jueves, 30 de junio de 2016

México rezagado

Nacional/ economía
Los desequilibrios en el gobierno mexicano
México se encuentra rezagado
Por: Carlos Damián                                             Junio 18, 2016
Se destina al sector agrícola 0.56% del PIB: OCDE
México. -   Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el total de apoyos económico que se destinan al sector agrícola de nuestro país equivalen a 0.56 por ciento del PIB, en contraste con el 0.7 y 0.9 por ciento que se destina en naciones desarrolladas del referido organismo.  Respecto del llamado PIB agrícola, los apoyos destinados a los campesinos o productores en México equivalen al 9.2 por ciento, casi la mitad del 18.9 por ciento aplicado en la Unión Europea. Las cifras constituyen un indicador claro de los términos injustos e inequitativos  en que se ha incrustado a la economía nacional en el concierto global, particularmente en lo relativo con la política agrícola y alimentaria. Incluso en el contexto  de una organización como la OCDE, cuyo ideario neoliberal preconiza la apertura indiscriminada  de fronteras a los productos alimentarios y el abatimiento de subsidios o cualquier otro “instrumento de política distorsionador del mercado”, queda de manifiesto  que el promedio de países desarrollados destina un mayor porcentaje que nuestro país de su riqueza a apoyar a su sector primario. Lo que aparece detrás de esta aparente incongruencia sobre el campo agrícola mexicano es un frio cálculo para acabar este sector primario en México y que reviste este sector a los países ricos, pero que por desgracia para la clase política mexicana, no tiene eco el hambre  y la miseria para las autoridades mexicanas.

Se señala que en los pasados 30 años el monto global de los apoyos gubernamentales destinados a los productores agrícolas se redujeron a la mitad, al grado de que representan solo 17 por ciento del ingreso agrícola bruto. Los apoyos a los campesinos y productores equivalen en México a 9.2 por ciento del PIB agrícola, casi la mitad del 18.9 por ciento aplicado en los países de la Unión Europea y similar al 9.4 por ciento correspondiente a Estados Unidos, en tanto que en China llega a 21.3 por ciento. La OCDE se congratula de que todos los países que la integran, entre ellos México, han “avanzado en forma gradual para apartarse de instrumentos de política posiblemente distorsionadores, como el apoyo a los precios y los subsidios en insumos, en aras de políticas que no influyan directamente en las decisiones de la producción agrícola”. Crítica que algunas economías emergentes se muevan en dirección contraria a incrementar el uso de políticas de apoyo vinculadas con los precios y la producción. “En los países estudiados, 68 por ciento del apoyo a los agricultores se proporcionó en forma de apoyo a los precios de mercado, pagos basados en la producción o el uso de insumos sin limitaciones, lo cual distorsiona las decisiones de producción y también mercados y comercio de forma considerable”.

México rezagado en apoyo al sector agrícola
En este contexto de ceguera, esta falta de apoyo más que una rebeldía a los preceptos del Consenso de Washington y de la OCDE, es un acuerdo entre los respectivos gobiernos para acabar con este sector en el menor tiempo posible, en consecuencia obligar a los miserables campesinos mexicanos a competir  en condiciones de clara inequidad con productos importados, cuyos bajos precios están respaldados en buena medida, por subsidios gubernamentales.  Para naciones pobres y dependientes como la nuestra, este escenario ha implicado una pérdida paulatina de soberanía y una creciente dependencia, en contraste de lo que se produce en terceros países. Todo lo anterior se traduce en un retroceso de la soberanía nacional y coloca a las naciones ante el riesgo de sufrir desabastos severos, y en última instancia, hambrunas. Desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y con especial énfasis a raíz de la entrada en vigor de la cláusula de ese instrumento trilateral que libera de toda limitación el comercio de granos, se ha insistido en la acuciante necesidad de fortalecer la producción nacional, y de protegerla de importaciones baratas que si bien tienden a frenar los precios a corto plazo, a la larga resultan desastrosas para el abasto popular.

Sin embargo, existe contraste porque en las economías emergentes los apoyos al sector primario subieron hasta aproximarse al promedio de los países de la OCDE en contraste con los niveles muy bajos o incluso negativos que registraban antes. Coloca a México junto a países como Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Chile, Brasil, Colombia, Israel, Kazajstán, Ucrania, Nueva Zelanda y Vietnam, que tienen “niveles de apoyo inferiores y en algunos casos menores al promedio de la OCDE”. En el otro extremo, los niveles más altos de apoyo al sector se reportan en Islandia, Japón, Corea del Sur, Noruega y Suiza, mientras las naciones que conforman la Unión Europea, así como la Federación Rusa y Turquía, comparten el promedio de la OCDE, y China lo supera ligeramente. “En conjunto, los 50 países incluidos en el informe de este año proporcionaron un promedio anual de 585 mil millones de dólares de apoyo a sus agricultores en el período 2013-2015 y otros 87 mil millones de dólares para los servicios generales que apoyan al sector”. En lugar de subsidios en insumos y apoyos en precios de productos agrícolas otorgados directamente a los campesinos, que para el referido organismo resultan “instrumentos de política distorsionadores del mercado”, los gobiernos han optado por impulsar sistemas de innovación Para promover la productividad y sustentabilidad en el sector primario, así como realizar inversiones en educación e infraestructura, pero eso ha ocurrido en diferentes grados en cada país.

El subsidio y el proteccionismo de cultivos esenciales pueden parecer instrumentos obsoletos y contrarios a la lógica de la disciplina fiscal; tienen a fin de cuentas, el sentido de asegurar la alimentación básica de la población y de preservarla ante las fluctuaciones de los mercados mundiales. Este gobierno mexicano, lejos de presentar como solución las medidas que otros gobiernos han implementado confiando en la poca memoria del ciudadano, y que han llevado a la ruina al campo mexicano, lo necesario y suficiente es dar un viraje total en las políticas agrícolas y económicas que desde el exterior los gobiernos extranjeros han tomado a México como su campo experimental para ensayar toda clase de torpezas y aventuras, para que los beneficiarios de estos experimentos trasnacionales sean un puñado de empresarios, especuladores y un reducido sector agroindustrial. Se recuerda que los apoyos económicos  que recibe el sector  agrícola en México equivalen a sólo 0.56 por ciento del PIB general en contraste con el 0.70 por ciento y el 0.90 por ciento que destinan al mismo rubro países desarrollados que también pertenecen a la OCDE, o con el 3,25 por ciento que aplica China, indica un informe del organismo sobre 50 países que general la mayor parte de la producción agrícola del mundo y entre estos se cuentan países asociados y emergentes.

Cajón de sastre
Cientos de personalidades y organizaciones académicas, eclesiales, populares, estudiantiles, de derechos humanos y sociales de diferentes partes del mundo expresaron su rechazo a la campaña de desprestigio y “la brutal represión que desde el gobierno federal se está aplicando contra los maestros de México”. Rn un pronunciamiento, exigieron que cese la represión  contra el movimiento magisterial y se establezca de inmediato  el diálogo entre el gobierno federal y representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), rama de la SNTE. “Pensamos que las autoridades deben de apostar al diálogo, reconociendo las justas demandas laborales del movimiento magisterial, y no a la fuerza para solucionar éste y cualquier otro conflicto, sobre todo en un país marcado por la violencia y la impunidad”.  (La Jornada, sociedad, p. 31, Junio 18, 2016).

No hay comentarios:

Publicar un comentario