nos han dejado estancados económicamente, anegados en la miseria y sobre todo en una vorágine de violencia que amenaza la estabilidad de Centroamérica.

Esta visita ha planteado una interrogante en este coloquio electoral: Andrés Manuel López Obrador (AMLO), un político con arrastre entre las masas, con planteamientos claros y ciertos para muchos sectores del pueblo mexicano, un candidato de lujo que no tiene compromisos con la oligarquía. No tiene antecedentes de choques con el Coloso del Norte, es la primera vez que se le reconoce al PRD como candidato presidencial de la política mexicana con fuerza y oportunidad para ganar la contienda presidencial, pero si observamos en retrospectiva no necesita en absoluto del apuntalamiento. Seis años de trabajo propio le garantizan el control de sus alianzas con el pueblo, ni Cuauhtemoc Cárdenas.

En este contexto político tenemos la visita del Vaticano con la figura católica de Benedicto XVI, y quiérase o no tiene connotaciones políticas aunque lo niegue el mismo vaticano y la alta cúpula católica mexicana. Sería ingenuo pensar que esta escenificación de la virgen María pretenda apuntalar los consensos en torno a la administración federal. Hay quienes piensan que la cercanía de la Iglesia con Los Pinos ha redundado en facturas onerosas. El gobierno federal tendrá que verse como una metáfora idéntica de la nación. El PRI ha hecho lo imposible por ganarse no tanto el apoyo del clero sino su neutralidad. Primero por medio de Beatriz Paredes, quien emprendió una cruzada en el país, para que los estados no gocen de las libertades de género (sexo) y de definiciones del cuerpo con las que cuentan los habitantes de la Ciudad de México, somos marginados del progreso social en nuestro país.

Después mediante una ofrenda de modificaciones al artículo 24 de la Constitución, que si no se acompañan de contrapesos en otras leyes ponen seriamente en peligro al estado laico. Esta situación ha sido acompañada por serias lesiones del actual gobierno federal para convertir a nuestro México en un país religioso y humillado al Vaticano. Sin embargo en política es el pragmatismo de los sistemas de arrastre de la opinión pública, lo que parece ser realidad. En suma la iglesia católica tiene hoy un poder más fuerte que hace una década, pero tal vez menos legitimidad para ingresar a la esfera política. Parece una contradicción.

La ultraderecha del PRD
En esta sarta de gobiernos neoliberales del PAN-PRI, que padecemos desde 1982 a 2000, México ha retrocedido al siglo XIX. Estamos agradecidos a los gobiernos federales de Fox y Calderón ya que nuevamente somos una colonia española, y por vez primera en nuestra historia como nación somos un protectorado estadounidense, somos una estrella más en la bandera de Estados Unidos. El partido en el poder ha llevado a cabo un saqueo feroz y destrozando al país, por medio de las empresas mineras que han extraído más oro y plata que los empresarios españoles del primer virreinato (1535 – 1821). El oro que sale del país no nos deja ningún beneficio económico. El presidente mexicano lo compra en el mercado internacional pagando por cada onza mil veces más de lo que los canadienses dan por la renta de mil hectáreas de la tierra que explotan y envenenan.

Este país es tan rico que puede darse el lujo de regalar oro, regalar plata, regalar uranio, regalar petróleo, financiamos banqueros al cubrir año tras año los intereses del Fobaproa y por órdenes del Banco Mundial tenemos prohibido invertir en nuestro desarrollo para cubrir los intereses de los intereses de la deuda externa. En esta línea los senadores de ultraderecha del PRD, como del PAN – PRI, llegaron al colmo de la ignominia al autorizar que Calderón aumente de 8 mil a más de 14 mil millones de dólares anuales el monto de nuestros “donativos” al FMI. Son los mismos grupos que están por la abolición de un estado laico y besarán el anillo del Papa. El PRD está secuestrado por sus “dirigentes”, tribus de bejaranos, y chuchos están peleando el poder de la corona. Tal parece que el PRD es un lacayo más del gobierno del mundo, con eso de la globalización. (La Jornada, política, p.p. 6-14, 3 de Marzo, 2012).