lunes, 28 de marzo de 2016

Expedición armada

Nacional /Mex Historia 1/2
Robo sigiloso del siglo XX
Expedición armada 1916
Por: Carlos Damián                                             Marzo 9, 2016
La guerra fría encubierta de Estados Unidos contra México
México. -  El silencio de la historia ha fragmentado el tiempo pero no los trucos y trampas de la dominación continental del imperio del Norte. Villa cabalga sobre su caballo llamado siete leguas, pero es un fantasma atormentado después de un siglo de espera para que se abran los archivos secretos de Estados Unidos para demostrar a los mexicanos que la expedición punitiva no fue otra cosa que el disfraz que busca apropiarse de más recursos patrimoniales de México y América Latina, y no es una persecución inocente en contra de Pancho Villa.  En realidad esta parte de la historia está oculto a los ojos de los mexicanos para que desconozcan los agravios constitucionales y del derecho internacional cometidos contra la soberanía de los ciudadanos mexicanos, así como las violaciones y atrocidades perpetradas en esta invasión militar, que cambió el destino de México. Especialmente porque nadie ha enjuiciado a  los responsables del que lógicamente sería el más grande robo encubierto del siglo XX.  Despojo que terminó de desnacionalizar más territorios y los principales recursos patrimoniales de la nación azteca. Ello mediante la distracción y simulación de una supuesta persecución en territorio mexicano contra el Centauro del Norte durante once meses.

Esta acción fue parte del engaño nacional de una invasión militar planeada estratégicamente en pleno desarrollo de la Revolución Mexicana, empalmada a la Primera Guerra Mundial, que le permitió al cártel del Golfo anglosajón apropiarse libremente de hidrocarburos, minerales y metales destinados a satisfacer las demandas de esa guerra en curso. Además de reiniciar la contrarrevolución de 1913.  Misma que fue rematadas con las invasiones de 1914-1916-1917, que han blindado y ocultado hasta ahora los despojos patrimoniales infligidos al pueblo de México y a su más de un millón de personas que murieron en la inducida Revolución Mexicana. Sin embargo, los archivos siguen sellados. En la memoria colectiva de los dominadores, en los esclavos que perdieron la guerra perduran los trucos para anestesiar sus conciencias en una indisoluble vecindad con abismales asimetrías. En este caso se trató de justificar y premiar una invasión contra un país con supuestos bandidos internacionales que “alteraban la paz fronteriza” y ponían en riesgo la “seguridad nacional” del país más expansionista y agresivo del orbe. Tal como pasa hoy al diseñar Columbus, un parque y un museo con el nombre de Pancho Villa, pero con el truco de glorificar al ejército invasor, y a sus principales jefes militares, y por supuesto dedicado a exaltar los valores intervencionistas y militares del ejército agresor.

Se disfrazó como una expedición en contra de Pancho Villa
Estos propósitos están inscritos en el programa de dominación  continental vigente. De esta manera se explica cómo se ha castigado a un país de recursos, pero pobre y frágil para defender su soberanía e independencia. El museo antes mencionado solo en apariencia está dedicado al gran Pancho Villa, en verdad está dedicado a glorificar y reivindicar la política agresiva y militar de Estados Unidos en el mundo. Mucha gente sale engañada de este museo, como: historiadores, académicos, pseudo-intelectuales, y público en general, y en realidad solo los tontos y los idiotas salen con la idea del gran guerrillero Pancho Villa. Este cuento fue reforzado por mucho tiempo por libros publicados sobre el general Villa y Los Dorados, donde se escribe sobre una ingenua y amigable expedición punitiva americana pactada entre “buenos vecinos”, para ocultar los verdaderos propósitos de la persecución: depredación y dominación. El grupo racista discriminatorio de la triple K (Ku Klux Klan), se opuso a la construcción de este parque y museo, aparentemente destinado a glorificar y reivindicar la figura del revolucionario Villa, considerado por los medios globalizados como el “bandido” más cruel del siglo XX. También la sociedad Histórica de Nuevo México se opuso al proyecto de invertir en un museo conceptualmente diferente al que se tenía en Columbus   la realidad fronteriza en un pueblo que ha sobrevivido de la propaganda hecha contra el legendario guerrillero Pancho Villa.

Sin embargo, luego de que los magos del truco estadounidense les mostraron el truco Pancho Villa, lo aprobaron  para exhibir con orgullo los valores invasores ante un grupo de “bandidos mexicanos” que asaltaron el campamento militar de Fort Furlong. Así fue como se apropiaron de la emblemática imagen de la revolución para canjearla por la del depredador militar John Pershing y su ejército invasor.  Ellos, como los verdaderos protagonistas de la historia oficial y con créditos asegurados en el diseño temáticos conceptual e iconográfico, construido para perpetuar la dominación y borrar  hubo una expedición militar punitiva en la frontera de México y Estados Unidos donde la población sufrió violentas agresiones, violaciones y robos de caballos, vacas, burros y mujeres al arbitrio, de  parte del invasor afro-americano. Esta acción cambió por completo el destino de México, después de que habíamos sufrido de parte del agresor un gran robo de territorio, entre 1847-1853, 54 por ciento del territorio nacional, quedándonos a vivir en la tercera parte del territorio que la madre patria nos había heredado como parte del imperio español en 1823. Incluso los territorios de La Mesilla donde se encuentra Columbus, cedidos por México mediante una oferta que no pudo ser rechazada bajo la firme amenaza de una invasión permanente promovida por sus corporaciones. Hoy, en otro de sus trucos y viejas trampas, el pueblo de Columbus, ha sobrevivido gracias a la mitificación y comercialización de un nuevo y eufórico montaje engañando a mexicanos de los dos lados de la frontera unidos en la fiesta del centenario para seguir ocultado la invasión punitiva con robos y crímenes a ambos lados de la línea fronteriza.

Carranza ignora las protestas del pueblo mexicano
Se trata de una celebración con ambientación popular, enmarcada en la edición 17ª edición de la Cabalgata Binacional Villista que coincide con el centenario del asalto a Fort Furlong al mando del general Pablo Álvarez, ocurrido el 9 de marzo de 1916. El general villista robó con sus hombres durante dos horas, armas, municiones y caballos a los militares de ese campamento en Nuevo México, mientras otro grupo intentaba asaltar el Banco de Columbus para recuperar dinero congelado a Villa, luego de que Estados Unidos también le había embargado las armas y municiones. En el asalto a Fort Furlong murieron ocho militares y 10 civiles estadounidenses que fueron enterrados con honores militares en el cementerio local. En contraste, los mexicanos que murieron en la incursión villista fueron castigados con un despreciable anonimato en los dos países, como sucede hoy con los inmigrantes; fueron quemados junto a sus caballos con el combustible donado por la Standard Oil, de los intocables Rockefeller, otro de los multimillonarios patrocinadores y parte del Cártel del Golfo WASP, que impulsaron la expedición punitiva. 

Asimismo, los más de 273 villistas ejecutados por el ejército invasor reportados por el general Pershing durante 11 meses de simular perseguir al general Villa han sido estos combatientes y honorables mexicanos condenados al olvido, desprecio deshumanizador y devaluación social por quienes han aceptado y justificado esta invasión que violó impunemente la soberanía nacional. Hasta ahora no se ha tipificado como tal, enjuiciado a los patrocinadores como la familia de John D. Rockefeller, Andrew Carnegie, William Henry Vanderbilt y la familia Ford, la familia de Weetman D. Pearson y ricos estadounidenses que formaban parte del cártel anglosajón similar a KKK, que cambiaron la mentalidad, el rumbo de México soberano y asesinaron a familias completas a lo largo de la línea fronteriza. Es más esta acción han sido, son encumbrados, glorificados, y se les ha hecho honores, estatuas a estos traidores y asesinos de la línea fronteriza binacional. Continúa con la segunda entrega. (La Jornada, sociedad, p.p. 2-3, Marzo 9, 2016).

No hay comentarios:

Publicar un comentario