martes, 27 de agosto de 2013

La venta de Londres

Nacional La “gran venta en Inglaterra” La venta de Londres Por: Carlos Damián 23 de Junio, 2013 Los banales pretextos para vender a Pemex México.- El presidente de la mesa directiva, de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo Vieyra (FAV), del tricolor afirmó que, “no está en el ánimo del gobierno ni de ningún legislador privatizar” a Pemex y señaló que el gobierno federal habló de la “modernización” de la paraestatal es porque está incluido el tema en el Pacto por México “y la posibilidad de armar esquemas con la iniciativa privada”. FAV también sostiene que hablar de vender la petrolera, cuando lo que se quiere es modernizarla, “es un cuento de nunca acabar porque la palabra clave privatización no existe en ningún lado; ese escenario de vender no existe, porque ni legisladores ni sociedad lo permitiríamos”. Asimismo, el vicecoordinador de Movimiento Ciudadano, Ricardo Mejía Berdeja (RMB), explicó que si se intenta una privatización, pero con “”eufemismos como modernizar, transformar, adelgazar o renovar”. También informó que su bancada se atendrá en la postura de que Pemex continúe como empresa pública y rechazará “una reforma energética que intente poner en manos de empresas privadas lo que pertenece a la nación”. En cuanto a la polémica generada por las declaraciones del mandatario en Londres, el secretario de Gobernación. Miguel Ángel Osorio Chong, sostuvo que nadie, incluido el presidente, coinciden que el Estado mexicano, abandone el carácter de propietario de la riqueza natural, por lo que llamó a no tener interpretaciones equivocadas, según dio a conocer la dependencia mediante un comunicado. Durante una reunión privada con organizaciones campesinas, el titular de la política interna aseguró: “Lo que sí se tiene que hacer es una transformación de Pemex para que en lugar de ser una carga, ahora o en el futuro genere mayor riqueza, y que ésta se distribuya a otros sectores, entre ellos al campo”. Hasta el día de hoy los conceptos de privatización manejados por los funcionarios no abordan seis puntos “nodales”, como son: transferencia de tecnología, protección al ambiente, la seguridad nacional, la geopolítica de los energéticos, y oleoductos, la creación de una banca nacional ex profeso para impulsar la industria petrolera ni sobre la capacidad de financiamiento que tiene el país para impulsar a su empresa nacional. Los pretextos para la gran venta nacional En esta visión de la historia del petróleo, se encuentra una infamante ironía histórica que tal vez el Sr. Presidente no vea con sus miopes lentes, ya que tuvo que ir a Londres a proclamar la reivindicación de las ex petroleras ya botadas en 1938 por el General Lázaro Cárdenas del Río, porque procedían como si el petróleo fuera suyo y el gobierno mexicano era un bastardo en su propia tierra. El virrey Videogaray mueve los hilos de sus títeres en el contrato comercial Pacto por México y ofrece mieles a los reformismos en boga enfocada a la selecta nobleza compradora agrupada en el cártel económico y político de G-8. Las explicaciones del gran vendedor de Pemex, tuvo su variedad con, orquesta, focos y confeti, donde el payaso que amenizaba la fiesta daba garantías de respeto a los inversionistas, explicaciones con detalle del pastel que iba a ser entregado de buena porción igualitaria para cada uno de los varones del petróleo invitados. El vendedor tal vez no se ha enterado que está cerrando el círculo expropiatorio devolviendo a las compañías extranjeras el petróleo mexicano, con excusas por el proceder salvaje del tata Lázaro. De acuerdo a Carlos Montemayor en julio, 2008, nos señala Julio Hernández, en su nota informativa Astillero: este suceso fue planteado como: “Los argumentos y el boicot manejados por las empresas trasnacionales en 1938 durante la época de la expropiación petrolera, son muy parecidos a los pretextos utilizados por el gobierno federal para privatizar Pemex, como el supuesto de no contar con asesoría técnica, refacciones, tecnología de punta ni capitales”. “En 1938 el petróleo que fue de México, argumento histórico para una película”, libro publicado por La Jornada Ediciones y el Sindicato Mexicano de Electricistas. El tema del petróleo podría dar a la izquierda la unificación que no ha tenido, aunque sea solamente por las circunstancias. Los dos íconos del movimiento del PRD, con Marcelo Ebrard, Ángel Mancera, y Alejandro Encinas, podrían ser los motores de un plan de resistencia, en petit comité con los dirigentes y militantes de las corrientes políticas y tribus del PRD, Movimiento Ciudadano, y el Partido del Trabajo. Las corrientes políticas en el PRD, que encabeza Héctor Bautista conocida como Alternativa Democrática Nacional, la de René Bejarano y Dolores Padierna, con Izquierda Democrática Nacional son consideradas como las tribus que pueden organizar el frente unido contra la gran venta nacional. En esta confrontación del pueblo de México y la izquierda, contra EPN-Videgaray-Pedro Aspe, están los tres objetivos del activismo opositor: la focalización del litigio mayor del vendedor nacional, la exigencia en definiciones congruentes de la izquierda unida, y que es lo que realmente quiere el PRD. Tal vez en estos momentos “el sol azul” vive uno de sus peores momentos de definición con una “crisis de confianza” que parece respirar por todos los poros de la piel, por lo que uno de sus propósitos sea llevar a los dirigentes actuales a cotejar los documentos básicos, con los acuerdos de órganos colegiados de autoridad, hasta que ellos definan que no tienen ningún fundamento para convalidar el Pacto por México. Por tanto todo esto nos dice que el vendedor nacional tendrá éxito en sus propósitos si Jesús Zambrano sigue con la enfermedad alemana de Alzheimer. En este esquema a priori hecho, de la rebeldía del pueblo mexicano contra la reforma energética podemos adivinar líneas de búsqueda para articular un eje opositor en contra de las políticas del gobierno federal, en confrontación directa del movimiento político del PRD, Los Chuchos al que pertenece Jesús Zambrano, dirigente del sol azteca, que entrega su capital político al Pacto por México, en tanto es indispensable la creación de un consejo político, o en su caso de un Congreso Nacional, con un proyecto de depuración e inclusión, en conjunto con la construcción de un proyecto político para las elecciones de 2018. Contracción económica De acuerdo al análisis presentado por Grupo Financiero Banorte-Ixe, entre enero y marzo de 2013 el gasto público experimentó una caída de 10.4 por ciento respecto del trimestre anterior. Se observa que esta contracción está relacionada con la desaceleración en el crecimiento del PIB, que el primer trimestre de este año se incrementó apenas 0.8 por ciento. A contrapelo la explicación de EPN que calificó de “natural” que haya “algunos espacios de subejercicio”, atribuyó a ese fenómeno al arranque de la nueva administración y lo desvinculó “de la desaceleración económica que se ha observado”. La realidad es que la contracción referida en el gasto público resulta pronunciada e inexplicable, incluso si se da por bueno el argumento de la temporalidad anunciada por EPN: el desplome de 10.4 por ciento en el ejercicio presupuestal prácticamente duplica el observado durante el arranque del sexenio de Calderón (5.5 por ciento entre enero-marzo de 2007), y es mucho mayor a los registrados durante la administración tanto de Vicente Fox (2.8 por ciento), como la de Ernesto Zedillo (4.2 por ciento). Por otra parte, ha de cotejarse la afirmación de que no hay vínculo entre la reducción referida y la desaceleración económica actual con el hecho de que, a tres décadas de aplicación de modelo neoliberal y a pesar de la consecuente reducción y pérdida de potestades del Estado, el gasto público sigue siendo el principal motor de la economía nacional. Habida cuenta de la correlación entre el aumento de los subejercicios y la desaceleración del crecimiento económico, como pudo observarse en 2009, cuando los recortes presupuestarios ortodoxos en respuesta a la crisis económica mundial derivaron en una caída histórica del PIB nacional, de 6.2 por ciento. Frente a tales consideraciones, es inevitable concluir que la reducción en el gasto gubernamental no sólo impacta negativamente en los servicios públicos, los programas sociales y las actividades administrativas desarrolladas por el Estado. (La Jornada, política, p.p. 2-10, 20 de junio, 2013)

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