jueves, 30 de junio de 2016

Falta de credibilidad

Nacional/ política
Esta administración debe analizar cómo se han venido haciendo las cosas: MOC
Falta de credibilidad
Por: Carlos Damián                                             Junio 21, 2016
No es tiempo de destapes rumbo al 2018 ya que esto traería encono
México. -   Miguel Ángel Osorio Chong (MOC), secretario de Gobernación, admitió que el presidente EPN debe evaluar las derrotas del PRI del domingo 05/06/16 y cotejar los resultados con las acciones del gobierno. Por supuesto que corresponde a los partidos políticos hacer el análisis de resultados, pero también a un gobierno que fue postulado por uno de ellos; tiene que ver los alcances de los resultados, cómo se han venido haciendo las cosas”, indicó. En Querétaro pidió a los actores políticos y sociales privilegiar el diálogo por encima de la confrontación. Después en conferencia de prensa, envió un mensaje a los integrantes del gabinete presidencial, del cual es el coordinador: “no es tiempo de destapes hacia la contienda de 2018, sino de trabajar y dar resultados”. Pese a que en otras fuerzas políticas, como PAN y Morena los interesados en la candidatura presidencial ya se han manifestado, MOC dijo que los destapes, tanto en su partido como en su gobierno sólo traerían encono y afectarían la labor en favor de la ciudadanía. Se comenta que los están rebasando por la izquierda y por la derecha radical, y estos partido distantes del gobernante PRI.

Después de la jornada electoral del 5 de junio, en la que se renovaron gubernaturas en 12 entidades y se eligió a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, el titular de Gobernación, MOC, se pronunció sobre los resultados de su partido en la  jornada electoral del pasado domingo el PRI, y dijo que se tiene que “hacer un análisis, ver los alcances de los resultados, de cómo se han venido haciendo las cosas”.  El contexto político en el que se produce esta declaración es el procesamiento de los saldos desastrosos obtenidos por el partido gobernante: derrotado en la mayoría de las elecciones estatales –ganó cinco de 12 gubernaturas- y relegado a una irrelevante cuarta posición entre los votantes de la capital, la corriente política del PRI se debate en estas horas entre explicaciones demagógicas e insostenibles, como las que vinculan el fracaso electoral con el anuncio, en mayo, de la iniciativa presidencial para legalizar el matrimonio igualitario. Aunque en esta circunstancia hay una cierta proclividad a responsabilizar de las derrotas a los gobernadores estatales salientes. Sin perder de vista el poder de caciques que ejercen los actuales gobernantes en sus respectivas entidades, y sin desconocer el hartazgo de la ciudadanía ante la ineficiencia, corrupción e impunidad que exhibieron los mandatarios durante sus gestiones, es pertinente señalar que en las elecciones pasadas se percibió un juicio reprobatorio hacia el gabinete presidencial que ha conducido al país en su conjunto, y que aún no alcanza a ofrecer respuestas articuladas y congruentes a los problemas de índole nacional.

Deformado rostro nacional
En las pasadas elecciones se mostró un deformado rostro nacional, en las que se dibujan las lastimaduras de un cuerpo con lastimaduras profundas. Esta decisión nos indica que el voto si cuenta aunque se encuentra enjaulado por las trampas a que se sido sometido el ciudadano por la clase política actual. Esta realidad no sorprende sino la participación de los votantes que cumplió con su deber electoral. Los actuales mandatarios de los estados no adicionan garantía alguna en cuanto a la administración transparente, ética, y crecimiento económico. Tampoco los votantes son un seguro para la continuidad del deterioro, eficacia, y honestidad, y el eterno autoritarismo que imponen las autoridades. Los aspirantes políticos derrotados se desconfía de su eficacia en varias materias que los votantes solicitaron correcciones para sanear el panorama general. Tal vez los únicos candidatos políticos que se distinguieron en presentar un panorama político de oposición con reconocida solvencia ciudadana, fue Morena. En este panorama político no se vio por ningún lado la calidad de la vida democrática nacional ya que se volvieron  a emplear los ya conocidos trucos y trampas, denuncias estériles y los delitos electorales de siempre.

En esta circunstancia de saldos electorales, se tiene en esta prioridad a la falta de seguridad pública, y a la delincuencia organizada. No se han planteado un deslinde respecto a la “estrategia de seguridad” seguida por sus antecesores, de forma tajante y explícita para el pueblo gobernado. El actual gobierno no es capaz de detener la violencia y asesinatos seriales más allá del ámbito mediático; en cambio su característica ha sido la de fortalecer tendencias represivas contra las movilizaciones populares: masacres como las de Tlatlaya, Apatzingán y Tanhuato, así como la atrocidad perpetrada en Iguala el 26 de septiembre de 2014 contra estudiantes normalistas de Ayotzinapa, estas agresiones tienen lugar sin que las autoridades puedan impedirlas y en diversas regiones del país predomina entre la población una sensación de desamparo absoluto ante la delincuencia y de exasperación por los excesos policiales gubernamentales. Entre la población persiste sin duda un profundo descontento por la exasperante impunidad con que actúa el crimen organizado, la extendida corrupción de la clase política y la falta de perspectivas de desarrollo personal y social que ha sido el signo de las últimas décadas, pero se ha acentuado de manera importante en los casi cuatro años transcurridos desde que el PRI regresó a la Presidencia de la República.

Intervenciones políticas
Las intervenciones de los partidos del PRI, PAN, PVEM, Panal, son un complemento de la compra y condicionamiento del voto, en el raído escenario del panorama político actual, y que algunos aducen como secuela inevitable de los ardores inherentes del poder, y suavizando las críticas, se aducen que la supremacía del voto en determinadas circunstancias se hace superable o inefectivo el fraude. En la oposición en la que se encuentra Morena, se aduce  que no todos los partidos optan por prácticas viciadas políticas, como normalidad de conducta partidaria. A esta oposición política se suma Morena que no entra a esta rebatiña perniciosa, aunque los voceros oficiosos intenten ensuciar su actuación con las mentiras de siempre, y es válida esta opción política frente al conspirador partido gobernante y a pesar de todas las agresiones y sospechosísimo conspirador esta opción política, el electorado ha venido reconociendo su consistencia. Morena paso de lograr en su primera prueba 9 por ciento de los votos válidos en 2015 a 14 por ciento en 2016. Fue junto con el partido de ultraderecha el único contendiente en lograr aumentar su apoyo ciudadano. Todos los demás disminuyeron su tajada política en la contienda electoral. El PRI se queda con un 24 por ciento, con muy poca legitimidad para gobernar con desplantes poco consensuados, y autoritarios. Del 33  por ciento obtenido en 2015 pasó en 2016, a 30 por ciento. Este partido tricolor debería lanzarse a clarificar su comprometida situación.

En este panorama declinante no hay una razón válida que explique su prolongada agonía, pero la terca negativa para enderezar la deshonestidad de sus militantes es suicida. En esta secuencia del declinante poder político sobre el ciudadano, se tendría que explicar la tenaz impunidad: una sábana con las que se cubren unos y otros y a los demás de pasada, es esta impunidad con la que se eluden responsabilidades y escapar de la ley sin castigo alguno. A lo anterior se adicionan los saldos de descontento y malestar dejados por las reformas estructurales, las cuales no han podido aumentar el número de empleos y la supuesta bonanza económica jamás ha existido, más que en su enfebrecida mente, y en cambio sólo han servido para introducir factores de tensión social y política, y se agrega la eterna desmantelación de la propiedad pública aunado al poder económico del gobierno, por lo que el gobierno al término de este sexenio quedará la economía en pañales, y tirada en cualquier tubo de aguas negras. Se hace procedente que el actual gobierno federal acusara recibo del clamor político y pudiera componer el rumbo político, social y político de México. (La Jornada, sociedad, p.p. 8-15, Junio 15, 2016).

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