domingo, 24 de julio de 2016

Movimiento magisterial

Nacional/ política
Organizaciones expresan solidaridad con las demandas de los mentores
Movimiento magisterial   
Por: Carlos Damián                                             Junio 12, 2016
El movimiento magisterial condensa la lucha de muchas causas: Iglesias y ONG
México. -  Representantes de Iglesias y organizaciones sociales expresaron su solidaridad con el movimiento magisterial. En un pronunciamiento dado a conocer por el Observatorio Eclesial, llamaron a la solidaridad y la acción colectiva, comunitaria y popular en defensa de la educación laica, gratuita, y de calidad, “que la estrategia gubernamental y organizaciones privadas desde hace tres décadas se empeña tozuda e infructuosamente en desmantelar”. Afirmaron que el movimiento magisterial es “una oportunidad imperdible para la articulación de muchas causas, en grado tal  que podamos detener la barbarie que no escampa e iniciar un auténtico proceso de recuperación nacional desde el pueblo y para los pueblos”.  Resaltaron que México  vive uno de los momentos  más difíciles de su historia, en el que “lo que se acumula día con día no es el bienestar ni el desarrollo, sino la tragedia, la corrupción y la represión; donde crece la inconformidad social a la par que la sordera gubernamental frente  al clamor de millones”.  Destacaron que ante la “insoportable realidad, pueblos, movimientos sociales, sectores religiosos se levantan y alzan la voz por doquier, de forma pacífica y organizada,  como recientemente lo ha hecho el movimiento magisterial en oposición a la mal nombrada reforma educativa”.

 Decenas de organizaciones no gubernamentales y personajes de distintas iglesias, entre ellos el obispo Raúl Vera; el reverendo Dan González , rector de la Comunidad Teológica de México; presbíteros, Cencos y el Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los pueblos de América, plantearon que el movimiento magisterial se condensan y simbolizan, entre muchas otras, las demandas estudiantiles por una educación de calidad y las de normales rurales, cuyo emblema sigue siendo “Ayotzinapa, hasta encontrarles”. Demandaron poner fin a la reforma laboral en materia educativa, “empezando por la anulación inmediata de las inconstitucionales e irracionales evaluaciones docentes”.  Asimismo que el gobierno federal abandone la intransigencia y atienda las demandas de diálogo abierto con el magisterio, y que cesen el hostigamiento y la represión a la libre manifestación de los maestros, así como de los defensores de derechos humanos, periodistas, estudiantes, movimientos populares y cualquier forma de participación social organizada, (La Jornada, Alma Muñoz).

Halconazo
Ante estas evidencias de la represión en contra de los maestros no sería ocioso acudir al recuerdo del halconazo de hace 45 años. En donde se demandaba cesar a la impunidad que aún hoy nos ocupa y no olvidemos que es la condición sine qua non para tener justicia y libertad, esos 45 años han pasado como una exhalación  para los estudiantes, maestros y ciudadanos que salieron a machar ayer (10/06/16), y recordaron que los hechos criminales del 10 de junio de 1971 no sigan impunes. “Esta marcha tiene el mayor de los sentidos, porque es necesario pedir el cese de la impunidad que protege a los poderosos, que es el primer paso para avanzar a la construcción de un país de libertades”, dijo en el Zócalo de la CDMX, Félix Hernández Gamundi (FHG), del Comité 68, a quien correspondió abrir el mitin con el que se exigió justicia para las víctimas del jueves de Corpus. Afirmo que México vive una “crisis terrible de los derechos humanos y no lo podemos permitir. Tenemos que sumar voluntades hasta construir un modelo nuevo de país.  Sí no lo hacemos saliendo a las calles y levantando todos la voz, vamos a dejar el espacio libre para que avance el proyecto de militarización y autoritarismo fascista que se está imponiendo”.

La manifestación salió a las cuatro de la tarde de las afueras de las instalaciones del IPN en el casco de Santo Tomás, el mismo lugar de donde partieron   los estudiantes agredidos por el grupo paramilitar los Halcones en 1971. Los manifestantes de ayer eran unos 300 cuando comenzaron la caminata pero dos horas más tarde, cuando llegaron a la plaza de la Constitución, unos 2 mil 500. Adelante iba el Comité 68 y varios de los entonces estudiantes que participaron en la marcha reprimida en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez. Detrás de ellos iban alumnos del IPN eran en su mayoría adolescentes de las vocacionales. “Las calles son nuestras”, dijeron los jóvenes cuando pasaron por el Metro Normal donde los del Comité recordaron la agresión de policías y de los paramilitares llamados halcones armados con palos y armas de fuego, liderados por el Secretario de Gobernación Alfonso Martínez Domínguez. También participaron maestros de la CNTE así como organizaciones sociales, entre ellas el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. Los organizadores llamaron en todo momento a mantener una marcha pacífica. A la altura del Puente Alvarado, antes de llegar a las instalaciones del PRI de la CDMX, se integró un grupo de jóvenes vestido de negro, la mayoría con el rostro cubierto. Granaderos y policías de tránsito capitalino realizaron el seguimiento constante del contingente, Salvador Almanza secretario de organización de la sección 18 de Michoacán, dijo en el mitin en nombre de la CNTE: “Venimos aquí para decirles que estamos con ustedes, dispuestos a salir a las calles y marchar juntos en defensa del país”.

Cesar la impunidad
Agregó que el movimiento magisterial mantiene una lucha “no por heredar plazas ni por miedo a la evaluación; tampoco porque queremos preservar privilegios sindicales. Esta es una lucha contra todas las reformas estructurales que nos han sumido en la violencia, la pobreza y el desempleo.” El líder FGH señaló que este año 10 de junio debe ser “un punto de inflexión” donde “decidamos organizarnos y luchar por la construcción de un nuevo país, de un nuevo modelo de desarrollo con justicia, libertad, democracia, igualdad, educación y servicios públicos para todos”. Al atardecer frente a Palacio Nacional los acompañó una lluvia suave, y ocuparon un tercio de la plancha del Zócalo, debido al escenario para el concierto masivo de música. Concluyó con saldo blanco la marcha denominada, Ni el perdón ni el olvido, que se realizó para conmemorar el 45 aniversario, la cual estuvo resguardada por 4 mil elementos de Seguridad Pública de la CDMX.  La marcha, fue acompañada por 58 visitadores de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, personal operativo y tres unidades ombudsmóvil, transcurrió sin incidentes, salvo algunas pintas (grafiti). Los elementos policíacos protegieron las áreas bancarias, comercios y restaurantes, así como edificios gubernamentales y entradas y salidas de los sistemas de transporte Metro y Metrobús. (La Jornada, política, p. 10, Junio 29, 2016).

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